La Voz del Interior @lavozcomar: Córdoba: quedó libre el policía que abatió de siete disparos a presunto ladrón

Córdoba: quedó libre el policía que abatió de siete disparos a presunto ladrón

En el mismo momento en que se producía un estallido en barrio Parque de la Vega III por protestas de vecinos y familiares del abatido Víctor Gustavo Calderón (21), se conoció la noticia de que el policía que lo mató de “13 disparos” recuperaba la libertad. En realidad, tras una confusión en la interpretación de la autopsia, luego se aclaró que los balazos habían sido siete.

Aunque en algunos partes oficiales no se menciona su nombre, el uniformado se llama Franco Paglino, es cabo de la policía motorizada y está imputado por la fiscal del Distrito 4, Turno 4, Liliana Copello, como supuesto autor de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.

La reacción de los vecinos se produjo este jueves cuando la Guardia de Infantería se acercó a la casa de una mujer conocida por Paglino, para resguardar un posible ataque a la propiedad y a sus familiares. Transmitido en vivo por Telefé Noticias, el enfrentamiento en el extremo oeste de la ciudad comenzó con insultos ante supuestas burlas de los policías. En declaraciones al canal de televisión cordobés, varios de los manifestantes se quejaban en el mediodía de este jueves por un supuesto caso de “gatillo fácil”, pedían “justicia” y pugnaban para que Paglino no fuera liberado.

El pasado martes hacia las 23.40 se produjo la muerte de Calderón, quien recibió numerosos disparos del arma reglamentaria de Paglino cuando este se trasladaba a la casa de una mujer que habita ese barrio. Según la versión policial, el uniformado respondió a un intento de asalto de Calderón y un motoquero que huyó del lugar que la Justicia busca identificar. En principio, se sostiene que el fallecido habría intentado robar la moto del policía.

Piedra. Uno de los cascotes que arrojaron algunos manifestantes terminó en el techo de la vivienda custodiada. (José Hernández / La Voz)

Tras los primeros escarceos entre los guardias de Infantería y vecinos, la cámara registró cómo algunos tiraron piedras hacia el cuerpo policial de asalto. Minutos después, llegó la orden a los efectivos para iniciar el avance en bloque. Un jefe declaró que lo hacían para resguardar la casa donde estaban los familiares de la persona allegada a Paglino.

Algunos vecinos intervinieron para mediar y lograron que dejaran de llover piedras. El cronista Adrián Álvarez y su dupla debieron correr para evitar ser alcanzados por un vendaval de cascotes.

Cuando los ánimos se habían caldeado, llegó la noticia desde Tribunales 2: la fiscal Copello decidió dar libertad al policía Paglino al no existir peligro procesal de fuga ni de entorpecimiento de la investigación.

A primera hora de la mañana, la misma funcionaria había comentado el resultado preliminar de la autopsia al cadáver de Calderón. Si bien en su momento se habló de 13 disparos, eso no fue preciso, ya que se trata de siete disparos: seis con orificios de entrada y de salida, y uno que quedó en el cuerpo y cuyo proyectil es compatible con el arma que utiliza la Policía.

Otros informes técnicos hablan que en el lugar donde cayó malherido Calderón se halló una pistola 11.25 que habría empuñado el joven abatido. Más tarde, indicaron que también se levantaron vainas servidas, de ese calibre y de 9 milímetros. En materia de antecedentes, fuentes judiciales informaron que Calderón tenía una condena de hace unos tres años por lesiones graves calificadas por el uso de arma de fuego, una pistola Ballester-Molina.

A lo largo de la mañana, el comentario de fuentes judiciales en Tribunales 2 se centró hacia las primeras “certezas” en cuanto a la naturaleza del hecho fatal. Por empezar, estaría prácticamente confirmado que se trató de un intento de asalto y se está evaluando la posibilidad de sostener la calificación legal al policía acusado. De un homicidio agravado podría cambiarse la imputación a otras dos figuras posibles: la defensa propia o el exceso en la legítima defensa.

Cuando se comunicó la novedad del recupero de libertad del policía, se hizo a través de un escueto comunicado de dos párrafos, a cargo del Ministerio Público Fiscal (MPF).

Abatido en un asalto

Algo que mencionaban con insistencia los vecinos del barrio ubicado muy cerca de la avenida de Circunvalación (”detrás” de Autociti) era el “antecedente” que tenía Paglino de haber matado a otra persona, cuatro años antes. En realidad, el episodio al que hacían referencia se trataba de una acción policial en contra de una peligrosa banda de delincuentes.

Tiroteo en Nueva Córdoba. En el asalto ocurrido hace cuatro años se recogieron más de 90 vainas servidas. (La Voz / Archivo)

Horas antes, el portal de Cadena 3 había anticipado que este policía era el mismo que en la madrugada del 16 de febrero de 2018 había abatido al pistolero Rolando “Ciego” Hidalgo en el tiroteo tras el asalto a la financiera de Nueva Córdoba. También resultó muerto el otro cabecilla del grupo delictivo, Ricardo Serravalle.

Según se ventiló luego en el juicio en el que se condenó a los cómplices de los abatidos, la participación de Paglino se originó a raíz de que estaba trabajando en un quiosco ubicado a pocos metros de la financiera asaltada, en la primera cuadra de la coqueta calle Rondeau. De civil, el cabo que ya pertenecía al Seom (policías de motocicletas) se ocupó de auxiliar a un camarada acorralado al que se le había trabado el arma. Luego, consta que desalojó varios bares que estaban llenos de gente. Finalmente, enfrentó a Hidalgo: cuando este lo apuntó, terminó abatiendo al peligroso delincuente.

En el juicio, el testimonio de Paglino fue fundamental para apoyar la reconstrucción del tiroteo que había descripto la instrucción del fiscal Rubén Caro.

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