Dum Chica busca ratificar su curva ascendente: Hay que dar la cara y estar bien plantados
Dum Chica actuará este sábado en Casa Babylon (bulevar Las Heras 48) para ratificar todo lo que se dice sobre la banda. Entre otras, que es “la gran nueva cosa” o “la” banda que hay que ver en vivo en este momento tan desasosegante.
Los fundamentos que esgrimen los entusiastas de este trío formado por la frontgirl Lucila Storino, la bajista Juana Gallardo y el baterista Ramiro Pampin es que propone espasmos protopunk irresistibles, que convierten al espacio del show en un vórtice de fluidos liberadores.
“Pequeños retazos de cotidiano lenguaje coloquial, cantados con desenfreno por una frontgirl y encastrados en una base minimalista de bajo y batería. Por ahí va lo de Dum Chica, este trío de punk primal que no da ‘un mensaje’ en plan adoctrinador”, había presentado La Voz algún tiempo atrás.
Ahora, en la previa de esta cita que compartirá con el crédito local Sasha Eter, este diario contacta a Lucila Storino para que trace nuevas coordenadas de tiempo y espacio del proyecto con nombre surgido de The Idiot, el primer solista de Iggy Pop publicado en 1977.
En esa obra está el título Dum Dum Boys, reformulado para este trío de mayoría femenina y visceral que Casa del Puente, su sello editor, presenta como uno “de bajo, batería y voz con un sonido veloz y crudo que arrastra de un ritmo frenético, al calor de un baile interminable”.
“Melodías filosas y letras incorrectas, definen una impronta actual con referencias de décadas pasadas”, suma el texto que acompaña a Dum, el disco debut de Dum Chica publicado en 2023, en Bandcamp.
–Hace casi exactamente un año hicimos una telefónica y Dum Chica era como “la gran nueva cosa” o, en todo caso, “la banda que había que ver en vivo”. ¿Cambió sustancialmente esa situación o aún se mantiene?
–Creemos que esa situación o esos “títulos” son más para la gente (para el público, mejor dicho) que para nosotros. Siempre estamos yendo para adelante y haciendo música nueva, intentamos renovarnos nosotros mismos más allá de lo que puedan llegar a pensar o esperar los demás de la banda.
–¿Qué tan complicado se ha vuelto salir de gira en este contexto de recesión económica?
–Cada vez está más complejo, obviamente, al igual que todo el resto de las cosas. Es un momento delicadísimo para todo el país y para toda la gente. Nosotros tenemos la suerte de tener un equipo de laburo que está muy presente y que en el día a día lo hace menos engorroso. Pero sí, a la hora de tener que viajar, ahora se piensa todo mucho más en detalle que hace quizás unos meses.
–Tengo entendido que se viene el segundo disco. ¿Qué podés adelantar sobre él? Teniendo en cuenta todo lo que generó el debut, ¿se sintieron presionados al producirlo?
–Hay un gran salto de calidad entre el primer disco y lo que va a ser el segundo. No sólo desde el audio sino también desde la calidad de la composición de las canciones. Es un disco mucho más fino y logrado. Creo que la gran diferencia que hay a comparación del primero es haber entrado al estudio sabiendo al 100% lo que queríamos hacer. No nos sentimos presionados a la hora de grabar o de tener que hacer cosas, las hacemos porque nos gusta y porque queremos. Y en todo caso, esa presión es algo que nos gusta, no nos pone incómodos.
–Ser joven en Argentina se ha vuelto, por lo menos, difícil. Siempre lo fue, en realidad, pero ahora la sensación de desesperanza se ha pronunciado. ¿Sienten que un show de Dum Chica puede ser una buena oportunidad para desatormentarse? ¿Cuál creés que es el rol social del proyecto?
–Creemos fuertemente que, frente a una situación tan difícil, la mejor manera de dar la cara es estando bien plantados. Para resistir hay que estar presente. Nosotros proponemos un lugar para divertirse y contagiar energía. Que lxs pibxs griten y digan lo que piensan. Es un espacio que cuidamos y que puede servir tanto para desatormentarse como para quedarse pensando. Frente a un país que bordea constantemente con el terror, y frente al hecho de que recibimos malas noticias a diario, nos parece más que nunca que tienen que existir espacios para la diversión y la descarga.
En el anterior contacto con La Voz, además, Lucila había contado cómo se decantó el perfil rabioso de Dum Chica: “Siempre tuve referentes de músicas de este estilo. Lo que hacíamos en plan tranquilo, por ejemplo, refería a la Patti Smith de los ‘70… Y el primer video que le mostré a Juana en plan ‘Quiero que hagamos esto’ fue uno de Amyl and The Sniffers, una banda australiana. Amyl Taylor, su líder, es una loca total que no necesariamente habla desde el dolor y desde la oscuridad de la mente sino de sensaciones cotidianas”.
“Me hizo acordar a cosas que diría el “Pity” (Álvarez), ponele. Onda “Estoy caminando por la calle, enciendo un cigarrillo y me doy cuenta de lo mucho que te extraño”, sumó.
–¿Cómo trabajaste tu perfil como performer? ¿Llevás al cuerpo lo que la música te sugiere o has estudiado algún referente del protopunk?
–Ambas. Siempre me llamo la atención el movimiento en el escenario respecto a una banda. Estudié ballet casi toda mi vida, calculo que hay algo automático en entender la música con el cuerpo.
–La banda crece, un futuro de modesta popularidad es posible. ¿Te excita o te inquieta esa situación?
–Nos inquieta, nos excita, nos gusta la conquista.
En vivo
Dum Chica actuará este sábado 13 de abril en Casa Babylon (bulevar Las Heras 48). Los organizadores convocan a las 20. Entradas en alpogo.com desde $5.500.
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