La Voz del Interior @lavozcomar: Comentario de “Tres hermanos”: vidas de metal y masculinidad herida

Comentario de “Tres hermanos”: vidas de metal y masculinidad herida

El escenario se torna estado de ánimo y condición existencial en Tres hermanos, filme que devuelve al director argentino Francisco J. Paparella al sur patagónico de su debut Zanjas (2015). Rodado en El Bolsón y cercanías y merecedor del Premio Especial del Jurado en el último Festival de Cine de Mar del Plata, el largometraje enfoca un trío de vidas tan desvalidas como el bosque quemado que las rodea.

Walter (Emanu Elish), Matías (Andy Gorostiaga) y Marcos (Ulices Yanzón) hacen lo posible por sobrevivir en el aserradero familiar, cada uno con sus miserias singulares a cuestas: el primero se ha quedado sin “pega” portuaria, el segundo afronta una cirugía testicular y el tercero atraviesa una crisis sexual.

La masculinidad está herida de muerte en Tres hermanos, y halla al mismo tiempo reflejo en la crueldad que pende sobre la naturaleza y los animales.

El filme inicia con una escena cruda en que se abate a un jabalí, al que primero masacran unos perros de caza y luego uno de los personajes carnea al son de un rock salvaje. El metal es cuerpo físico, escapatoria y signo de pertenencia en Tres hermanos, acaso el ruido frenético ideal para tapar tanto vacío.

La película se alimenta de esos contrastes, y así la maravillosa fotografía (a cargo de Roman Kasseroller) cumple un rol ambiguo: por un lado ayuda a exacerbar la intemperie desolada y los interiores maltrechos, pero en ese gesto el retrato deviene estético, contemplativo, ajeno a los páramos nauseabundos que logró Caetano en El otro hermano.

El breve desplazamiento de Paparella a una disco de neón pueblerino lo delata aspirante a la estirpe de extranjeros exacerbados con la imagen como Andrew Dominik o Nicolas Winding Refn.

Quizás por eso Tres hermanos exhibe el drama antes que narrarlo: mientras que la historia trágica de fondo que involucra la muerte de la madre es tan mínima que se borronea, son reiterativos los estallidos catárticos, las esnifadas de cocaína, los semblantes derrotados y los diálogos secos.

La eclosión final que une al trío llega con cierto desfasaje, porque no exististe intención de trascender la oscuridad sino que secretamente se la ensalza.

El filme sin embargo posee grandes méritos, como el de fundir a sus protagonistas con el entorno o hacer que la violencia nunca sea burda o gratuita. Entre el silencio y los decibeles metaleros, Tres hermanos encuentra una sintonía acorde a su paisaje.

Para ver

Tres hermanos. Calificación: Buena. Chile, Argentina, 2022. Guion: Lautaro Giménez Lini y Francisco Joaquín Paparella. Dirección: Francisco Joaquín Paparella. Con: Andy Gorostiaga, Emanu Elish y Ulices Yanzón. Duración: 87 minutos. Clasificación: Apta para mayores de 16 años. En cines.

https://www.lavoz.com.ar/vos/cine/comentario-de-tres-hermanos-vidas-de-metal-y-masculinidad-herida/


Compartilo en Twitter

Compartilo en WhatsApp

Leer en https://www.lavoz.com.ar/vos/cine/comentario-de-tres-hermanos-vidas-de-metal-y-masculinidad-herida/

Deja una respuesta