Cómo transitar las calles de Córdoba y sobrevivir en el intento
Nuestra querida ciudad de Córdoba, polifacética, doctoral y moderna, se encuentra hoy asediada por la audaz aventura que representa la circulación en sus calles.
Emprender el ejercicio de cumplir con nuestras obligaciones cotidianas puede transformarse en un derrotero digno de un capítulo de Indiana Jones.
A los imprevistos cortes de calzada, semejantes a un piquete por su improvisación, impedimento de libre tránsito, falta de planificación e inseguridad, tanto para el tránsito como para los peatones y los trabajadores, se suman los famosos socavones, que se han “tragado” tres autos hace poco.
Todos los análisis de responsabilidad confluyen en el organismo que se tiene que hacer cargo de autorizar, planificar y controlar dichos cortes en la vía pública.
Los automovilistas se encuentran, sin ningún aviso previo, con arterias cortadas, con deficiente señalización, sin demarcación de desvíos posibles, creando caos y embotellamientos eternos, y no es raro ver vehículos particulares o del transporte urbano circulando a contramano para escapar de esos laberintos. Esta situación se agrava de noche, cuando la señalización luminosa brilla por su ausencia.
Esta forma de trabajo se torna específicamente peligrosa, cuando los servidores urbanos (los “chalecos azules” trabajadores precarizados de la Municipalidad) cortan sin aviso media calzada en arterias importantes, para su barrido, produciendo embotellamientos y el lamentable saldo de la pérdida de una vida, el 15 de noviembre pasado, en barrio Pueyrredón, en inmediaciones de la ruta 19.
A estos problemas de tránsito y seguridad vial se agregan los técnicos, ya que al no funcionar el organismo municipal correspondiente, las intervenciones en la vía pública no se controlan ni se inspeccionan, por lo que ante lluvias importantes han aparecido los “socavones”, que causaron varios accidentes en el último tiempo.
El procedimiento debiera ser: ante el pedido de autorización de la obra por realizar, se debe avanzar con el plan de desvíos y señalización, y con el plan de trabajos y el plazo de obra. Debe comunicarse a las empresas de transporte y a los medios de comunicación. La oficina de Cortes controla, inspecciona y aprueba la obra, aportando los refuerzos de policía de tránsito que hagan falta.
Estas intervenciones en la vía pública infringen leyes nacionales de libre circulación, normas provinciales y municipales, código de convivencia y otras, por lo que el bloque del Frente Cívico realizó reiterados pedidos de informes en el Concejo Deliberante, pero no fueron respondidos.
Teniendo la normativa, las dependencias idóneas y el personal capacitado para evitar este descontrol, no entendemos por qué no se utilizan y se solucionan los problemas graves de tránsito en nuestra ciudad.
Sería de fundamental importancia que, en lo sucesivo, volviera a función la Comisión de Control de Intervenciones y Autorización de Cortes en la Vía Pública, creada por la ordenanza 10.819/2004, y coordinara las reparticiones municipales intervinientes, las empresas contratistas, las empresas de transporte urbano, se informara a los medios de comunicación y controlara su ejecución y cumplimiento, para evitar el caos en el que se convierte la vía pública cada vez que se realiza alguna intervención del municipio.
* Ingeniero; exdirector de Obras viales de la Municipalidad de Córdoba
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