La Voz del Interior @lavozcomar: Doble crimen: cómo cercaron al chef acusado de asesinar a puñaladas a la pareja

Doble crimen: cómo cercaron al chef acusado de asesinar a puñaladas a la pareja

Los tres vasos sobre la mesa de la cocina terminaron por convencer a los detectives. La escena parecía clara. La pareja había recibido una visita, alguien conocido, alguien familiar. Tanto así como para dejarlo entrar a casa. Preocupados por los robos, tanto doña Angela Castañares (80) como su esposo, Mariano Tornatore (83), no eran de abrirles a cualquiera.

Mejor dicho, no le abrían a nadie que no conocieran.

Ahí se encontraban los investigadores aquella mañana de domingo. Trataban de echar luz sobre el alevoso doble asesinato. Al lado de la mesa, donde estaban los tres vasos, yacía el cadáver del hombre. Lo habían matado, sentado en una silla, con una puñalada en el vientre. La puerta de la heladera estaba abierta.

En el cuarto principal, sobre la cama, el cuerpo de la mujer. Ángela llevaba camisón cuando el asesino la atacó con cuchillo.

Tanto esa habitación como otro cuarto contiguo estaban dados vuelta. El desorden era absoluto.

El criminal había revuelto todo, buscando de manera desesperada, en cajones, camas y muebles, el dinero que había en la casa. Quizá rastreaba el efectivo que la anciana ahorraba en una “cajita”. El cofre desapareció, como algunas joyas que atesoraba desde hacía años.

El asesino se llevó billetes, algunas cadenas y unos aros. No le interesaron los electrodomésticos. Tampoco el automóvil del hombre.

Ángela y Mariano fueron asesinados, con un certero puntazo cada uno, con una cuchilla que prolijamente fue limpiada después y abandonada en el mismo hogar. El asesino, se cree, sabía de cuchillos.

El espanto fue descubierto el pasado domingo al mediodía en la casa de calle Marcos Infante al 736, en barrio Mariano Fragueiro, al norte de la ciudad de Córdoba.

Una nieta llegó a la casa para ver por qué nadie atendía el teléfono.

Tuvo mala espina cuando comprobó que las dos puertas (la de reja y la de calle) estaban cerradas sin llave. Cuando entró, el espanto.

Sus gritos se oyeron desde lejos.

Desde un comienzo, los detectives tuvieron claro que el doble crimen había ocurrido durante un robo.

Ahora bien, no era un típico robo. Nada de entraderas, ni de ladrones metiéndose al hogar por ventiluces o con el cuento del falso operario.

En este caso, el ladrón había logrado que las víctimas le abrieran las puertas, se había sentado a tomar algo y, en ese marco de confianza, los atacó y les robó. Luego, se marchó buscando la impunidad.

La lupa de los pesquisas se centró y no se movió más del círculo de relaciones de doña Ángela y don Mariano. La lista no era tan amplia.

Sabían los investigadores que, con conversar a fondo con la misma familia, husmear entre vecinos y analizar profundamente lo que “decía” la escena del crimen, estaba la llave del enigma.

Había algo más. Alguien notó que había una cámara de seguridad en la cuadra. El aparato apuntaba contra la casa de las víctimas, funcionaba y grababa. Había que ver el video.

Y lo vieron. Y lo volvieron a ver.

La filmación devolvió la imagen del sospechoso saliendo de casa.

“A rastrear las cámaras de la zona”, ordenó un jefe. Y así se hizo.

Las imágenes fueron recolectadas y rearmadas como rompecabezas. El sospechoso fue identificado.

Una versión señala que en una imagen se lo vería con capucha y que luego se la quita.

El cocinero

Paulo Ávila tiene 47 años. Supo ganarse la vida como cocinero de un hotel. Hasta hace un tiempo, manejaba un bar cerca de un shopping.

Durante 15 años estuvo en pareja con una nieta de doña Ángela y don Mariano. De ese amor nacieron dos nenas. La pareja naufragó.

Tanto es así que hace un par de meses la joven decidió separarse y lo echó de casa. Le criticó que no sabía cuidar el dinero. Le echó en cara su supuesta adicción a la cocaína.

Desde ayer, Paulo Ávila –el chef– permanece preso. La fiscal Patricia García Ramírez lo acusa de haber sido el autor del doble asesinato. Los investigadores lo sorprendieron en su hogar de barrio Parque Liceo.

Algunos señalan que el domingo por la noche, conocido el doble crimen, llegó hasta la misma casa de los ancianos y se mostró dolido.

Ávila fue acusado por la fiscal por homicidio criminis causae (cuando se mata para lograr impunidad) y por robo. En caso de condena: perpetua.

Para los investigadores de la división Homicidios, Ávila es la persona que fue filmada saliendo de la casa. Y sería la misma persona que luego es vista en otras filmaciones.

Para dar con él y cercarlo, más allá del complejo trabajo de análisis de filmaciones, los pesquisas se valieron de la labor de calle, que incluyó entrevistas y cotejos de informaciones con familiares y vecinos.

Un dato no menor era que Ávila era hábil con los cuchillos, tenía problemas de dinero y se había ganado la confianza de los ancianos.

Su exnovia alcanzó a increparlo por teléfono: “La Policía me pregunta por vos… Dicen que fuiste vos… Más vale que no hayas sido vos…”, le habría dicho la joven.

El desconsuelo de la familia es doble: primero el doble crimen; ahora, ver que el acusado estuvo con ellos durante años y años.

“Venganza”

“Estoy destruida. Me mató en vida, no me puede haber hecho esto. Mi abuelo era como mi papá y él lo amaba a mi ex”, relataría la chica.

“Estamos desolados. Primero, por el crimen de mis padres. Ahora, porque acusan a mi exyerno. Para nosotros, los mató para vengarse de mi hija”, dijo a La Voz Vilma Tornatore.

“Reclamaremos el máximo castigo para ese asesino”, apuntó, por su parte, el abogado Carlos Nayi.

Para la fiscal, el atacante fue el chef y dice que actuó solo. Entiende que el acusado se valió de la confianza para entrar a robar y que mató para buscar la impunidad.

Víctimas. Ángela Castañares y Mariano Tornatore vivían solos en su casa de barrio Mariano Fragueiro, en la ciudad de Córdoba. Ella era ama de casa; él, jubilado y tenía un taller de tornería. Fueron hallados asesinados (con una puñalada cada uno) el pasado domingo a la mañana.

Acusado. Paulo Ávila está acusado por homicidio criminis causae y robo por orden de la Justicia.

Víctimas. Ángela Castañares y Mariano Tornatore. (Archivo)
Capturado. El cocinero fue detenido en la madrugada de ayer tras un allanamiento en su vivienda de barrio Parque Liceo. (Policía de Córdoba)
Víctimas. Ángela Castañares y Mariano Tornatore. (Archivo)

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