Crimen de Joaquín en Laboulaye: los 40 minutos que complican a L y por qué la familia apunta ahora a un sólo autor
El viernes al mediodía, en los tribunales de Laboulaye, comenzó a escribirse un nuevo capítulo en la búsqueda de la verdad por el brutal crimen de Joaquín Sperani (14).
Mariela Flores y Martín Sperani, los padres de la víctima, acompañados por su abogado querellante, Raúl Francia; y otra abogada del mismo estudio, se reunieron con Sebastián Moro, el juez en lo penal juvenil que investiga el hecho.
El tenor del encuentro fue informales a los padres cómo avanza la investigación y mostrales algunas pruebas clave que hoy complican más la situación de L., el compañero de colegio y amigo de Joaquín, demorado en Complejo Esperanza desde el domingo 2 de julio, cuando se encontró el cuerpo sin vida en una casa ubicada en Sarmiento al 470.
“Fue premeditado”, aseguran que gritó Mariela en la oficina de tribunales cuando se les iba presentando prueba tras prueba.
El domingo 9 de julio La Voz publicó un Primer Plano con las cuatro claves de la investigación. Entre ellas, se descartaba que una tercera persona haya participado en la escena del crimen.
Acceso a las filmaciones en Laboulaye: qué revelaron las cámaras
De acuerdo a la reconstrucción que se hizo en estos días de investigación, se pudo armar el rompecabezas y el accionar de L. durante ese 29 de junio.
Mariela Flores, la madre de Joaquín, le contó a la periodista Patricia Rossia, del diario Puntal de Río Cuarto, que la secuencia muestra a L. cuando llega a la escuela ese jueves por la mañana -tenían Educación Física-, deja la mochila pero no concurrió a esa clase.
Eran las 9.20 del jueves 29 de junio cuando a L. se lo ve salir de la institución, camina hacia la “casa del horror”, a la vuelta de la escuela, y 40 minutos después regresa al Ipem Nº 278.
Compañeras de colegio de Joaquín y L. dijeron hace unas semanas que esa mañana L. preguntó por su amigo. Como no estaba, se retiró.
Luego de esa clase de gimnasia, el curso se retiró. Según Mariela Flores, en una clase de Formación para la Vida -en la que no estuvo Joaquín- volvió a preguntar a sus compañeros de curso por el chico.
“Entró al aula preguntando por mi hijo, pero él -por Joaquín- no estaba. Mi hijo ese día fue a clases cerca de las tres de la tarde. Ahí afuera lo esperaba L. Por eso digo que fue premeditado”, expuso con dolor Flores.
Volver a la escuela en el turno tarde
Ese 29 de junio, luego de los contraturnos de la mañana, el tercer año debía presentarse a las 14.20 a una nueva clase. Joaquín salió tarde de su casa, a las 14.57. Su madre avisó a una preceptora que el chico iba tarde.
La investigación demostró que el adolescente nunca ingresó a una aula del Ipem Nº 278 Malvinas Argentinas, pero sí que dejó su bicicleta en la escuela.
Por motivos que aún se investigan, L. interceptó a su compañero afuera de la institución y lo llevó hasta la casa de Sarmiento al 470. Una cámara de seguridad de una vivienda registró el último momento con vida de Joaquín.
12 minutos después de esa imagen, se lo ve a L. volver solo al colegio corriendo para retomar sus actividades. Se le cae un celular que recoge y guarda en una media.
Así ingresó al colegio y siguió su jornada académica. Ese mismo día, a la noche, los padres de Joaquín radicaron una denuncia de búsqueda de paradero en la Unidad Departamental Presidente Roque Sáenz Peña, derivó en sucesivas búsquedas y movilizaciones hasta que el domingo 2 de julio, pasado el mediodía, se halló el cuerpo del chico en la “casa del horror”.
Según la autopsia, Joaquín murió tras recibir numerosos golpes en la cabeza con un objeto contundente, el cual está en poder de la Justicia.
En estas semanas, aseguran que Mariela Flores aún no pudo “llorar a su hijo”. Mariela quiere respuestas, saber por qué mataron a su hijo. “Este chico -por L.- no dice nada. Lo reconoce al hecho, pero no genera ningún sentimiento”, expuso la mujer.
“La causa sigue abierta”
Pese a las interpretaciones que se hacen en torno a la investigación, desde los tribunales de Laboulaye aseguran que la causa sigue abierta.
“Ayer se notificó de una resolución a los padres de Joaquín. Falta incorporar prueba que se está produciendo”, explicó una alta fuente de la investigación a La Voz.
“La investigación sigue, pero al momento es unidireccional. Esto es, todo conduce a que habría un solo victimario, y sería el joven inimputable L”, detalló la fuente consultada.
Sobre las causas que habría llevado al amigo a tal aberrante ataque y desenlace la familia dice desconocerlo, tampoco recibieron mayores datos de parte del juez Moro y su equipo.
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