Economía digital: las criptomonedas se disparan por un mayor uso y para resguardo de valor
Durante 2020, la cotización del bitcoin en dólares subió 300 por ciento y en la primera semana de 2021 aumentó un tercio más. Empezó el año de la pandemia cerca de siete mil dólares y lo terminó en 30 mil; ya está cerca de 40 mil.
Con esta disparada, no son pocos quienes se preguntan si este comportamiento tiene sentido, a qué obedece y si se está gestando una burbuja o si el aumento tiene fundamentos sólidos.
En mayor o menor medida, la volatilidad estuvo siempre en la cotización del bitcoin y esto arrastra al resto de las criptomonedas. En 2017, se vivió una escalada aún mayor que la del año pasado: comenzó cerca de los mil dólares y tocó casi los 20 mil dólares, para caer al año siguiente, pero a niveles cercanos a seis mil o los siete mil dólares.
“Bitcoin es un activo regido exclusivamente por la oferta y la demanda, sin ninguna intervención. Esto hace que los movimientos sean tan rápidos y abruptos”, señala Hanna Schiuma, cofundador de Belo y miembro de la Cámara Argentina de Fintech.
Ante una oferta limitada, una suba de la demanda, sin posibilidad de que un banco central emita para cubrir ese incremento, las cotizaciones también aumentan.
Andrés Ondarra, director de Bitso en Argentina, considera que en los últimos meses hubo una alineación casi perfecta de planetas para los activos digitales.
“En 2020, con la pandemia, se usó cada vez más el comercio electrónico y hubo una aceleración de toda la economía digital. Eso aumentó el uso de los criptoactivos. Además, hubo una emisión monetaria gigantesca en todo el mundo y la gente buscó un activo de refugio. A esto se sumó que varias empresas grandes informaron que se iban a volcar a las criptomonedas”, explica.
En particular, hubo varias noticias a fines de 2020 que movieron el tablero. PayPal anunció que iba a aceptar bitcoin como medio de pago, Visa y Mastercard también van en ese camino; empresas grandes, como MicroStrategy, incorporaron criptomonedas en su cartera de inversión. “Esa es la gran diferencia de esta suba con la de 2017, cuando eran casi todos minoristas. Además, la tecnología avanzó y hoy es mucho más fácil acceder y abrir una cuenta para operar con estos activos”, dice Ondarra.
“Las inversiones institucionales han hecho que la capitalización de bitcoin haya crecido rápidamente en los últimos meses, de 180 mil millones de dólares en noviembre de 2020 hasta 800 mil millones en enero de 2021, lo que hizo que alcanzara niveles récord, hasta los 41.950 dólares”, puntualiza Magdiela Rivas, gerente para Latinoamérica de Paxful, una plataforma de intercambio persona a persona.
Germán Guismondi, vocero de Córdoba Bitcoin, le pone números al escenario de la demanda: “En la actualidad, existen en el mercado más de 18,6 millones de bitcoins minados (emitidos), de los cuales sólo 22 por ciento está en oferta y apenas quedan por minar (emitir) un poco menos de 2,4 millones”. El algoritmo de la moneda creada en 2009 tiene un tope de emisión de 21 millones.
Lo que está por detrás
Para los distintos actores de sector, la tendencia creciente tiene fundamentos para seguir en el mediano y largo plazo, aunque nadie descarta correcciones en los precios. De hecho, luego de tocar máximos superiores a 40 mil dólares en la primera semana de enero, los valores cayeron a cerca de 30 mil dólares, aunque se recuperaron rápidamente.
Todos sostienen que el impulso de la demanda está respaldado en la mayor utilización tanto del bitcoin como de otras criptomonedas (sobre todo, las basadas en la blockchain de Ethereum) y en el surgimiento, en los últimos dos años, de las stable coins (monedas estables como DAI o Tether), cuyo valor replica al dólar. En Argentina, con el cepo cambiario, muchos buscaron dolarizarse a través de estos activos.
El mercado mundial de stable coin empezó 2020 con menos de cuatro mil millones de dólares y terminó en 20 mil millones de dólares.
“En la actualidad, hay más de cinco mil criptomonedas, el bitcoin es la más conocida y la de mayor capitalización. Algunas son monedas estables y replican el valor de otros activos, como el dólar, el oro, la plata. En otras, el precio guarda relación directa con el potencial del proyecto o empresa que lo desarrolla”, explica Antonella Perrone, directora de Operaciones de Xcapit.
“El mercado de finanzas descentralizadas (Defi) está creciendo y muchas de las criptomonedas o tokens de estos proyectos se están revalorizando”, agrega. Schiuma destaca el caso de Ethereum: “Están desarrollando la tecnología a muy buen paso y las transacciones se van a abaratar mucho. Vemos un potencial interesante”.
En 2020 surgió con fuerza, de la mano de las monedas estables, un mercado cada mayor de productos financieros (Defi), para inversión, préstamos, ahorro, desde los más simples hasta los más sofisticados, y estos desarrollos recién comienzan.
Junto con esto, empresas y emprendedores de todo el mundo están realizando desarrollos para masificar el uso, con un acceso más sencillo.
Lo que viene
Para adelante se
esperan que sigan las correcciones en los precios. Los expertos consideran que es un comportamiento sano, que le hace bien al mercado. Aunque separan la volatilidad del precio, que incluso podría caer más en lo inmediato, de los fundamentos de largo plazo que siguen siendo alcistas.
“Mientras no haya una fuerte regulación por parte de los Estados, todas las semanas tendremos precios máximos. En Estados Unidos, hay un proyecto de ley para regular fuerte a las criptomonedas centralizadas, sobre todo a las stable coins. Si eso ocurriera, le afectaría negativamente a todas las cripto, incluido el bitcoin”, advierte Guismondi.
“2020 fue muy movido, pero todavía estamos en una instancia muy inicial en el proceso de masificación y adopción a nivel global. Hay mucho potencial de crecimiento», opina Ondarra.
Schiuma concluye que “las criptomonedas tienen como ventaja que, al no estar centralizadas tienen emisión controlada, no generan inflación. Por eso se viene transformando en un activo de cobertura frente a la inestabilidad, la inseguridad, la emisión y la inflación”.
Remarca, además, otras ventajas, como el acceso casi inmediato, disponible las 24 horas y más barato que el sistema financiero tradicional, “lo que genera un ambiente favorable a la inclusión financiera”.
Los usos se multiplican y sostienen las subas de los criptoactivos
Aunque los movimientos de precios es lo que genera más interés en el bitcoin y las criptomonedas, los activos digitales tienen usos que van mucho más allá de la inversión. Y su utilización creciente para otras actividades financieras también genera una base más sólida a quienes buscan rentabilidad.
“Las criptomonedas pueden servir para comprar bienes y servicios, pueden ser ‘holdeadas’ (mantenidas) esperando ganar con una potencial revalorización; permiten ahorrar en dólares o en oro; comprar y vender otros criptoactivos (trading) para obtener rentabilidad. Sirven también para enviar dinero de persona a persona como remesas internacionales, y también hay otros usos, como las donaciones”, enumera Antonella Perrone, de Xcapit.
“Hoy con una moneda digital o una estable se puede cumplir con las cuatro necesidades de cualquier moneda: resguardo de valor, búsqueda de rentabilidad, medio de pago y ahorro. Hay muchas alternativas de plataformas de finanzas descentralizadas en las cuales se puede colocar activos estables al siete u ocho por ciento, por ejemplo”, agrega Andrés Ondarra, de Bitso.
La empresa líder en Latinoamérica que desembarcó en Argentina en 2020 permite abrir una cuenta en minutos para comprar y vender criptomonedas, transferirlas a cualquier persona en cualquier lugar del mundo y pagar con un código QR.
En medios de pago, Hanna Schiuma, advierte que, como moneda transaccional, al bitcoin todavía le falta mucho porque tiene un alto costo para el minado (forma de emisión).
“Se gasta mucha energía. Se podría resolver, en algún momento, con mayor poder computacional o con la computación cuántica. Pero hay otros desarrollos, como Ethereum, que tienen un costo transaccional mucho más bajo”, sostiene.
La billetera digital Belo está desarrollando una billetera híbrida entre las monedas Fiat (emitidas por bancos centrales) y las criptomonedas, que permitirá comprar y vender, poner a trabajar los activos digitales para obtener una tasa de interés y realizar pagos con tarjetas o códigos QR.
En inversiones y trading, hay desarrollos como los de Xcapit que permiten el manejo automatizado a través de un bot (un algoritmo con inteligencia artificial). Como recomendación, todos señalan que antes de invertir hay que informarse, diversificar la cartera y no colocar más de un cinco por ciento para tenedores adversos al riesgo.
También están creciendo herramientas para comprar y vender. Además de las exchange (una especie de bancos de criptomonedas), también se multiplican las plataformas persona a persona, como Paxful.
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