La Voz del Interior @lavozcomar: El 22% de los vehículos controlados excedió los límites de velocidad

El 22% de los vehículos controlados excedió los límites de velocidad

Los controles de exceso de velocidad realizados por la Municipalidad de Córdoba durante mayo arrojaron que el 22% de los vehículos controlados infringieron los máximos permitidos en calles y avenidas de la ciudad.

Hay que recordar que se trata de una acción que, por ahora, no implica sanción a los infractores, sino la notificación de que cometieron una violación a la normativa vigente.

Por otro lado, el porcentaje muestra una sensible disminución respecto de las mediciones que se realizaron en el marco de la Iniciativa Bloomberg para la Seguridad Vial (BIGRS) en julio y en diciembre del año pasado.

El relevamiento realizado a mediados de 2023 arrojó que el 62% de los vehículos había superado las velocidades máximas permitidas.

En tanto, la medición que se llevó a cabo a finales del año pasado dio como resultado una reducción de 15 puntos porcentuales: bajó al 47%.

Los controles de mayo se lanzaron como una acción enmarcada en el Mes de la Seguridad Vial, bajo la premisa de que se notificaría a los infractores. En ese marco, hubo una sensible disminución respecto de los números de diciembre.

Se realizaron 47 operativos en distintas avenidas de la ciudad, en los que se controló a 3.054 vehículos. De ese total, 678 circularon a velocidad excesiva, el 22%.

Exceso de velocidad en Córdoba.

Si bien no son comparables con cómo se realizaron los anteriores relevamientos, estos muestran una disminución de otros 25 puntos porcentuales.

El sitio donde la inmensa mayoría de los vehículos circuló por encima de la velocidad permitida fue en Celso Barrios al 1100, en la zona sur de la ciudad. De los 99 coches y motos controlados, 92 se conducían más rápido de los 40 kilómetros por hora establecidos en el sector.

Frente al hospital Ferreyra, en la avenida Pablo Riccheri, la velocidad permitida es de 30 kilómetros por hora. El 3 de mayo, se colocaron los cinemómetros en el sitio y los 70 vehículos controlados violaron la máxima.

También en la zona sur, en la avenida Cruz Roja al 1200, está el hospital Militar. Y la máxima es de 30 kilómetros por hora. El 31 de mayo, los radares controlaron a 74 vehículos, y 70 de ellos iban por encima del límite.

No respetar la cartelería indicativa en la zona de hospitales parece ser un grave problema para los cordobeses. En la zona del Neonatal, ninguno de los 28 vehículos controlados respetó la máxima de 50 kilómetros por hora.

Cómo siguen los controles

Según informaron desde la Municipalidad, los controles continuaron durante junio en diversas calles y avenidas identificadas como zonas críticas por los investigadores de la Iniciativa Bloomberg y del Conicet.

Estos controles se llevaron a cabo de manera regular, tanto de día como de noche, y se sumaron a otros de motovehículos, de ITV, de transporte y de alcoholemia.

En cuanto a la duración de la fase de notificaciones sin multas, desde la Secretaría de Movilidad –a cargo del secretario de Gobierno, Rodrigo Fernández– destacaron que el objetivo principal es reducir la velocidad de los conductores.

Y recordaron que el municipio se encuentra en un proceso de adaptación para implementar actas digitales que, cuando culmine, implicaría el comienzo de las sanciones.

Actualmente, la Policía de Tránsito Municipal está utilizando seis dispositivos para este propósito, y se están coordinando los procedimientos con jueces y camaristas.

Sobre la posibilidad de instalar radares fijos, desde la Municipalidad lo descartaron: “La experiencia previa ha demostrado que los conductores tienden a reducir la velocidad sólo en los lugares donde saben que están los cinemómetros, para luego acelerar inmediatamente después”.

Y agregaron: “En cambio, los controles móviles permiten un seguimiento y análisis continuo de los datos obtenidos, asegurando una reducción más efectiva y sostenida de la velocidad en toda la ciudad”.

Qué dicen los especialistas sobre los controles

Guillermo Pacharoni, abogado especializado en seguridad vial, enfatizó la importancia de un control más estricto sobre el exceso de velocidad en la ciudad de Córdoba. Pacharoni subrayó que confiar únicamente en la concientización para el cumplimiento de las normas de tránsito es insuficiente y poco realista.

El especialista –que forma parte de la Iniciativa Bloomberg– señaló que la fiscalización eficiente es crucial para reducir las infracciones y mejorar la seguridad vial. “Pretender que los ciudadanos cumplan las normas sólo por conciencia es un ideal imposible de alcanzar,” afirmó Pacharoni.

Añadió que es necesario incorporar tecnología avanzada y profesionalización de los agentes de tránsito para asegurar un control efectivo.

En comparación con Buenos Aires, donde se aplican sanciones severas y se utiliza tecnología avanzada para la fiscalización, Córdoba tiene un largo camino por recorrer.

Pacharoni destacó que la ciudad carece de los equipos necesarios y de la costumbre de fiscalizar la velocidad de manera sistemática. “Necesitamos una inversión tecnológica significativa y ampliar el horizonte tradicional de fiscalización,” explicó.

Subestimar la velocidad

El abogado también abordó la falta de percepción de riesgo entre los conductores, lo que lleva a conductas peligrosas, como el exceso de velocidad. “La velocidad es el factor presente en la mayoría de los accidentes graves,” señaló, enfatizando que reducir la velocidad en zonas urbanas es una medida esencial para prevenir muertes y lesiones.

Finalmente, Pacharoni hizo un llamado a las autoridades y a la ciudadanía para apoyar políticas de seguridad vial más rigurosas y tecnológicamente avanzadas con el objetivo de crear un entorno más seguro en las calles de Córdoba.

Por su parte, la magíster ingeniera Paula Marchessini, especialista en Seguridad Vial y coordinadora de movilidad e infraestructura segura de la Iniciativa Bloomberg, destacó la importancia de un control efectivo y sostenido de la velocidad para reducir los accidentes de tránsito.

Marchessini señaló que, a nivel mundial, se comprobó que la fiscalización efectiva de la velocidad puede reducir significativamente la siniestralidad vial. “Al reducir la velocidad de los vehículos, hay menos energía en juego y, por ende, las consecuencias de los choques son menos graves. Además, velocidades de circulación más bajas disminuyen la probabilidad de ocurrencia de siniestros”, explicó.

La especialista enfatizó que las mejoras en la seguridad vial pueden ser sustanciales y rápidas si se aborda el principal factor de riesgo –que es la velocidad– de manera integral. Esto incluye no sólo la instalación de un sistema de control y fiscalización efectivo, sino también la comunicación y la infraestructura adecuadas.

“Es esencial que la ciudadanía comprenda qué se está llevando a cabo y por qué, para sensibilizarla sobre el riesgo que representa la velocidad. Además, la infraestructura debe inducir al conductor a circular a velocidades más bajas, cuidándose a sí mismo y a los demás”, agregó Marchessini.

La ingeniera también abordó algunos mitos comunes, como el fin recaudatorio del control de velocidad y la idea de que velocidades más bajas generan más congestión. “Para maximizar el impacto en la reducción de la siniestralidad, es crucial implementar un sistema sancionatorio eficaz y transparente, que evite la sensación de impunidad y aumente la credibilidad”, sostuvo.

Marchessini destacó la importancia de cubrir la mayor parte de la red vial con controles de velocidad, mediante la utilización tanto de cámaras fijas como de controles móviles en puntos y horarios variables. “Esto nos recuerda constantemente la importancia de cumplir con las normas y la velocidad como factor de riesgo”, explicó.

La continuidad y la frecuencia de los controles son fundamentales. “El control debe ser una política sostenida en el tiempo, que trascienda gestiones políticas. En países consolidados en seguridad vial, como Francia, se observó un incremento significativo en la siniestralidad cuando se disminuyó la fiscalización”, mencionó.

Para finalizar, Marchessini subrayó que las mejores prácticas no se limitan a países de altos ingresos. “Tenemos ejemplos en México y en Colombia, donde se están logrando grandes avances en la reducción de la siniestralidad con un enfoque integral. Cada ciudad debe desarrollar su propio programa según su contexto, legislación y recursos”, concluyó.

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