La Voz del Interior @lavozcomar: Cuidar las relaciones entre Argentina y Chile

Cuidar las relaciones entre Argentina y Chile

Las relaciones entre Argentina y Chile han conocido en diferentes momentos de la historia diferendos diplomáticos de diversa magnitud, lo cual generó una rivalidad entre ambos países que se manifiesta en múltiples ámbitos.

Sin olvidar la controversia por el Canal de Beagle, cuyo pico de tensión se produjo en 1978, cuando la dictadura militar argentina estuvo a punto de invadir las islas en litigio, los demás conflictos bilaterales no pusieron en riesgo las relaciones políticas, comerciales y culturales que unen a ambos países.

Pero algo tenía que fallar para enturbiar una vez más la historia y colocar en el centro de las noticias los intercambios de acusaciones desde los más altos niveles de conducción gubernamental en ambos lados de la Cordillera.

La historia es conocida: en abril pasado, la Armada argentina inauguró el llamado “puesto de vigilancia y control de tránsito marítimo Hito 1″, ubicado en la frontera sur con Chile, en línea con la boca oriental del Estrecho de Magallanes. El puesto en cuestión está dotado de dos módulos habitacionales y de un grupo de paneles solares para la generación de energía eléctrica.

Sucede que, por “un error involuntario” de los técnicos de la Armada, uno de los paneles quedó ubicado unos tres metros dentro del territorio chileno. Fue suficiente para desatar un nuevo roce diplomático que, en rigor, no ameritaba semejante alboroto.

El solo pedido de remoción del instrumento mal instalado hubiera bastado para dar un corte al diferendo, pero algunas declaraciones inflamadas le agregaron al caso una dimensión innecesaria.

Sin omitir que se trató de un error de la parte argentina, no encaja que el incidente haya escalado al punto de reclamar un pedido de disculpas a la Cancillería de nuestro país y pontificar que las fronteras son un principio básico del respeto entre países.

En esos términos se expresó el presidente de Chile, Gabriel Boric, a lo que de inmediato su colega argentino, Javier Milei, ordenó retirar sin demoras los instrumentos solares mal ubicados.

Alguien se tendrá que hacer cargo del error de cálculo, pero a simple vista el tema no parece tener envergadura diplomática como para empañar las buenas relaciones entre dos países vecinos.

Nunca faltan quienes se apresuran a atribuir razones políticas al episodio, en función de las disparidades ideológicas entre ambas administraciones. Aun si así fuera, no es el modo ni el momento para agitar tensiones, en un mundo convulsionado por antagonismos inconducentes.

La remoción de los paneles solares mal colocados ya es un avance en bien de superar los entredichos. Como se dijo, Argentina y Chile mantienen relaciones comerciales como socios estratégicos, lo que debe estar por encima de un mero incidente ocasionado por una pantalla solar enclavada apenas unos metros más allá de la línea fronteriza.

Por ello sonó exagerada la advertencia de Boric en el sentido de que “si no retiran ellos los paneles, los retiramos nosotros”. Bregar por la coexistencia pacífica es el verdadero sentido de la diplomacia.

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