Cómo es la serie “Feud: Capote vs. The Swans” en Star+: chismes con estilo
Maestro literario del chisme, Truman Capote exhibe su costado más pérfido en Feud: Capote vs. The Swans, segunda temporada de la creación de Ryan Murphy dedicada a retratar enemistades legendarias que se ve en Star+. Si en la primera entrega el foco estaba puesto en la rivalidad escandalosa entre Bette Davis y Joan Crawford, ahora la ficción basada en el libro de Laurence Leamer Capote’s Women: A True Story of Love, Betrayal, and a Swan Song for an Era recrea el conflicto entre el escritor estadounidense y sus amigas de la alta sociedad neoyorquina a las que ridiculizó despiadadamente en su obra tardía.
Con guion de Jon Robin Baitz y dirección principal de Gus Van Sant, los ocho episodios abarcan con ánimo circular el arco vital de los últimos veinte años de Capote, al que interpreta un magistral Tom Hollander (Orgullo y prejuicio). Convertido en celebridad tras la publicación de A sangre fría (1966), el escritor de origen sureño pasa a rodearse de ricos y famosos en ceremonias opulentas, así como a derrumbarse en una espiral de excesos. Tanto es así que jamás llega a entregar su siguiente y esperadísima novela, Plegarias atendidas, que acaba saliendo de manera póstuma tras la muerte del autor a los 59 años.
Es precisamente ese libro pícaro y decadente el que acoge una serie de infidencias letales para con los preciosos y acaudalados “cisnes” que rodeaban y admiraban a Capote en sus tertulias, y que ignoraban que este tomaba nota de cada detalle insidioso con perversidad de infiltrado. Si bien Plegarias atendidas se publica en 1986, fue un avance del libro divulgado en la revista Esquire en 1975 con el título de “La Côte Basque” (nombre del coqueto restaurante que frecuentaban Capote y compañía) el que desató el conflicto.
La víctima acaso más damnificada fue la exeditora de Vogue Babe Paley (Naomi Watts), que mantenía un idilio platónico con Capote y de quien este ventiló las infidelidades patéticas a las que la sometía su marido y presidente de la cadena CBS Bill Paley (Treat Williams). Pero el peor trago se lo llevó Ann Woodward (Demi Moore), a quien Capote acusó de haber matado intencionalmente de un escopetazo a su marido en un hecho confuso para heredar su fortuna. La excorista, modelo y actriz de radio se suicidó poco antes de que el artículo saliera a la luz, y siempre quedó la duda de si ella estaba al tanto de su inminencia.
Completan el destacado elenco las también socialités Slim Keith (Diane Lane), C.Z. Guest (Chloë Sevigny), Lee Radziwill (Calista Flockhart), hermana menor de Jackie Kennedy, y Joanne Carson (Molly Ringwall), además de los amantes de Capote Jack Dunphy (Joe Mantello) y John O’Shea (Russell Tovey), igualmente decepcionados por la conducta ambivalente y disoluta del escritor. Un rol especial en la tira le cabe a Jessica Lange, que hace de la elegante madre que se le aparece a Capote en su imaginación y que explica en su condición de diva fallida el móvil tan vengativo como edípico que lleva a su hijo a acometer las flagrantes traiciones.
Afectado, charlatán y vanidosamente cruel, el Capote de Hollander agrega una capa inédita a las recordadas interpretaciones cinematográficas de Philip Seymour Hoffman y Toby Jones, que habían encarnado al autor en su época consagratoria de A sangre fría. El actor inglés consigue una imitación impecable de “Tru” al mismo tiempo que logra transmitir las contradicciones y los resquebrajamientos más profundos del narrador en ese tramo último y solitario de su existencia.
Gotas de agua
Feud: Capote vs. The Swans muestra a Capote organizando fiestas, entreteniendo cenas y siendo objeto de documentales exclusivos a la vez que recibiendo golpizas y recriminaciones y tocando fondo por el consumo del alcohol y de las pastillas. Son esas marcas trágicas las que Hollander señala como puertas de entrada al personaje.
“Me ayudó que el drama de la historia fuera considerablemente oscuro, ya que Truman se comparta de una manera bastante tóxica –le dijo el actor a Interview–. Volver a sus escritos me sirvió para comprometerme con su toxicidad, siendo que su estilo era a la vez tan hermoso. El contraste entre su nítida elegancia, su sensibilidad para la construcción de frases y el sentimiento humano que expresa en su escritura, tan bello y casi doloroso en su sensibilidad, me permitieron enfatizar su furia, su autodestrucción y su depresión, porque ese dolor se percibe en la prosa. Cualquiera capaz de escribir con esa sensibilidad tiene que estar experimentando una gran cantidad de dolor”.
Watts, que ocupa un rol tan eminente como el de Hollander, alumbra sobre el decisivo espejo dramático que se forma entre el escritor y los “cisnes”: “Babe era muy preciosa, aunque esa es la parte divertida del asunto. Por dentro cargaba con mucho dolor y la única persona capaz de identificarlo era Truman. Él se interesaba genuinamente por ella, y por eso ella se abrió a él y forjó esta amistad íntima y maravillosa que no se permitía con nadie más –ni con su esposo, ni con sus hijos, ni con sus hermanas, ni siquiera con sus mejores amigas. Las mujeres en ese tiempo eran educadas para ser sólo buenas esposas y no mucho más, y eso implicaba un montón de trabajo y de sacrificio”, le dijo Watts a Vogue.
“Hay algo triste en eso, y pienso que esa es la razón por la que realmente conectó con Truman, en tanto los dos querían sentirse vistos en un sentido hondo. Ambos habían lidiado con el abandono y vivido sin un amor significativo, y en ese aspecto eran dos gotas de agua. A la vez eran distintos, naturalmente, pero creo que los dos buscaban lo mismo y que era su dolor lo que se manifestaba de formas distintas”, concluyó la actriz.
Para ver “Feud: Capote vs. The Swan”
La serie está disponible en Star+. Tiene 8 capítulos.
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