La Voz del Interior @lavozcomar: Damaris Bustamante: Estos años han sido devastadores

Damaris Bustamante: Estos años han sido devastadores

Si por ella fuera, se hubiera quedado tirada en la cama llorando su tristeza. Así exterioriza Damaris Bustamante su dolor, un dolor que no se apaga pese a que hace casi ya tres años que llegó con trabajo de parto al Neonatal y se fue vacía, en cuerpo y alma.

“Ha sido difícil trabajar con un hueco así en el corazón, es como que nuestros hijos fallecieron, los mataron pero el mundo siguió girando, las cuentas siguen estando… Tuvimos que salir a trabajar igual, con la tristeza en el bolsillo”, cuenta Damaris. Es la mamá de Benja, el segundo bebé que falleció por circunstancias entonces no explicadas. Era su primer hijo. Hoy se acusa a Brenda Agüero como la presunta responsable de haberle adrede inyectado potasio, en el marco de cinco muertes y ocho intentos de muerte que se empiezan a juzgar en Córdoba.

Benjamín nació a las 8.13 del sábado 23 de abril del 2022, con 39 semanas de gestación. Pesó 3,310 después de un parto que Damaris juzgó horrible. Su mamá y su pareja se quedaron afuera y todo el tiempo –cuenta ella–, las médicas le decían que dejara de gritar porque si algo le pasaba a su bebé iba a ser “culpa de ella”. Por muchos meses ella se creyó eso, hasta que se enteró por las noticias que ella no tenía nada que ver, que a su Benja alguien le provocó la muerte. Le habían dicho que fue un “shock cardiogénico”, pero no hay detalles en su historia clínica que permitan una aproximación más específica a lo que le pasó. Tampoco hay autopsia.

Damaris Bustamante, madre de un bebé fallecido en el Hospital Materno Neonatal (Nicolás Bravo / La Voz)

Después de la muerte de su hijo, Damaris se cambió una vez de casa: intentaba estar en un espacio donde nunca había estado embarazada. Pero igual, todo le hacía acordar a él. No pudo continuar su vínculo con Leandro, el papá de Benja, y ahora se acaba de mudar de nuevo, buscando algo más barato, alejándose de los recuerdos.

En este tiempo hizo de todo: trabajó como moza, en un quiosco, en una parrilla y ahora está como cajera en un local de comidas árabes de barrio General Paz. “Saben todo y me acompañan”, dice. Siente que se le amplió la ya de por sí “hermosa y generosa familia” que, orgullosa, dice tener. “Todos me acompañan: mamá, papá, hermanos, sobrinos, mis tías, mis tíos, mis primos… tengo una familia enorme que siempre estuvo y que siempre va a estar”, agradece. Benja iba a ser el nieto número 11.

Damaris Bustamante, madre de uno de los bebés muertos en el Hospital Materno Neonatal, muestra su nuevo embarazo. (La Voz)

“Estos dos años y pico han sido devastadores”, señala. Es que al duelo se le sumaron la cantidad de trámites, peritajes y citaciones a las que se han tenido que presentar.

“Quisiera despertarme un día y que haya pasado todo. No sé si es miedo, tengo mucha ansiedad, muchas preguntas. Nunca pasé por algo así y menos por esto tan terrible”, dice. Hace meses que se viene mentalizando para el momento del juicio, trabajando con su psicóloga. En el Polo de Asistencia a la Víctima le ofrecieron una profesional, que la acompaña desde entonces. “Me asusta saber que mi familia va a estar presente ante las personas que nos arrebataron a Benja. Pero tengo muchos amigos y gracias a Dios se están organizando para acompañarme y que nunca tenga que ir sola”, cuenta.

Piensa una y mil veces el momento en que deba mirar a la enfermera Brenda y a todos los imputados. “No pensé qué decir, lo estoy trabajando con mi psicóloga. De todos modos, mi hijo no va a volver y no quiero poner energía en algo que no tiene sentido. Pero sí quiero preguntarle, porque yo me lo pregunté tantas veces, es para qué lo hizo. Igual sé que aunque ella me lo diga y me lo explique, mi hijo no va a volver”, reflexiona.

Ella se acuerda de Brenda, aunque entonces no le sabía el nombre. Fue la que le dijo que confiara, que su bebé iba a estar bien. Ya se lo habían arrancado de los brazos, apenas lo había amamantado 40 minutos. Se acuerda que era hermoso, con las pestañas de su papá. Vivió apenas ocho horas. En los siguientes tres días, otros tres bebés se descompensaron de manera inexplicable, aunque sobrevivieron.

“Me imaginé muchas cosas… si es una mujer que no puede tener hijos, si simplemente tiene maldad, si alguien la mandó; pero me di cuenta de que me siembra mucho odio y no me hace bien”, cierra.

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