De Loredo denunció que el PJ puso en marcha una “maquinaria clientelar”
Rodrigo de Loredo agarra el micrófono y canta A mi manera sobre la versión de La Beriso, y el estadio de Atenas, en el corazón de barrio General Bustos, estalla. El radicalismo siente, cree, sueña, que el domingo regresará a gobernar la segunda ciudad del país, convirtiéndose en el partido que más años la administró desde 1983: seis períodos. Si el domingo De Loredo es el más votado, como él siente, cree, sueña, no sólo será el cuarto intendente radical de la democracia, sino el nuevo jefe de la oposición cordobesa, un trampolín hacia 2027. Pero antes, tiene que ganar.
“Atravesado por las emociones”, De Loredo dijo que “se está poniendo en marcha una aparato clientelar” en los barrios populares, con el cual el oficialismo procurará “inclinar la cancha”. Por eso, De Loredo le pidió a “los mas humildes, a los que ahora les caen con una caja de arroz y un paquete de harina, que tomen todo lo que les den, que se suban a sus colectivos, pero que no dejen en las urnas la dignidad”.
Como parte de esa “estrategia”, denunció De Loredo, se dispararon miles de mensajes desde usinas del Estado avisando que aunque el voto es obligatorio, no habrá multas municipales por no asistir, una forma de “desestimular a la gente, aquietar a la gente, congelar la campaña para que la gente se quede en sus casas”.
A diferencia de otros discursos de esta campaña de De Loredo, que empezó con la ambición de quedarse con la candidatura a gobernador de Juntos por el Cambio, en su último discurso las propuestas sobrevolaron, pero no fueron el foco.
De hecho, dijo que “el triunfo del domingo no sería el mismo si no habría atravesado todas las adversidades (generadas por ) ese Estado predispuesto a inclinar la cancha”.
Con todo, De Loredo vaticinó un “batacazo” de Juntos por el Cambio el próximo domingo, aunque el significado de la palabra es opuesto al que se le suele dar: “fracaso o caída brusca”, en el diccionario de la RAE.
“Empezamos ganando, nos mantuvimos ganando, corrieron desde atrás todas las iniciativas, nos ladraron como perros; pero no nos movimos y hoy le estamos sacando la mayor diferencia que jamás hubiesen pensando”, dijo De Loredo para desatar la euforia en el estadio de Atenas, el club que preside Felipe Lábaque, el último viceintendente de Juntos por el Cambio.
Como se dijo antes, y a diferencia de otros discursos de la campaña, esta vez las propuestas sobrevolaron la narrativa de De Loredo, quien dijo que el domingo “se pone en juego una mirada de la ciudad, con una propuesta hija de la realidad de nuestros barrios”. Entonces, insistió con una propuesta que, según adelantó el electo gobernador Martín Llaryora, no se concretará: “Si nos transfieren la Policía, Córdoba va a estar más segura”.
Sin darle entidad a las denuncias contra familiares de dos de los candidatos a concejales, insistió en señalar al peronismo como el responsable de “enlodar la campaña”: “Por sus agravios, los perdonamos; por los ataques de sus militantes, los perdonamos; por las lágrimas que me hicieron derramar, por la angustia que le toco atravesar a mi familia, los perdonamos; pero no le vamos a perdonar a nadie que intente con un discurso extorsivo poner de rodillas la institucionalidad de esta ciudad y de esta provincia y querer arrogarse la suma del poder público”, dijo De Loredo.
El “aparato clientelar”
Preocupado por la desmovilización de votantes independientes, que, entiende, serían propensos a votarlo a él, acusó al oficialismo de “desalentar” la participación en la elección del domingo con diferentes herramientas. La otra cara de la misma moneda sería, en la tesis de De Loredo, una movilización a base de clientelismo en los sectores humildes de la ciudad.
“A esa campaña que procura que la gente no vaya a votar, hay que responderle con un esfuerzo militante”, pidió De Loredo a su tropa congregada en la sede de “el Griego”.
“Mientras ellos buscan enlodar la política y a decirle a la gente que se quede en su casa, están empezando a ejecutar la mayor campaña de estructura clientelar que se haya visto; desembarcando esa presencia estatal que estuvo ausente para traficar con la pobreza, ofreciendo la inmediatez” representada en el bolsón, fue la arenga del candidato a intendente que se siente favorito para ganar el domingo.
Para contrarrestar, dijo que Juntos por el Cambio tuvo “una sola estrategia” en esta campaña: “Mostrarle a los cordobeses el futuro. Acá nadie viene a refundar nada, sino a recuperar la Córdoba de Ramón Bautista Mestre y Rubén Martí, esa Córdoba que perdió el podio es la Córdoba que ofrecemos”, dijo De Loredo al gambetear la última gestión radical, la que hace cuatro años logró ocho por ciento de los votos.
Sin perder de foco el aparato de movilización que el oficialismo pondrá en marcha el domingo, pidió a los militantes de Juntos por el Cambio “persuadir y organizarse, para que una desorganización no ponga en riesgo lo que se ganó en cada calle y cada plaza de Córdoba”, un “trabajo militante” que, dice De Loredo, se reflejaría en “una paliza al peronismo”: un verdadero batacazo.
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