La Voz del Interior @lavozcomar: Dengue: no se deben minimizar los riesgos

Dengue: no se deben minimizar los riesgos

La campaña de vacunación contra el dengue en Córdoba deja mucho que desear hasta ahora. No por responsabilidad del Estado, sino por la falta de respuesta de la gente.

El plan se organizó en dos etapas: para la primera, se convocó a todas las personas de entre 15 y 59 años que estuvieron internadas con cuadros delicados durante el pasado brote; en la segunda, el objetivo sería el personal de salud, tanto del ámbito público como del privado.

La primera etapa cumplió un mes de labor. De las miles de personas que fueron notificadas, apenas el 21% se vacunó en toda la provincia. Es un porcentaje muy bajo.

Según la Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Provincia, algo similar ocurre en el resto del país.

Si una alta proporción de la población desconfía de las vacunas o minimiza los riesgos de contagiarse de las enfermedades que buscan prevenir esas vacunas, estamos ante un problema tan novedoso como preocupante.

Los nuevos brotes de dengue o de otras enfermedades aumentarían su circulación y, con ello, la cantidad de afectados. En consecuencia, el sistema sanitario viviría una demanda extraordinaria. Y si extremamos el razonamiento, podrían reaparecer patologías que costó décadas erradicar.

La notificación del plan de vacunación se realizó a través de Ciudadano Digital, tanto por la web como por correo electrónico. El Gobierno provincial justificó esta metodología como una manera de evitar estafas telefónicas. En la ciudad de Córdoba, se habilitaron cuatro vacunatorios en los hospitales provinciales y estaba previsto añadir uno más en los próximos días. Ambas cuestiones ilustran un trámite tan efectivo como sencillo. Pero la gente no respondió como se esperaba.

En este contexto, vale destacar la positiva actitud de aquellos ciudadanos que estuvieron internados con cuadros graves de dengue, estaban al tanto de la campaña de vacunación y, como no recibieron la notificación correspondiente, se comunicaron con el Ministerio de Salud para presentar un reclamo. De esa manera, se detectó que algunos lugares de internación no notificaron al sistema nacional de vigilancia los casos de dengue sobre los que les tocó actuar.

La vacuna contra el dengue consta de dos dosis. La segunda debe ser colocada tres meses después de la primera, que tiene que ser aplicada seis meses después de haber tenido el virus.

Si bien quienes tuvieron dengue pueden generar una inmunidad alta con la primera dosis, los tiempos implícitos en el tratamiento juegan en contra de quienes no asistieron a vacunarse hasta ahora.

La vacuna es segura. Ningún sistema sanitario en el mundo habilitaría el uso de una vacuna que no superase determinados parámetros de bioseguridad, establecidos a nivel internacional.

Tiene contraindicaciones, es cierto. No pueden colocársela, por ejemplo, los mayores de 60 años, las mujeres embarazadas o las personas con problemas de inmunidad. Pero eso no le quita valor.

La transmisión del dengue requiere de un mosquito que se torna portador del virus después de haber picado a un humano que estaba con dengue. Por eso no sólo debemos reducir la posibilidad de reproducción de ese mosquito en nuestras casas. También debemos aumentar el uso de la vacuna.

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