¿Conocés la historia de la Basílica Nuestra Señora de la Merced?
En 1926, el templo consagrado a Nuestra Señora de la Merced en la ciudad de Córdoba fue elevado a la categoría de “Basílica” en virtud de que su patrona fue coronada como Generala del Ejército Argentino por Manuel Belgrano.
Grupo Edisur te cuenta la historia de esta iglesia católica romana, que comenzó siendo la capilla del convento San Lorenzo Mártir de la capital cordobesa.
Un poco de historia
La Orden de los Padres Mercedarios fue fundada en España y llegó a tierras americanas en 1535, de la mano de Diego de Almagro, para el “rescate de los cristianos cautivos”.
Su presencia en la provincia se remonta a fines del siglo XVI. El primer terreno que tomó en posesión fue otorgado por Jerónimo Luis de Cabrera con la fundación de Córdoba, el 6 de julio de 1573, sobre calle Vélez Sarsfield.
Pero tras una compra realizada por el hermano Martel, se decidió que el asentamiento definitivo se realizara sobre un solar ubicado en la calle “de los mercaderes” o “del camino a Santiago del Estero” (hoy Rivadavia y 25 de Mayo). El obispo Fray Fernando de Trejo y Sanabria otorgó el permiso finalmente en 1601.
El convento fue casa de formación de la Orden, por lo que congregaba una gran cantidad de sacerdotes. En ese tiempo, la Basílica de la Merced se convirtió, en palabra de los obispos cordobeses, en “el confesionario de Córdoba”.
Cuatro siglos de existencia
La Basílica Nuestra Señora de la Merced, que comenzó siendo la iglesia conventual, fue construida en tres etapas y la última de ellas se remonta a 1869. Está ubicada junto al Convento Máximo de San Lorenzo Mártir, en el casco histórico de la ciudad de Córdoba, y ha sido expresión de las más variadas actividades y celebraciones religiosas, culturales y pastorales.
En sus 400 años de vida, el templo estuvo sujeto a cambios y transformaciones en su estructura edilicia y arquitectónica, que lo hicieron más apto para la misión evangelizadora, la devoción de Nuestra Madre de la Merced y la veneración de los Santos Mercedarios.
Arquitectura
La fachada principal se completó en 1869, como obra de los arquitectos italianos Bettoli y Kanepa. La iglesia fue fundada en 1926 por el Papa Pío XI, elevada al rango de basílica menor.
El lenguaje arquitectónico elegido es de un clasicismo italianizante, con influencia de las basílicas romanas. Pero como estaba en boga un decidido eclecticismo, el autor usó de su libertad de expresión para no atarse taxativamente a un estilo histórico determinado.
Las torres, de una impronta festiva italiana, culminan en chapiteles de forma acebolladas de origen alemán. En los laterales contrafuertes románticos, el tambor de la cúpula tiene arcos trilobulados de ascendencia altoperuana.
La iglesia de tres naves con crucero tiene forma de basílica. Las filas de columnas de los pasillos laterales con sus altares son rectangulares y macizas. El coro largo termina con un ábside de tres lados.
La bóveda de cañón colorida de la nave principal se abre con tapas cosidas a las ventanas del pasillo superior. La cúpula de cruce se eleva sobre un tambor. Mucho está revestido con mármol.
De las iglesias anteriores se conserva el púlpito barroco de 1776, cuya riqueza en Argentina solo es superada por la catedral de Jujuy, así como el altar de finales del siglo XVIII y el ornamentado portal principal realizado en madera de cedro paraguayo.
Sobre el lateral de calle Rivadavia, puede apreciarse un gigantesco mural de mosaico que describe en imágenes la Historia de la Fundación del Templo.
La Basílica Nuestra Señora de la Merced es un paseo obligado para quienes recorren las calles de la ciudad de Córdoba conociendo su gran patrimonio histórico y cultural.
#DatoEdisur: Parque La Cañada, la recuperación de un gran espacio para los cordobeses.
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