Córdoba debate: Un detrás de escena con nervios, risas forzadas y libretos estudiados
El detrás de escena del debate de los candidatos a diputados en Córdoba se caracterizó por momentos de tensión, silencios, muchos nervios y asesores y dirigentes que hicieron de soporte a la hora de los cruces y de algunos golpes bajos.
Cada uno de los candidatos tenía permitido ingresar hasta con cinco acompañantes, los que debieron mirar el debate en un estudio contiguo del que se llevaba adelante la grabación. Sólo uno por cada equipo pudo entrar al set de televisión en los cortes para marcar el pulso de las exposiciones, hacer el aguante con algún que otro chiste o recomendar para dónde poder dirigir el debate.
De acuerdo con el sorteo, Luis Picat, intendente de Jesús María y candidato de Juntos por el Cambio, ocupó el primer atril de la izquierda. Llegó al set acompañado por su hijo Felipe. Desde su entorno, confiaron que se preparó desde varios días antes y que incluso en el viaje a Córdoba siguió repasando su exposición. Fue uno de los candidatos que prefirió almorzar ligero para sentirse mejor en el debate. “¿Habrá algo para comer por acá cerca?”, preguntó a los pocos minutos del cierre, aunque no fue el único.
En los cortes compartió el diálogo con el diputado Rodrigo de Loredo, con quien afinó los detalles y el clima de cómo se llevaba el debate. Antes del arranque se frotó varias veces las manos, como quien se prepara un duelo. En el set de televisión contiguo, además de De Loredo, y su hijo, miraron el debate desde una pantalla gigante Sofía Aguad, Santiago Ferreyra y Lucas Valiente.
En el atril segundo se ubicó Gabriela Estévez, la diputada kirchnerista que se presenta por la re-reelección, y que llegó acompañada Martín Apaz, su asesor y amigo, además de María Florencia Soto, experta en comunicación política e imagen, quien hizo sus recomendaciones. Estévez escogió un look entre marfil y blanco y manejó a lo largo de su exposición prácticamente un mismo tono, sin demasiados subidas en expresiones. En los cortes se la vio reír en varios momentos con Apaz respecto de las chicanas y de algunas expresiones.
Recién al final y ya fuera del estudio compartió con su equipo unos mates para distender y compartir el fin del debate. Al igual que Picat se había preparado y desde su entorno confiaron en priorizar reforzar las propuestas de Sergio Massa, antes que responder cuestionamientos al kirchenrismo. En su entorno aseguraron que esperaban más críticas al oficialismo nacional.
En el tercer atril estuvo Carlos Gutiérrez, el diputado schiarettista que apuesta por su reelección. Desde hace varios días dedica su tiempo en repasar su discurso basado en el modelo Córdoba. En el arranque miró su reloj y se lo notó casi como sus pares de debate algo nervioso. Con sus manos aferradas al atril y con movimientos en sus hombres. Con el correr de las exposiciones estuvo más beligerante y respondió cada una de las chicanas que les hicieron sus rivales y hasta los desafió a los otros candidatos a trabajar juntos antes del 22 de octubre para la quita de las retenciones.
En los cortes, estuvo asesorado por Diego Marshall, un docente en coaching, quien le marcó medir los tiempos y sus exposiciones. En el exterior del set, lo acompañaron los comunicadores y asesores Gustavo Zamudio, Marianela Maldonado y Guillermo Jara, otro de sus colaboradores. Al igual que el radical Picat, Gutiérrez estuvo con su hijo, Tobías Gutiérrez.
María Celeste Ponce, la candidata de La Libertad Avanza, se ubicó en el cuarto atril. En el arranque fue una de las candidatas que tomó más agua y se sumó al resto de los postulantes cuando en los cortes usó las banquetas para descansar. En estas interrupciones, Tomás Gutiérrez, de la agrupación Pumas Libertarios, que Ponce lleva adelante en Córdoba, fue quien la acompañó. También ahí se vieron momentos de risas y de apuntes para las exposiciones. En varios tramos de su presentación, Ponce tomó nota con algunas frases para responder a sus contrincantes. Si bien tenía un libreto, como todos los postulantes armado previamente, fue una de las candidatas que más se salió de discurso para buscar la chicana.
Incluso cuando no era su turno de alocución, Ponce fue una de las más expresivas con gestos en su rostro para cuestionar dichos de otros candidatos.
Frente al quinto atril estuvo Liliana Olivero, la candidata a diputada por la izquierda, también había armado un discurso trabajado previamente y en sintonía con los dichos de Myriam Bregman, la postulante a presidenta por este sector. En las interrupciones estuvo asesorada por Norberto Piñón; mientras que en el estudio contiguo la acompañaban la legisladora provincial Noelia Agüero; Alejandro Waisman, Alfredo Leytes y Daniel Martínez.
Olivero llevó un duro discurso en defensa de los derechos humanos y fue la única que al final de debate se mostró con un objeto distinto, más allá de lapiceras y apuntes.
Olivero mostró con pañuelo blanco con la frase Nunca Más y el gesto de mano de levantada.
Al final del debate y ya con las cámaras apagadas hubo quienes se quedaron en sus atriles y otros que salieron al saludo.
Picat, Estévez y Gutiérrez se movieron para saludarse entre ellos y se acercaron para cruzar abrazos con Ponce y Olivero. La candidata de La Libertad Avanza fue la que más se mantuvo en su lugar sin ir más allá de saludos formales. Gutiérrez, Picat y ya también De Loredo cruzaron chistes y mantuvieron una conversación más distendida. “Pensar que yo me permitía darle algunos consejos hace ya un tiempo”, le dijo el candidato schiarettista al radical De Loredo, con quien comparten bancadas en la Cámara de Diputados.
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