Consolidados, Juez y Santos resisten y aguardan la jugada final de la UCR
Dos realidades bien distintas marcan el estado actual de los siempre complejos cierres de listas en Juntos por el Cambio Córdoba. Sobra tensión, hay mucha desconfianza, y escenarios abiertos tanto para una competencia interna a través de las Paso o la unidad, que no se descarta hasta el final.
Por una lado, la sociedad Luis Juez-Gustavo Santos ingresa a los últimos 13 días de la fecha límite para las inscripciones de candidatos con algunas certezas. La dupla sabe que aquel acuerdo inicial forjado hace tres semanas no sólo sigue en pie, sino que ha resistido los embates internos para alterar el orden de las ubicaciones tal como fueron cerradas: Juez, cabeza de lista para el Senado; Santos, primer candidato para Diputados.
En el campamento radical, en tanto, el panorama es diametralmente opuesto: domina la indefinición. En el partido centenario se espera una señal concreta de Mario Negri, la carta más competitiva que tienen los correligionarios para disputarles lugares a sus socios de alianza.
Por el momento, el jefe del interbloque de Diputados no decidió si será la punta de lanza del radicalismo en una eventual Paso. “Mario no se decide. Estuvo en Buenos Aires, pero no escuchó de parte del PRO lo que hubiera querido. Juez y Santos avanzan y nosotros estamos esperando. Jugamos desde atrás y eso no es bueno para la UCR”. El apuro y la tensión no se pueden disimular en el radicalismo. Hay una atmósfera espesa cargada de impaciencia que es compartida por los sectores internos del partido.
Adelantados, pero no en “offside”
Juez y Santos esgrimen argumentos varios sobre por qué es “razonable”, a su entender, que el Frente Cívico y el PRO encabecen, relegando a la UCR.
Se sostiene que no es más ni menos que la renovación de lo que cada uno puso en juego hace seis y cuatro años, respectivamente: Juez la banca a senador que ganó Ernesto Martínez en 2015 y Santos la que obtuvo Héctor Baldassi para el PRO en 2017. “La UCR tendrá en 2023 todo el derecho de liderar el tramo de diputados, porque así lo hizo con Negri en 2019”, conceden en el entorno de Santos.
Ahora, además, desde el Frente Cívico se busca bajarle importancia al impacto que tendrá esta elección para los posicionamientos provinciales de 2023. “Para esa disputa habrá tiempo. Lo de ahora dura hasta la noche de la elección, después es otra historia. Tenemos que mostrar que podemos estar juntos”, aseguran cerca de Juez. Esos dichos, sin embargo, suenan poco convincentes para los radicales, que recuerdan que hasta no hace mucho Juez repetía que “sin 2021 no habrá 2023”, en referencia a su aspiración de competir por la gobernación en el próximo turno electoral provincial.
El tándem, que cuenta con el aval de toda la cúpula nacional del PRO y tiene sintonía con la Coalición Cívica, todavía no inició conversaciones formales con el radicalismo. “Tenemos vocación de acordar, de poder entendernos, pero hay variables que vamos a defender porque las consideramos razonables”, sostienen tanto en el juecismo como en el búnker de Santos. No se niega el diálogo, aunque se espera que sea la UCR la que haga oficialmente una propuesta de cuáles son sus pretensiones concretas.
Como sea, y más allá de las formalidades, la postura aún firme de no resignar ninguna de las dos cabezas de listas por parte de Juez y del PRO hace muy complejas las conversaciones.
Los contactos entre las partes existen, pero, como las posiciones no se alteran, las tratativas están trabadas.
La oferta que está en pie, de acuerdo con los macristas, plantea tres bancas de diputados “aseguradas” para el radicalismo, más la que tomaría el negrista Marcos Carasso (presidente hoy de la UCR) por ser el que le sigue a Juez en la lista de 2019. El intendente de General Cabrera accedería a ese lugar en caso de que Juez llegara a la Cámara Alta. Lo mismo sucedería, contestan en la UCR, si es Negri el que salta al Senado.
Esos tres lugares, que dice el PRO están a disposición, no cubren las expectativas de los radicales. Hablan de las ubicaciones 2 (mujer), 3 (hombre) y 4 (mujer). En cambio, el 1 (para Santos) y el 5 (para otro macrista masculino) serían para los “amarillos”, siempre según el planteo del PRO. “Ni en pedo”, contestan los radicales, que siguen presionando para desplazar a Santos unos escalones más abajo y así lograr una de las cabezas para ellos.
Dentro de la alianza, aunque sin avances en las listas
Como se esperaba, la UCR decidió esta semana que seguirá siendo accionista de Juntos por el Cambio. Este miércoles, la alianza quedará anotada en la Justicia Electoral. Sin embargo, los lugares en las listas están todavía en veremos. Y hay conciencia interna de que el tiempo se agota y de que se perdió tiempo, una ventaja que aprovechó el tándem Juez-Santos.
En el fondo, lo que está haciendo la diferencia son las enormes disidencias que tienen los principales dirigentes de la UCR. Negri, Ramón Mestre y Rodrigo de Loredo son las expresiones más notables de esas divergencias. Y los adversarios/socios de la alianza se sirven de ese contexto para sacar provecho y avanzar.
Esta semana, Negri puso en aviso a los principales dirigentes nacionales que tiene intenciones de pasar al Senado. Y buscó hacer pesar el acuerdo nacional de la UCR con el PRO para sellar trato. Por ahora, su idea no encontró eco en la conducción del PRO. Juez guarda silencio y pero respira aliviado. Su lugar está a resguardo.
Al tanto de la firmeza que hoy muestran Juez y Santos, hay una buena parte de la UCR que insta a que todo el radicalismo compita en las Paso con una boleta predominantemente “roja y blanca”, aunque no 100 por ciento.
Esa posibilidad, aún no explorada formalmente, plantea que Negri lidere para el Senado, y que Mestre y De Loredo (o De Loredo y Mestre) sean las banderas para Diputados. Pero allí surge un escollo gigante: Mestre no quiere ir detrás de De Loredo en la boleta y, al revés, De Loredo reniega de ir rezagado del exintendente.
En el mestrismo sostienen que el acuerdo político que está activo y que sirvió para que Negri controlara el partido a través de Carasso es con ellos y no con De Loredo, que, por el contrario, fue quien compitió con Sumar en la interna en contra de Convergencia, la sociedad Negri-Mestre.
El tridente Negri-Mestre-De Loredo o Negri-De Loredo-Mestre es el camino alternativo con el que presionan en el partido. Por ahora, esa posibilidad no fue activada debido a la indefinición de Negri y a los recelos cruzados de Mestre y De Loredo. El líder de Sumar plantea que si el trato termina siendo Negri-Mestre, él tomará otro camino.
Otra opción que se baraja, en caso de que se rechace la unidad condicionada que proponen Juez y Santos, y que Negri desista de competir, es que De Loredo se presente para el Senado y Mestre para Diputados. Es una posibilidad que asoma de difícil concreción si se tiene en cuenta el mal antecedente de la pésima convivencia que ambos tuvieron en 2019 cuando compartieron boleta en la lista 3.
Quedan 13 días. Mucho, poquito o nada puede cambiar.
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