El costo de no respetar las normas de tránsito
Al menos 43 personas murieron en choques, en despistes y en otros episodios de tránsito ocurridos en la provincia de Córdoba durante el mes de octubre. No sólo es el mes más cruento de este año, sino que debemos remontarnos a enero de 2020 para encontrar la misma cifra en la misma cantidad de días.
Desde 2007, La Voz monitorea los accidentes viales que ocurren en nuestra provincia y provocan muertes. Chequeamos datos policiales y judiciales, y los cargamos en una base para hacer el seguimiento de una veintena de variables.
Este trabajo nos permite detectar numerosas constantes que se repiten mes a mes durante años en accidentes que se podrían evitar si los conductores cumplieran con su obligación de respetar las normas de tránsito.
En lo que va de 2023, los siniestros viales causaron 306 muertes en calles de la Capital y de localidades del interior, o rutas, autopistas, autovías y hasta en la Circunvalación de Córdoba.
Aunque no las contabilizamos en nuestro registro, tengamos presente que casi todos esos episodios dejan, además, personas heridas que a veces fallecen tiempo después o quedan con importantes secuelas. Obviamente, también hay accidentes en los que no muere nadie, pero el saldo son personas heridas de consideración.
Por esas distintas situaciones, la cantidad de personas afectadas en los siniestros viales podría crecer hasta alcanzar una cantidad escalofriante.
Cuando analizamos los números de octubre, advertimos que al menos 28 personas fallecieron como consecuencia de distintos choques, despistes y vuelcos en rutas y en otras vías de alta velocidad. Si bien las investigaciones por esos episodios no están concluidas, surge que el exceso de velocidad y las maniobras temerarias aparecen como causas claves. El alcohol, según las conjeturas iniciales, estuvo presente en varios hechos.
Octubre tuvo un fin de semana extralargo. El saldo fue 15 personas fallecidas por choques, derrapes y vuelcos que no sucedieron sólo en rutas, sino también en las supuestamente tranquilas calles de los barrios.
Como pasa todos los meses, la cantidad de motociclistas que murieron fue alta: registramos 14 casos, a causa de choques –contra autos, otras motos o árboles– y también de algunas caídas fatales porque se supone que el conductor perdió el control.
En octubre, se volvió a dar un fenómeno que preocupa cada vez más: la alta participación de camionetas –por lo general, del tipo “4×4″– en siniestros fatales. Estamos hablando de al menos ocho camionetas.
Si pensamos en vehículos de gran porte, hubo siete choques en los que se vieron involucrados camiones y en dos participaron colectivos.
También tuvimos que lamentar el fallecimiento de ciclistas (tres) y de peatones (tres). Uno de los ciclistas tenía apenas 13 años, lo que nos pone de nuevo frente a la muerte de menores de edad: durante octubre, registramos tres casos.
Como hemos señalado en reiteradas oportunidades, las dramáticas consecuencias de un accidente vial son evitables. Depende fundamentalmente de los conductores, pero también de sus acompañantes. No podemos legitimar la conducción irresponsable. Respetar las normas de tránsito no es una opción, es una obligación compartida.
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