El avance de la Ley Bases regeneró expectativas en sectores muy afectados por la recesión
Cuando aún falta la revisión en Diputados, la luz verde que obtuvo en el Senado la Ley Bases regeneró expectativas a nivel empresarial en Córdoba, no con la mirada puesta en resultados inmediatos a nivel de decisiones sino por el cambio que representa respecto de la trayectoria política que traía el país.
El respaldo a la iniciativa se hizo visible desde su mismo giro al Congreso por parte de las principales organizaciones que congregan a dueños de empresas de nivel Pyme y también ejecutivos de grandes compañías con presencia en la provincia. Muchas de ellas, actividades fuertemente impactadas por caídas continuas de ventas.
Ese apoyo se expresa, pese a que en la economía real dominan los datos de una recesión profunda, con el solo aliciente de una inflación a la baja como para confiar en una macroeconomía más amigable con las decisiones cotidianas.
Es tan grave la caída que el Banco Mundial (dos funcionarios pasaron por esta Capital la semana pasada, en un evento de la Bolsa de Comercio de Córdoba) pronosticó un derrumbe del PBI -3,5% al cierre de este año y una recuperación del 5% para 2025.
La diferencia entre ambas puntas es tan grande que de ocurrir -falta mucho para eso- podría hablarse entonces de un “milagro económico”.
Aguante, ¿hasta cuándo?
Ese mostrador vacío pero con expectativas positivas se manifestó, por ejemplo, en un sondeo de la consultora Taquion en el que el 63% de los 1.508 consultados en todo el país aseguró estar dispuesto a darle tiempo al Gobierno, al menos hasta octubre, para ver mejoras. Y un núcleo duro del 28% (casi un tercio) estira esa espera a todo el mandato.
Esa paciencia resulta llamativa porque desde lo económico es difícil que vaya a producirse una recuperación palpable mientras no se recupere el salario real y en el contexto de un ajuste duro para nada novedoso en la historia argentina.
“El plan que aplica (Luis) Caputo en realidad no tiene nada que ver con la escuela de Viena. Es un plan bien ortodoxo, de los que sugería el fondo en la década de los años ‘60. Por lo general terminaban teniendo crisis sociales que llevaban a que se los abandonara”, señala a La Voz el economista Alfredo Blanco.
El viernes, la número dos del FMI, Gita Gopinath, envió señales para evitar ese riesgo. “La Argentina debe buscar mejorar la calidad del ajuste”, dijo, y pidió continuar con el proyecto de reformar el impuesto a los ingresos personales, “racionalizar los subsidios, gastos tributarios y reforzar el control del gasto”, prescribió.
“Como ha cambiado un poco su mirada con esa experiencia mundial de los clásicos planes de ajuste, el FMI ahora sugiere esto”, dice Blanco.
En general, la mayor parte del empresariado le atribuye al Gobierno anterior la responsabilidad de la actual crisis. Una consulta por WhatsApp realizada por este medio (que respondieron 120 empresarios y ejecutivos locales) indicó que solo el 25% culpa a ambas administraciones y apenas un mínimo a Milei.
Otro dato de ese sondeo es que el 39,2% marcó que en sus actividades no existe una recuperación donde se muestre que la crisis ha tocado fondo; pero un porcentual parecido, 35,2%, dijo que sí tuvo mayores ventas en mayo y lo que va de junio.
En esa trama, para algunas entidades empresariales, el avance parlamentario de la Ley Bases recreó expectativas alentadoras.
Qué dicen en los sectores
Daniel Urcía, director de la Asociación de Frigoríficos e Industriales de la Carne (Afic), actividad afectada por la baja de consumo interno a un piso histórico, entendió que la aprobación en general en el Senado fue “un mensaje de que se pueden hacer las cosas de manera diferente”.
“Va a requerir más sintonía fina, una discusión adicional en Diputados, seguramente no tiene todo el contenido que hubiera querido el sector privado y quienes buscan una argentina diferente, pero es el principio de un cambio”, evaluó.
El dirigente consideró a la ley como un punto de inicio. “Los números demuestran que estamos en el atraso, en el no crecimiento” y puso como ejemplo la falta de evolución del empleo privado. “Hace dos décadas que no crece. Los gremios deberían sentir que han fracasado porque la lógica de cualquier actividad es tener más afiliados. Lo que se ha venido haciendo no sirve.Hay que cambiar de verdad”, recalcó.
El sector comercial, bombardeado por una prolongada e interminable caída de ventas, inclusive en momentos de alta estacionalidad como el Día del Padre, también entiende que la ley junto con la baja de la inflación puede alentar una mirada más optimista.
“Todo el trámite de la ley puso a la sociedad en general en un estado de tensión, un desencuentro que no es favorable para el desempeño de la economía”, puntualiza José Viale, presidente de la Cámara de Comercio de Córdoba. “Su aprobación es una buena noticia, falta el nuevo paso por Diputados, pero creemos que devuelve una tranquilidad imprescindible para sentarnos a ver cómo se resuelven problemas económicos graves”, entendió.
Tras advertir que un “nuevo arranque de la economía va a demorar”, la sanción marca una coincidencia entre la dirigencia política “con la sociedad”, dijo. Viale ponderó en igual sentido la caída de la inflación. El dato del 4,2% de mayo representó un dos por uno en la semana.
“Es un dato fenomenal porque es el verdadero obstáculo para que podamos desarrollar una economía normal, la sensación es que este Gobierno está tratando de abordar y resolver esas inconsistencias”, evaluó.
También afectada por la caída de demanda que solo se enfoca en lo básico, la industria alimentaria ve a la norma como una señal “para generar la confianza necesaria en el mercado y en los inversores, para que se inicie un proceso de reactivación económica”, dice Gabriela Moreno, de la cámara Adiac.
“Ya hay señales suficientes de que la macroeconomía está empezando a ordenarse, la Ley Bases es necesaria para que la actividad privada tome la iniciativa”, explicó.
Desde la construcción, otro sector golpeado, consideran que esa normativa le da “gobernabilidad y mayor estabilidad” al Milei, “en un momento en el que se empezaba a generar un ambiente enrarecido”, según Horacio Berra, de la Cámara de la Construcción de Córdoba (Camarco).
“¿Cuál sería el país si no se aprobaba, luego de la violencia inusitada puesta de manifiesto?”, preguntó.
Berra entendió que pese a las modificaciones dispuestas en el tratamiento parlamentario, esa norma “le dará mejores herramientas” al gobierno. Ese apoyo, “debería trasladarse ahora a la economía en general y traccionar para recuperar el nivel de actividad”, dijo.
Cambios oportunos
Gustavo del Boca, presidente de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba, una de las primeras entidades que puso reparos al esquema de incentivos para grandes inversiones (Rigi), consideró a la ley como un “avance”.
Con varias ramas en su interior –algunas paralizadas por la recesión–, del Boca dijo que las correcciones aplicadas a ese Régimen le permiten ver “con optimismo, tanto desde el sector como en la macroeconomía” lo que viene.
Pero, el industrial recordó que Caputo prometió que si la ley finalmente sale, con el paquete fiscal incluido, deberá cumplir con su promesa de bajar el impuesto país del 17% al 7,5%. “Es muy importante para nuestro sector porque genera una reducción importante en otros costos”, agregó. Son los vinculados con la importación de insumos fabriles.
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