Cuidado de personas cooperativo
El cuidado cooperativo de personas implica mejorar calidad de vida mediante acompañamiento, “solicitud”, escucha y recreación reconfortantes de adultos mayores, de personas con discapacidad o de aquellas que requieren una atención de mediana o larga duración.
Esta cualidad de “solicitud” por el otro se corresponde con personas dispuestas a servir y a satisfacer cooperativamente a los demás. Se aprecia tal solicitud en la actitud cooperativa ante las necesidades de personas “descuidadas, abandonadas u olvidadas” por su familia, por el Estado, por la sociedad o por efecto de múltiples y diversos infortunios de la vida.
Se trata de una perspectiva humanitaria y fraterna del deber de cuidar y del derecho a ser cuidado, entendiendo por fraterno, en este caso, lo relativo a cordialidad, a hospitalidad y a cercanía, actitudes y valores con denominador común: “solidaridad y cooperativismo”.
En la medida en que aumenta la demanda del cuidado de personas, se vienen creando numerosas fuentes de trabajo, necesidades y derechos que pueden encontrar en el marco de la “economía cooperativa del cuidado” una buena respuesta, a precio justo.
Refuerza esto último el hecho de que el trabajo de cuidados de personas en todo el mundo sigue precarizado y se caracteriza por la falta de beneficios y protecciones, por bajos salarios y por el riesgo de sufrir daños físicos, mentales o contagios; hasta, en algunos casos, abuso sexual.
Así las cosas, resulta necesaria la implementación de nuevas y creativas soluciones a la prestación de cuidados en dos frentes: 1) en lo que respecta a la naturaleza y a la facilitación de políticas y de servicios de cuidado; 2) en términos de las condiciones en que los cuidados se prestan.
Nuestra propuesta cooperativa consiste en promover, fomentar y empoderar estrategias asociativas solidarias, dignas, solventes y regulares para el cuidado de personas desvalidas. Asimismo, todos sabemos cómo y cuánto la pandemia acentuó la valía, significación y estimación del cuidado humano.
El 16 de noviembre pasado, el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) dispuso impulsar la promoción y constitución de esta clase de cooperativas de trabajo para el cuidado de personas.
Entendemos determinante para una eficaz organización y funcionamiento de estas cooperativas lo siguiente: 1) la capacitación aplicada y una delicada solicitud de sus miembros; 2) la mayor y mejor profesionalización en la gestión de estas con amplia perspectiva de género e inclusión; 3) el equipamiento y la aparatología apropiados; 4) implementar o adecuar una regulación pública de la salud, específica para esta clase de cooperativas; 5) un tratamiento crediticio y tributario acorde con su naturaleza y finalidades.
Implementar estos cuidados será también reflejar principios cooperativos de interés por la comunidad (más frágil y vulnerable en este caso), con la institucionalización de principios y de derechos constitucionales.
Finalmente, el cuidado cooperativo de personas dependientes que proponemos procura tanto una mejor calidad de vida de sus destinatarios cuanto su paulatina reintegración familiar, social y cultural.
*Experto Coneau en cooperativismo
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