Dos modelos de producción agroecológica que ganan músculo en Río Cuarto
Agroecología, producción orgánica, alimentación sana, sello verde, trazabilidad, soberanía alimentaria; ¿conceptos nuevos?, no. Sin embargo, son conceptos que aún aparecen con definiciones grises que confunden el alcance de cada uno.
En la búsqueda de aportar conocimiento y claridad conceptual, hablamos con dos profesionales dedicadas a modelos de producción agroecológica ubicados en Río Cuarto, con el fin de conocerlos en profundidad y echar luz a una tendencia que se hace cada vez más fuerte.
María Lombardelli es ingeniera agrónoma, trabajó durante dos años en el proyecto público-privado ‘Huerta Sustentable’ desarrollado por la empresa Bio4 y la Municipalidad de Río Cuarto, donde ceden parcelas a familias en situación de vulnerabilidad para que aprendan la labor de la horticultura brindando conocimiento, insumos y asesoramiento técnico.
“Existe una gran confusión entre agroecológico y orgánico”, comenzó señalando Lombardelli.
“Agroecológico es un producto que desde que se siembra su manejo está libre de contaminantes químicos. Sin embargo, cuando uno compra plantines, no sabes qué tratamiento se le hizo en la plantinera. No tenés la trazabilidad, igual que las semillas, ya que muchas vienen modificadas o con curas semillas. Entonces, por eso es agroecológico. A diferencia de lo que es un producto orgánico, con trazabilidad y libre de contaminantes desde el momento de la semilla”, explicó.
Al respecto, agregó que para productos agroecológicos no hace falta una certificación; por el contrario, para tener el sello orgánico es Senasa “la entidad que tiene que constatar cómo es la producción realizada”.
Otro de los manejos agroecológicos que también se desarrollan en Río Cuarto son los cultivos hidropónicos, un vocablo del griego que une hydro (agua) con ponos (labor de trabajo).
Lucía Richardet es abogada. Sí, abogada. En la pandemia dejó atrás más de 10 años en Tribunales y comenzó a capacitarse habiendo tenido hidroponías en su casa junto a su esposo.
En 2022 compró un invernadero de 750 m2 cubiertos que, en promedio, genera unas 5 mil plantas de lechuga por mes, entre otros cultivos de hojas verdes.
Este método, que implica cultivar plantas en agua, es estudiado desde el año 382 A.C., pero la primera información escrita data de 1600, cuando se comenzó a documentar que las plantas obtenían sustancias nutritivas a partir del agua.
“La hidroponía tiene los beneficios de reducir del consumo de agua en un 80% a 90% que la agricultura tradicional, es más eficiente porque se sacan hasta tres o cuatro ciclos del cultivo por año y es una planta más sana, al estar aislada de la tierra no se contagia de lo que pueda haber en el ambiente o en el suelo”, detalló la dueña de Hoja Viva, el nombre de su emprendimiento donde se produce todo tipo de verdura de hoja verde.
El invernadero, además, podría ampliarse en un proyecto a futuro y agregar paneles solares para hacerlo más sustentable y reducir el consumo de energía eléctrica convencional.
Alimentos agroecológicos: manejos y temporadas
En cuanto a control de plagas o malezas, Lombardelli explicó que en huertas “no se utiliza ningún producto químico, se usan asadas para parcelas chicas o se pasa la doble acción con escardillo previo a la siembra cuando se trata de un cinturón verde de mayor extensión”.
Además, señaló que para el control de plagas se usa la rotación de cultivos. “Si venís de un lote con alguna verdura de hoja como rúcula, lechuga o acelga; cuando se levanta esa cosecha, no se vuelve a verdura de hoja, sino a un cultivo de raíz o de fruto. Esto es porque en el suelo quedan insectos y hongos que no son compatibles entre las verduras de distinto órgano cosechable. Al mismo tiempo, te permite darle un descanso al suelo”, asegura.
La profesional contó que es posible evaluar la cercanía de algunos cultivos, como por ejemplo la cebolla, que por su propio olor ya repele enfermedades y se coloca cerca de otras plantas más delicadas.
Las cortinas de aromáticas y flores es otra herramienta para el manejo agroecológico. Una de las “plantas trampa” es la caléndula, que atrae insectos malos y buenos, contribuyendo a la polinización y al equilibrio de su población.
Sin embargo, la lista no termina ahí. Existen las recetas caseras y Lombardelli reveló un preparado natural. “Lo hacemos con ajo y ají picante, lo dejamos macerar por dos días, le das un pequeño hervor y lo que quedaba de ese preparado lo diluimos en la misma cantidad de alcohol. Con eso se pueden rociar plagas y hongos; el ajo es insecticida y fungicida natural”. Por su parte, el invernadero bajo el que crecen las hidroponías tiene muy poca presencia de plagas y lo que hacen es un manejo preventivo con biológicos “para evitar la aparición”. Lo cierto es que “se necesita mucho menos control respecto de una agricultura tradicional”.
Lucía Richardet, dueña de Hoja Viva, explicó que el agua que utilizan es de pozo a la que “se le agregan los nutrientes específicos que necesita la planta, es una solución nutritiva que armamos nosotros y todo circula por un circuito cerrado”.
Los caños son específicos para hidroponía y provienen de Brasil, aunque la emprendedora confirmó que también se están produciendo en Argentina.
El invernadero tiene sectores determinados de acuerdo al estadio de la planta, desde la maternidad hasta que egresan. Pasando por el sector de germinación, dentro de una cámara de cultivo a una temperatura de entre 18 a 20°C, que hoy resuelven con una heladera y un foco en su interior.
“En la maternidad crecen en una primera instancia alimentadas con muy poquito riego, luego pasan a fase 1 donde sigue el crecimiento con otra solución y mayor riego, hasta una planta joven”, aseguró. Durante esas instancias iniciales la planta avanza sobre una espuma fenólica para hidroponía, “también podría usarse turba, pero nos deja mucho residuo y no nos permite mantener los filtros limpios”.
Cada bloque de hidroponía en estos estadios tiene una inclinación determinada para una mejor oxigenación de las raíces.
Alimentos agroecológicos: ciclos y riego
Una huerta tradicional permite llevar adelante cultivos de verano, de invierno y otros que permanecen todo el año con ciertos cuidados.
“Lechuga, acelga, remolacha, perejil, zanahoria son verduras que se hacen prácticamente todo el año. Ahora en invierno estamos en la temporada del brócoli y coliflor. Y en el verano, es donde más apertura hay, se amplía el abanico de verduras con todo tipo de zapallos, tomate, pimiento, berenjena. La verdad que la verdura agroecológica tiene un sabor exquisito, más fresco, más natural y más jugosos”, aseguró Lombardelli.
La profesional explicó que el riego generalmente es por manto con surcos profundos para una mejor distribución del agua. Dentro del invernadero, el ciclo de las hidroponías es distinto.
Richardet aseguró: “Hacemos esto todo el año, se logran más ciclos por temporada porque a la planta le damos lo que necesita para crecer más rápido y no pierde tiempo en luchar con cosas del ambiente. La temperatura la controlamos con mantas antiheladas y medias sombras en el techo y los laterales”. La hidroponía se cosecha viva, con raíces y en envases con humedad, así una lechuga puede conservarse unos 10 días o más antes de consumirse en su totalidad.
En general, la ciudad de Río Cuarto cuenta con otros proyectos de hidroponía y el cordón verde podría crecer mucho más. La agroecología trae cada vez más conciencia y se suman profesionales permanentemente aportando conocimientos y mejores prácticas.
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