Continuidad o regreso de la centroizquierda, las opciones en Uruguay
En un clima electoral que transformó la indiferencia en entusiasmo moderado recién en el último tramo de la campaña presidencial, uruguayos y uruguayas tienen una cita con las urnas el próximo domingo para decidir quién conducirá los destinos de la nación en el período 2025-2030.
Unos 2,7 millones de personas mayores de 18 años están habilitadas para elegir a quién el actual mandatario, Luis Lacalle Pou (51), le traspasará, el 1° de marzo del año próximo, los atributos del mando del segundo país más pequeño de Sudamérica (de unos 3,4 millones de habitantes y 176.215 kilómetros cuadrados de superficie), que marcha a la vanguardia de las democracias latinoamericanas por su estabilidad política y defensa de las libertades civiles.
También determinarán quién acompañará al futuro jefe de Estado desde la vicepresidencia.
Candidatos al podio
Según los escudriñadores de opinión pública que gozan de mayor credibilidad en la tierra de José Gervasio Artigas, el próximo domingo subirían al podio Yamandú Orsi, Álvaro Delgado y Andrés Ojeda, postulados por el centroizquierdista Frente Amplio, la alianza oficialista liderada por el Partido Nacional, y el conservador Partido Colorado, respectivamente.
Además de estas tres escuderías políticas, otras ocho anotaron binomios para competir por los dos máximos cargos ejecutivos de la República Oriental el 27 de octubre.
Si alguno de ellos logra más del 50% de los votos válidos emitidos se adjudicará el triunfo en primera vuelta. Pero si ninguna fórmula alcanza ese nivel de respaldo popular, la definición de la carrera presidencial deberá esperar hasta el 24 de noviembre, cuando los dos candidatos más votados en el primer turno deberán medir fuerza en el balotaje fijado para esa fecha; triunfará quien obtenga la mayoría simple de los sufragios lícitos que contabilice la Corte Electoral Nacional al concluir el mano a mano crucial.
Tanto en primera vuelta como en el eventual balotaje, la emisión del voto es obligatoria y presencial para todas las personas hábiles residentes en el país mayores de 18 años (inclusive quienes lleguen a esa edad el día de los comicios), salvo que tengan justificación para no hacerlo.
La ley electoral del país no contempla el voto por correo (epistolar) ni el consular para que puedan sufragar quienes se encuentren en el exterior.
La otra gran pulseada
Lo que sí determinará el escrutinio del domingo es la composición total del próximo Parlamento del Uruguay ya que en esta convocatoria se elegirá, de manera directa, por sistema de representación proporcional y en una sola circunscripción electoral, a los 30 senadores y a los 99 representantes (diputados) del Poder Legislativo oriental.
En la actualidad, de la grilla de espacios políticos que competirán en tres días, sólo seis ocupan bancas en el Congreso: el Frente Amplio, el Partido Nacional, el Partido Colorado, Cabildo Abierto, el Partido Independiente y el Partido Ecologista Radical Intransigente.
Los otros cinco que aspiran a colocar uno de los suyos en el despacho mayor de la Torre Ejecutiva (sede de la presidencia desde 2005) y conseguir escaños en el Congreso son: Identidad Soberana, Asamblea Popular, Partido Constitucional Ambientalista, Partido por los Cambios Necesarios y Avanzar Republicano.
La agenda en discusión
En un contexto de estabilidad democrática, política y económica, casi la totalidad de las fuerzas que dispondrán el domingo de boletas legítimas en los centros de votación armaron sus plataformas electorales sobre tres pilares: la inseguridad, el combate al narcotráfico y la corrupción.
Las razones que explican la trivia: Uruguay enfrenta una ola de homicidios vinculados en gran proporción al narcotráfico, con una media de 10,7 asesinatos cada 100 mil habitantes, según los registros del Ministerio del Interior de la Banda Oriental.
Hace un año, el Gobierno de Lacalle Pou se vio envuelto en un escándalo de magnitud provocado por una investigación de la Justicia penal charrúa relacionada con la entrega de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset (uno de los criminales más buscados del mundo) en 2021.
El caso provocó la renuncia del canciller y la vicecanciller, Francisco Bustillo y Carolina Ache (quien hizo público el sugestivo trámite), respectivamente. También fueron echados de sus cargos el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, y el número dos de esa cartera, Guillermo Marcial. La misma suerte corrió el experimentado publicista y asesor presidencial Roberto Lafluf. Este comunicador fue el artífice de la campaña proselitista que ayudó al actual mandatario a alcanzar la cumbre del poder en la segunda vuelta electoral disputada el 27 de octubre de 2019.
A la par de sus labores como consultor personal de Lacalle Pau, Lafluf prestó servicios para la Confederación Sudamericana de Fútbol. A la salida de la pandemia de Covid-19, el presidente de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez Wilson-Smith, lo contrató para que le aconsejara sobre cómo posicionar la marca del órgano rector del fútbol regional y la confederación continental más antigua del mundo en lo referido al deporte más popular del planeta.
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