Córdoba: cayeron dos bandas que actuaban bajo sofisticados artilugios
El engaño, en sus distintas formas, se ha convertido en una modalidad de robo que preocupa a los habitantes de la ciudad de Córdoba. Pero por sobre todo, se transformó en una nueva alerta para las autoridades policiales.
Recientemente, la Policía logró desbaratar dos hechos de importante magnitud. Ambos procedimientos, explicaron desde la fuerza, fueron producto de un seguimiento de este tipo de ardid que llegó para quedarse.
También reconocieron que la respuesta llegó tras una sucesión de hechos que no se pudieron reprimir.
Hacía tiempo que la Policía seguía los pasos de una organización conformada por varios miembros que empleó la estafa para llevar a cabo tretas que ocasionaron a numerosas víctimas la pérdida económica. Utilizando las redes sociales, en particular Facebook, publicaban atractivas ofertas de productos al por mayor, tales como garrafas, sillas, chapas, bebidas y cemento.
Estos artículos eran presentados en paquetes que parecían irresistibles para quienes buscaban una buena oferta.
Una vez que los interesados se conectaban a través de WhatsApp, comenzaba la comunicación con los estafadores.
La coordinación para concretar la entrega y cerrar el negocio era el siguiente paso. Sin embargo, era en este momento cuando los estafadores recurrían al “cuento del tío”.
Convencían a sus víctimas de que la mercadería se encontraba en un galpón ubicado detrás de una casa de familia. En ese lugar, hombres y mujeres integrantes de la organización llevaban a cabo el golpe.
Mientras algunos miembros se retiraban del lugar, otros regresaban corriendo y con aparente nerviosismo, gritando que la policía estaba cerca. Con estas artimañas, convencían a las víctimas de que debían abandonar el sitio y se les prometía que recibirían la mercadería en algún punto de la ruta, en función de la ubicación geográfica de los damnificados, según relataron los investigadores.
Una vez que las personas se alejaban del lugar, los delincuentes enviaban fotografías donde se veía a las víctimas entregando el dinero. Bajo amenazas y la falsa acusación de haber comprado objetos robados, extorsionaban a las víctimas para que no realicen denuncias.
De esta manera, se aprovechaban de la vulnerabilidad y el miedo de las personas afectadas, perpetuando su esquema de engaño.
La Policía montó un operativo de allanamiento y logró la detención de la banda. Algunos damnificados aseguraron que cuando el “cuento del tío” no funcionaba “pasaban cinco segundos hasta que los amenazaban con pistolas de gran calibre”.
El “delivery” falso y la violencia como parte del engaño
En otro tipo de engaño, perpetrado por una banda que la Policía logró desbaratar con allanamientos en los barrios cordobeses San Jorge, Patricios y Yofre Norte, se producían delitos de robo calificado con el señuelo del servicio de delivery de comidas.
Todo parecía ser una acción válida a través de una reconocida aplicación para celulares en domicilios ubicados en la zona este de la ciudad.
Como resultado de los allanamientos, se logró la detención de cuatro hombres mayores de edad, quienes se encuentran bajo investigación por su presunta participación en estas actividades delictivas. Además, se incautaron armas de fuego, diversos electrodomésticos, siete teléfonos celulares y varias ruedas de auxilio.
Los investigadores sostienen que la detención de estos cuatro hombres constituyó un avance significativo en la desarticulación de esta red criminal. Aunque no descartan que este tipo de delitos se repitan.
Sobre la modalidad, fuentes allegadas a la causa explicaron que los falsos repartidores se presentaban en los domicilios con atuendos idénticos a los de la aplicación de delivery. Allí eran atendidos y a punta de pistola irrumpían en los domicilios.
No está claro aún si eran capaces de conocer con exactitud los puntos desde donde se realizaban pedidos efectivos de comida o si por el contrario “golpeaban puertas para ver cuándo se abrían por algún desprevenido”, explicaron.
Adultos mayores: uno de los focos principales de estos engaños
En la zona del Centro y Nueva Córdoba, vecinos y autoridades policiales confirmaron que los domicilios habitados por adultos mayores se han convertido en puntos estudiados y preferidos por los delincuentes que apelan al engaño para perpetrar sus robos.
En los edificios, según confiaron fuentes vecinales de esta zona, hay grupos de WhatsApp destinados a “cuidar a esta población”.
“Lo más grave es que entran, los golpean, los amenazan, los atan y les llevan la jubilación y las pocas joyas o elementos de valor que pueden llegar a tener”, dijo una fuente que prefirió hablar desde el anonimato.
Otras voces coincidentes alertaron que los engaños suelen darse al comienzo de los hechos para luego “dar paso a la violencia”.
“Tocan los timbres y cuando contesta un anciano usan distintas mentiras. Algunos casos son de supuestos servicios de mantenimiento, otros de parientes que vienen a visitar y también hay gente que dice estar pidiendo una ayuda”, dijeron.
Ante el aumento de estos casos, cada vez más edificios buscan colocar sistemas de cámaras en sus porteros eléctricos. Sin embargo, advierten los vecinos, es una medida que muchas veces no cumple con el efecto buscado.
“Tapan la cámara con el dedo y piensan que hay algo que está roto”, lamentaron las fuentes consultadas.
Recomendaciones
Ante la repetición de este tipo de robos, autoridades policiales recordaron que no se debe confiar en ofertas “demasiado atractivas” y se debe “verificar cuidadosamente la identidad y los antecedentes de quienes realizan las ventas o las transacciones”.
Además, es importante mantener la calma y no dejarse llevar por la presión o las amenazas de supuestas autoridades.
En caso de sospecha o haber sido víctima de un engaño, es fundamental realizar la denuncia correspondiente ante las entidades competentes.
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