El crimen de Aralí: la madre, el padrastro y el amigo, acusados por homicidio calificado por el vínculo
Mientras el espantoso caso de Aralí Vivas (8) no deja de destilar eso, espanto, los investigadores trabajan en la búsqueda de más pruebas, más testimonios y más datos para echar luz a tanto infierno. Lo que se ha descubierto no deja de estremecer.
A una semana del asesinato que paraliza a Brinkmann y a Córdoba toda, los pesquisas han detectado llamadas cruzadas y entre sí entre los principales acusados. Por un lado, la mamá de la nena, Rocío Milagros Rauch; por otro, el padrastro de la criatura, Matías Ezequiel Simeone; y el amigo de este, Cristian Hernán Varela; según fuentes judiciales.
El análisis telefónico ha detectado que hubo llamadas cruzadas antes y después del asesinato de Aralí, el pasado sábado 2 en Brinkmann, según confiaron los voceros.
No se hallaron mensajes de WhatsApp. Los celulares de los acusados son viejos y no contaban con esas aplicaciones.
Ese entrecruzamiento de llamadas entre los tres, sumado a otras pruebas ya existentes y a los testimonios de vecinos y familiares que dan cuenta sobre “abusos” en la vivienda y “el ingreso de hombres acusados de abusos” al lugar, convencen al fiscal Oscar Gieco de imputar a las tres personas por lo mismo.
El funcionario tiene toda la intención de acusar tanto a la mamá como al padrastro y al amigo de este por presunto homicidio calificado por el vínculo.
La mujer ya está acusada por ese delito. Si bien Rocío Rauch no habría matado con sus propias manos a Aralí, el fiscal entiende que, al no haberla protegido (presunta omisión de cuidado), terminó coadyuvando con el asesinato.
En paralelo, Simeone y Varela están acusados aún por homicidio simple. Si bien no hay vínculo filial de ellos con la nena, el fiscal entiende que hubo “comunicabilidad de las circunstancias” del hecho, por lo que todos deberán responder de lo mismo junto a la madre: homicidio calificado por el vínculo.
De esta manera, Gieco desistiría en imputar a los dos varones por homicidio criminis causae (cuando se mata para lograr la impunidad).
La pena para el homicidio calificado por el vínculo es una sola: la prisión perpetua.
Los tres imputados ya están en el complejo carcelario de Bouwer.
A fines de la próxima semana, serán indagados posiblemente mediante el sistema de videollamada. Los defiende un mismo asesor letrado ofrecido por el Estado.
Habrá que ver qué declaran ante el fiscal de San Francisco si es que declaran y no se abstienen.
Pruebas existentes
Incendio intencional. Todo sucedió en las primeras horas del sábado. De pronto, una casa de Brinkmann comenzó a incendiarse. En rigor de verdad, el primer piso.
Cuando los bomberos llegaron, los vecinos alertaron que había una nena. Era Aralí. Tras apagar el fuego, los bomberos hallaron su cadáver en la cama de una habitación.
Hasta entonces, era un incendio trágico más en Córdoba.
Las cosas cambiaron de color cuando peritos de la Dirección Bomberos de la Policía determinaron que el fuego había sido intencional.
Crimen. Horas después, los forenses determinaron que Aralí ya estaba muerta cuando el fuego arrancó.
Le hallaron golpes en la cabeza. Además, los estudios forenses determinaron que había sufrido abusos.
Se esperan resultados forenses complementarios finales, cuyos resultados estarán en dos semanas.
Filmaciones. En paralelo, los investigadores policiales hallaron filmaciones de cámaras de seguridad claves. En los registros, según fuentes de la causa, se vería al padrastro y a un amigo en el momento en que sucedió todo en el lugar. Ninguno salvó a la nena. Simeone y Varela fueron detenidos al domingo siguiente.
Amenazas incendiarias. En esta causa cobra dimensión la situación de Simeone, el padrastro de la nena y novio (o exnovio ya) de la mamá de ella. “Te voy a quemar la casa”, supo decirle Simeone a su suegra.
Por esas manifestaciones y otras más, realizadas tanto a su suegra como contra la propia Rocío Rauch, había sido condenado en septiembre de 2023 a dos años y tres meses de ejecución condicional por la Cámara del Crimen de San Francisco.
Como no quedó preso, volvió a la casa donde había pasado todo. Y volvió con los niños. Simeone, se sabía, guardaba un arma en la casa.
A todo eso lo supo la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), según fuentes del caso. Es que personal de esa dependencia ya había intervenido en esa casa.
Abusos sexuales. Además de las pruebas, el fiscal acumula testimonios e indicios contra los acusados.
Entre los testimonios están los de vecinos que relatan noches-madrugadas de consumos y excesos en esa casa y otros que apuntan a la entrada de hombres acusados por abusos a la vivienda. Algunos familiares también hablan sobre lo mismo.
El abuelo paterno sostuvo que en esa casa había “fiestas negras” y dijo que su nieta fue violada y asesinada.
A todo esto, Varela (el amigo del padrastro) habría dicho a los policías al ser detenido: “Pero abusaban todos de esa nena…”.
Omisión de cuidado. Al momento del crimen, la madre de la nena estaba con un hombre en Morteros (a 18 kilómetros de Brinkmann). Ese hombre ya declaró que era “cliente de ella” y se despegó de todo.
Rocío Rauch está en la cárcel acusada por homicidio calificado por el vínculo. El fiscal entiende que tuvo omisión de cuidado con Aralí.
En la fiscalía apuntan que la mujer, quien padecería una severa adicción a distintas drogas, se había desentendido de la protección de la pequeña y la había dejado librada a su suerte, según fuentes judiciales.
“Tenía problemas de adicción pero ya estaba recuperada”, dijo el padre de la mujer. Omar Rauch agregó que la mujer se sometió a estudios y peritajes antes de que le devolvieran a sus hijos. “No es culpable pero tampoco es inocente”, declaró.
Voceros de la pesquisa remarcan, en base a testimonios, que en esa vivienda era usual que hubiera mucho alcohol y drogas en presencia de niños. A ese cuadro se le agrega la sospecha de los abusos.
Senaf, bajo la lupa
Como ya se dijo, en la fiscalía se han trazado dos prioridades. Primero, resolver el crimen (la causa está más que avanzada a casi una semana), avanzar en la recolección de pruebas y definir imputaciones.
La segunda parte de la pesquisa es profundizar y eventualmente accionar contra funcionarios.
En ese marco, las miradas están y siguen puestas en la Senaf y su labor desempeñada en esta cruel historia.
No es la primera vez que esta institución oficial queda contra las cuerdas y bajo la lupa por un deficiente trabajo en Córdoba en pos de las infancias y las adolescencias.
Mientras tanto, la Senaf abrió un sumario administrativo. Por ahora, ninguna autoridad de esa área quiere hablar sobre lo sucedido.
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