La Voz del Interior @lavozcomar: Cuánto tiempo es un tiempito

Cuánto tiempo es un tiempito

Me miró sin entender. Volvió a mirarme, pero ahora con fiereza; en esos ojos profundos brillaba una pregunta.

“No quiero”, dijo.

La abracé y sólo dije: “Nosotros vamos a estar siempre”.

Y se fue; a un lugar mejor, dijeron.

“¿Mejor que con nosotros?”, pregunté, agresivo.

Y se fue.

La Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la Nación (Senaf) y Unicef relevaron más de nueve mil niños, niñas y adolescentes en Argentina que no pueden seguir al cuidado de sus padres/madres.

Son quienes, luego de vivir situaciones de desamparo o violencia en su hogar de origen requieren la aplicación de “medidas excepcionales de protección integral”, que incluyen alejarlos de su familia para alojarlos en hogares o instituciones –públicas y privadas– o en familias de acogimiento, llamadas también solidarias o de tránsito.

Según fuentes oficiales, el 68% de las medidas de protección aplicadas en Córdoba en 2023 fue por negligencia en los cuidados parentales; en menor porcentaje, por algún tipo de maltrato o abuso.

Como cada caso es objeto de minuciosos estudios, los tiempos de estadía son habitualmente prolongados y, antes o después, pueden afectar la emocionalidad de muchos.

Las instituciones deberían ser siempre de estadía breve, así como las familias de acogimiento, que no son adoptivas.

En ambos casos, su función se limita a brindar un completo cuidado de los chicos por un plazo corto, hasta que se defina su destino.

Esto significa que la función es ser “puente” tanto hacia el regreso a su familia original o ampliada (lo que pasa en la mayoría de los casos) como hacia una nueva familia adoptante.

Según la legislación actual, ese período no debería exceder los 180 días, aunque esto rara vez se cumple debido a entendibles (pero potencialmente dañinas) razones de procedimiento.

Es posible comprender lo compleja y ardua que es la tarea de los equipos interdisciplinarios, cuando deben evaluar la revinculación con padres o familiares de origen si los progenitores se encuentran en proceso de recuperación de adicciones o sufren de trastornos de salud mental.

En tanto, la declaración de adoptabilidad de niños o niñas debe ser el resultado de minuciosos estudios, tomando en cuenta la alta frecuencia con la que la frase “volvió a foja cero” circula en los hogares y los juzgados.

Y también intercede el derecho de la familia de origen a apelar una adopción, lo que reinicia de manera inevitable todo trámite.

Cuando la adopción se declara, tampoco resulta sencillo encontrar a la familia adecuada, en especial cuando se trata de adolescentes, grupos de hermanos o niños con trastornos crónicos de salud.

En el largo transcurrir de los expedientes, los plazos se prolongan y estos chicos crecen “con las raíces al aire”.

El título del libro Cuánto tiempo es un tiempito (2019, editorial Juris), del jurista argentino Marcelo José Molina, resume magistralmente la problemática.

Más allá de razones comprensibles, provoca esperanza que cada día se tome más en cuenta el derecho de los niños a ser oídos. En este sentido, abogadas y abogados de niños, niñas y adolescentes juegan un papel fundamental en hacer valer no sólo sus derechos sino sus deseos.

Me miró y no entendí. Volvió a mirarme, ahora con dulzura. En esos ojos profundos brillaba una pregunta.

La abracé y sólo dije “¿Viste que nosotros estamos siempre?”

Y se fue a ese lugar mejor; que sí, es mejor.

* Médico

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