Ecuador: Gobierno culpa de crisis energética a cambio climático, expertos señalan falta de gestión
QUITO (AP) — Ecuador enfrenta una grave crisis energética, con racionamientos de hasta 14 horas diarias. Mientras el gobierno atribuye la situación al impacto del cambio climático y a la dependencia de fuentes hídricas, varios expertos aseguran que el verdadero problema es la falta de gestión y previsión por parte de las autoridades.
El ministro de energía, Antonio Goncalves reconoció, en cadena nacional que Ecuador vive un “momento crítico” por haber apostado a una producción energética que depende “de la existencia o ausencia de agua”.
“Este modelo no se adapta al cambio climático”, aseguró Goncalves, a la vez que recalcó que 72% de la energía generada en el país depende de la generación hidroeléctrica. Según él, esto ha pasado factura a varios países de la región que también afrontan sequías.
Los problemas en el sector energético en Ecuador se evidenciaron desde finales del año pasado cuando el gobierno, entonces liderado por Guillermo Lasso, anunció que iniciarían los apagones; desde entonces, las autoridades adjudicaron la crisis a la peor sequía de los últimos 60 años. Teoría que ha sido sostenida por el gobierno de Daniel Noboa.
En una rueda de prensa, AP consultó al ministro si los problemas de energía del país se pueden atribuir exclusivamente al cambio climático, la autoridad respondió que “el tema no es tanto el cambio climático, el tema es nuestra matriz energética (que) depende de un factor que sí es afectado por el cambio climático”, el agua.
Sin embargo, expertos en el sector energético rechazan la versión gubernamental. Marco Acuña, presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos de Pichincha, descartó que debido al cambio climático Ecuador deba estar abocado cada año a los racionamientos en época de estiaje. Dice que el problema radica en “la falta inversión y el abandono del sector eléctrico, el haberse apartado de un plan de electrificación que preveía acciones para la generación y cobertura de la demanda”.
Para el analista Jorge Hidalgo, “Ecuador tiene una potencia de crecimiento en la generación hidroeléctrica de al menos 20 veces más a lo que actualmente produce” y coincide con Acuña en que la crisis surge de “una deficiencia en la gestión de las autoridades”.
Tanto para Acuña como para Hidalgo, directivo de la empresa de innovación energética Green Power, la versión oficial es insuficiente y plantea un panorama que era evitable. “Todos saben que hay meses de lluvia y estiaje y todos se preparan para eso”, dijo a la AP.
Cuando hay estiaje, un país se sostiene con la generación de energía térmica, manifestó Acuña. Esta funcionan con otro tipo de combustibles — diesel o fuel oil— que no depende de que llueva o no. El problema es, a su criterio, que «se dejó de dar mantenimiento y de realizar las reparaciones necesarias a esas generadoras”.
En seis años la producción termoeléctrica se redujo más de la mitad, pasando de producir unos 2.500 megavatios en 2018, a 1.200 en la actualidad, afirmó Acuña, “Si hubieran hecho las cosas previstas no estuviéramos en este problema”, agregó.
José Alvear, analista energético, dijo que había informes emitidos por las entidades del sector eléctrico proyectaban hace meses “un estiaje agresivo” y avizoró que Ecuador “saldrá de la crisis en 5 o 6 años con una inversión millonaria”.
El jueves, el ministro presentó el nuevo cronograma de cortes de luz que empezaron cinco días atrás en 20 de 24 provincias y que se extenderán a todo el territorio nacional desde la próxima semana, excepto para las Islas Galápagos.
Estos racionamientos durarán hasta 10 horas diarias frente a las actuales 14 que rigen hasta el domingo en algunas provincias. Las autoridades no han dado una fecha límite para la aplicación de la medida.
Los apagones afectan a las viviendas, negocios y al sector productivo, cuyas pérdidas ascenderían a 25 millones de dólares diarios, según había estimado la Cámara de Industrias y Producción, que cuestionó la gestión del gobierno de la crisis energética del país. Este es el tercer régimen de racionamientos desde finales del 2023.
El embalse de Mazar, uno de los más importantes, que provee a un complejo de tres centrales hidroeléctricas continuaba esta semana en niveles críticos con 2.116 metros sobre el nivel del mar, cuando en épocas de normalidad opera con 2.145.
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