Edith Hermida trae su unipersonal a Córdoba: No hay diferencias entre la que soy en la tele y en la vida
Edith Hermida atiende el teléfono en Puerto Madryn, a donde fue de vacaciones junto a su hija de 26 años y su madre de 84. La locutora y panelista de Bendita está emocionada tras haber visto a las ballenas a pocos metros. “Me agarró una emoción cuando vino ahí una tan gran nota… la naturaleza tan viva”, dice, recién levantada de una siesta.
Pero hay otra emoción más, y es que está cumpliendo el sueño de recorrer el país con la “aventura” de presentar su unipersonal, Teneme paciencia, que justamente la llevó a la Patagonia (y que este sábado la traerá a Córdoba).
Así es: a los 53 años, esta morocha desprejuiciada y divertida se lanzó a los escenarios a ser ella misma en plan humorístico/testimonial.
“Para mí esto es a tal cual como vos decís, una aventura. Digo ´a ver qué onda esto…’ y me mando a hacer algo y después digo ¿para qué? Pero me gusta y está bueno porque es como un desafío en un momento de mi vida que yo podría estar más tranquila y no… decido tomarlo, después veo cómo pago”, comenta mientras una risita se le escapa de la boca.
–Uno fantasea a veces con tener otras vidas. ¿Era parte de tu fantasía hacer esto?
–No, la verdad que no. Si bien yo había estudiado teatro antes de empezar locución, nunca tuve la fantasía de hacer teatro hasta que Panam me llamó para hacer de La Bruja Amarga. La primera temporada me daba mucha vergüenza en los ensayos, pero una vez que subí al escenario al vivir esa energía de un espectáculo en vivo dije está buenísimo esto, no me bajo nunca más y hace 12 años que yo estoy con Panam. Después cuando empecé a hacer giras, era una aventura cada presentación, recorrer el país con distintas energías. Y cuando empecé con Teneme paciencia dije bueno, esto me va a servir para hacer giras que era lo que a mí me había gustado.
–¿Cómo llegaste a Teneme paciencia? ¿Lo escribiste vos, trabajaste con alguien? ¿Quién fue el ojo crítico?
–Trabajé con Verónica Lorca. Yo no sabía cómo es la estructura de una comedia, de un stand-up, y ella es profesora de esto, hace stand-up hace mucho tiempo. Me preguntó ¿qué querés contar? Era como estar frente a una hoja en blanco. Entonces se me ocurrió empezar a contarle quién era yo, de dónde venía, cómo era mi familia, cómo empecé y ahí fueron cayendo todas las ideas. Ella tomó todo lo que yo le fui contando, le dio como una forma y agregamos chistes, humor. Yo igual tengo un estilo de hablar medio siempre gracioso, o sea, me causa gracia la vida misma. Hago un recorrido por toda mi vida: cómo nos educaron, cómo crecimos, cómo nos iniciamos sexualmente, cómo era la comunicación comparándola un poco con esta época.
–Estás acostumbrada a la cámara, al micrófono, estar en público, ¿pero cambia la situación de tener sentada gente a 5 metros y una sala oscura agazapada por vos?
–Me pongo re nerviosa, todavía no los puedo dominar. Ahí me empiezo a hacer planteos de por qué hago esto, pero se me va todo al minuto 30 de que arrancó. La gente que me va a ver en general me conoce de muchos años. Eso está bueno también, hay gente que me miraba desde Canal 26, cuando yo recién empecé. El público que viene me quiere, me conoce, saben cómo soy, es como que somos amigos. Participan mucho, así que termino ahí abrazada con todo el mundo. Es recontra gratificante lo que está pasando con la obra.
Una mina común
En los últimos años, Edith Hermida pasó de ser una panelista con chispa (como siempre lo fue) a alguien que dentro de ese ecosistema califica para ocupar titulares de portales de entretenimiento. Subió su perfil, sin cambiar sus formas.
Desde por sus opiniones hasta por algún que otro romance. “Yo nunca me consideré una celebridad, soy una chica que trabaja en la tele. Lo que más me gusta que me digan es que me ven y que sienten lo que son cercanos a mí”, se ataja.
–¿Sentís que estás haciendo ese ese tránsito? Generás esto de ser una mina de barrio, con calle pero que no se la cree, pero que de pronto te están pidiendo fotos…
–Yo hice un camino muy chico, pasito a pasito, no tuve nunca ninguna explosión así guau, como un Gran Hermano, un éxito tremendo. Siempre fue muy paulatino lo mío, con mucha continuidad, nunca dejé de trabajar. Yo soy así y no hay mucha diferencia entre la que ves en la tele todos los días y la que soy realmente, no hay un personaje ahí.
–Bendita da la sensación de ser un lugar espectacular para laburar, en medio de tanta impostación de felicidad televisiva. ¿Es tan así?
–Mira, yo a veces tengo problemas, como todo el mundo tiene problemas, y a veces cuando estoy medio complicada con algunas cosas digo ‘menos mal que voy a Bendita’. Se van a dar cuenta y no me van a querer pagar, pero como que ahí se acomoda todo. Me despejo yendo a trabajar, así que en ese sentido soy una privilegiada.
Edith recuerda que solamente una vez Bendita tuvo un momento complicado, cuando comenzaba la pandemia y ella ocupando el rol de conductora en piso. “Habíamos hecho el programa y había medido muy poco. Beto y me dijo ‘tendremos que ver si no tenemos que cambiar la onda del programa’, porque parecía que se venía el fin del mundo. Se tomó la decisión de continuar después con el estilo, porque era muy difícil hacer humor en ese contexto. Y terminó siendo un programa increíble en pandemia, donde estaba todo el mundo encerrado y Bendita por lo menos te llevaba un poquito de humor y de distensión. Nos fue muy bien en cuanto a medición de audiencia ese año”.
–¿Vos te fijás en los números también?
–Yo no me fijo en los números, te lo digo de verdad. Sí trato de ver cómo nos va en general… a nosotros nos afecta mucho el fútbol, cuando hay un partido, pero si no, no lo pido y tampoco a Beto le están diciendo por la cucaracha todo el tiempo la medición. Tenemos un programa armado y vamos con eso, no estamos tan pendientes del minuto a minuto, nada se estira.
–Está bueno como han ido sumando panelistas más jóvenes, que tienen otro chip completamente distinto. A veces eso funciona y a veces no tanto, tiene que encajar entre ustedes.
–Estoy encantada con esta cosa de que se haya refrescado y que vayan rotando más panelistas y que vengan chicos de streaming o más jóvenes, que me parece que refrescaron el panel. Hoy por hoy se consume medios de distintos lugares y surgen chicos y chicas muy talentosas, como pasó con Juariu, que venía de las redes, con Romy Escalora también que se sumó este año, Frodo de Gran Hermano y Enzo Aguilar que venía también de redes. Me gusta.
–¿Y te imaginás vos haciendo streaming o algo de esto?
–La verdad que sí, me imagino. Yo quiero estar atenta a las nuevas tendencias. Hago radio hace mucho tiempo, pero me parece que está todo cambiando, se está modernizando. Lejos de pretender que quede todo como antes, hay que ir sumando a las nuevas generaciones, las nuevas tendencias y rearmando. Me parece que me suma un montón. No me gusta que se descalifique por el paso del tiempo. Todos vamos a crecer y me gusta cuando los chicos jóvenes incorporan a su impronta lo que hace a un tipo como Horacio Pagani, por ejemplo. No me gusta que descalifiquen a los medios convencionales: me parece que podemos estar todos trabajando y todos nos sumamos en algo multiplataforma. No nos acusen de vetustos, que también van a necesitar los medios convencionales.
Para ver
Edith Hermida presente Teneme paciencia este sábado a las 21.30 en Ciudad de las Artes. Anticipadas a $ 5000 en autoentrada.com.ar
https://www.lavoz.com.ar/vos/tv/edith-hermida-trae-su-unipersonal-a-cordoba-no-hay-diferencias-entre-la-que-soy-en-la-tele-y-en-la-vida/
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