Chile, entre la escasez de goles y la extraña figura de ensañamiento contra un árbitro
Chile se despidió de la Copa América con escasez de goles (no convirtió en los tres partidos que disputó) pero con abundancia de críticas hacia los arbitrajes especialmente de los partidos contra Argentina y Canadá en los que reclaman penales no cobrados, fueras de juego rivales ignorados, expulsiones de contrarios que no se concretaron, expulsiones propias que no debieron ser y una extraña figura de ensañamiento arbitral en el caso del colegiado colombiano Wilmar Roldán, que árbitro del decisivo choque contra la selección de Los Castores Colorados.
“Somos conscientes de que tenemos ciertas dificultades para convertir goles y en función de ese contratiempo nos planteamos pasar a cuartos de final empatando todos los partidos cero a cero para lo cual debíamos evitar que nos conviertan”, se sinceró un allegado al cuerpo técnico, quien además reveló que la Roja pensaba llevar esa táctica hasta las últimas consecuencias, es decir hasta conseguir el objetivo estratégico de ganar la Copa América y ser recibidos como héroes nacionales en Santiago.
“Los siguientes pasos eran empatar cero a cero los partidos de cuartos, semifinal y final y después ganarlos por penales hasta consagrarnos campeones sin haber metido ni un solo gol de campo” confesó. “Pero los errores cometidos por el árbitro uruguayo (Andrés) Matonte en el partido Argentina desbarató por completo nuestra meticulosa planificación ya que permitió la victoria de nuestros rivales” finalizó la fuente.
Con este resultado Chile llegó al partido con Canadá con la obligación de ganar para clasificar para lo cual debía hacer goles, al menos uno, situación de juego que no había sido practicada por el elenco trasandino, y para colmo de males los esperaba el arbitraje del colombiano Wilmar Roldán que de acuerdo a mediciones del Instituto de Estadísticas de Chile había dirigido a la Roja en ocho oportunidades con un solo triunfo trasandino, un récord considerado “extraño” por las autoridades del fútbol chileno.
La historia ya se escribió y el colegiado caribeño sumó otro partido sin victoria para Chile en su currículum lo que está vez desató una protesta formal de la Federación Chilena que acusó a Roldán de “falta de imparcialidad” por haber expulsado de manera “inexplicable” a Gabriel Zuazo y haber perdonado al canadiense Bombito por “conducta violenta” contra Rodrigo Echeverría, un aparente codazo que para el VAR constituyó una magistral actuación del jugador chileno.
“Desde el VAR interpretaron que Echeverría percibió el movimiento del codo del jugador rival y con gran plasticidad y absoluto dominio del lenguaje corporal escenificó un golpe al mentón con una explosión de espontaneidad, realismo y creatividad asombrosas. Si bien el apellido del canadiense implicado es Bombito, la explosión de talento fue del jugador chileno” señaló el analista de fútbol y crítico de teatro Giancarlo Bambalina quien considera que el fondo de la cuestión es que Chile no recupera credibilidad en este tipo de situaciones desde el recordado “Condorazo” de 1989.
Se denomina así a la recordada farsa montada por el arquero chileno Roberto “Cóndor” Rojas quien fingió haber sido impactado en la cabeza por una bengala que aterrizó en su área mientras se disputaba un partido decisivo para la clasificación al Mundial de Italia que se jugaba en el Maracaná. Para darle más realismo y espectacularidad a su actuación Rojas se hizo un corte en una ceja con una faca verijera cuando era atendido. Finalmente se probó que todo había sido un engaño, Chile fue eliminado, se le prohibió jugar la eliminatoria siguiente para Estados Unidos y Rojas fue suspendido de por vida y condenado a sufrir dos años de exilio interno dentro del cráter del volcán Osorno.
Sin embargo, lejos de aceptar algún tipo de crisis de credibilidad de su selección y lejos también del lenguaje protocolar usado en la presentación de la Federación (en el que se refieren al árbitro como “Don Wilmar Roldán), algunos referentes del fútbol chileno apelaron a una terminología menos cuidada para referirse a la actuación del colombiano. Es el caso de Gary Medel quien explicó en las redes que a los chilenos “nos siguen robando y cagando”, eufemismos que el jugador utilizó para expresar que la selección trasandina viene siendo perjudicada por sistemáticamente los fallos arbitrales, en especial los de Roldán.
Si bien el fútbol chileno pidió la máxima sanción posible sobre el árbitro colombiano (el Reglamento de Penas de Fifa establece que podría ser abandonarlo en una isla desierta), la Federación trasandina cree que al menos habría logrado el objetivo de mínima de no ser dirigidos nunca más por Roldán. En lo inmediato esta posibilidad tranquilizaría los ánimos de jugadores y dirigentes pero desde el otro lado de la cordillera aseguran que deberá pasar mucho tiempo para que se disipe el recelo que tienen los seleccionados chilenos cuando salen a las canchas, una sensación de aprensión hacia los árbitros que se nota desde el momento en que se sortean los arcos. Casi un tema de diván.
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