Caso Lola Chomnalez: sentenciaron a 27 años de prisión al asesino
La Justicia uruguaya sentenció a 27 años de prisión al asesino de Lola Chomnalez. El hombre, Leonardo David Sena, fue condenado por homicidio agravado a raíz del asesinato de la niña argentina de 15 años en Uruguay casi una década atrás.
A fines de diciembre del 2014, Lola Chomnalez caminaba en la playa durante sus vacaciones cuando fue atacada y asesinada por asfixia. Los hijos de un pescador encontraron a la joven argentina muerta en la costa de Barra de Valizas.
La causa avanzó lentamente: una de las últimas actualizaciones es de fines del año pasado, en el noveno aniversario del crimen, cuando los padres de la víctima -Adriana Belmonte y Diego Chomnalez- viajaron a territorio uruguayo para conocer el estado del expediente. Fueron acompañados por sus abogados Juan Willman y Jorge Barrera en una reunión con Juan Gómez, el fiscal ante la Suprema Corte de Justicia (SCJ) local.
El expediente del crimen incluye dos procesos. El primero involucra a Leonardo David Sena (40), quien está detenido como presunto autor del femicidio y para quien la fiscal de Rocha, Mariela Núñez, pidió en marzo pasado una pena 30 años de prisión -la máxima establecida en el Código Penal de Uruguay para el delito de “homicidio muy especialmente agravado”-.
El juez letrado Juan Giménez Vera, del 1er. Turno de Rocha, condenó a Sena a pesar de que la defensa del acusado cuestionó las pruebas que lo comprometían. Entre ellas, la coincidencia del ADN hayado en muestras de sangre dentro de la mochila de Lola.
Sena fue detenido en mayo de 2022 en el Chuy -límite de Uruguay con Brasil- luego de que distintos testigos señalaron que era frecuente verlo en la zona y del cotejo de ADN positivo.
El imputado ante la Justicia, que ya contaba con antecedentes penales por otros dos hechos, declaró ser inocente y que su sangre llegó porque se había cortado con una botella de vidrio mientras trabajaba, poco antes de ir a tomar mates a la playa donde se encontró con la mochila de Lola y sus pertenencias.
Varios testigos contradijeron luego la versión del imputado al declarar en el expediente.
La evidencia contra el asesino de Lola Chomnalez
Los investigadores involucrados en la causa encontraron que el material genético coincidía con Sena. Los profesionales encontraron registros en la escena del crimen y, aún más, una “mezcla” del ADN del condenado con el de Lola. “No explica cómo es que estaban ambos ADN cruzados”, dijo el abogado de la familia Chomnalez, Jorge Barrera.
Los peritos de la Policía Científica continuaron con los cotejos de ADN con cada uno de los nuevos ingresados al sistema carcelario -por otras causas-. Así llegaron a un familiar del autor material del crimen y se desestimaron las muestras con “coincidencias” al encontrar el material completamente idéntico.
Constancia , trabajo en equipo y grandeza espiritual de la familia. Hoy pueden dormir con menos dolor. Se hace justicia en la condena emitida por Juan Giménez en el homicidio de Lola @jrwilliman @MelgarMarianela pic.twitter.com/EETrWKHcYy
— Jorge Barrera (@JorgeCBarrera) April 17, 2024
Sobre el femicidio de Lola en Uruguay
Lola (14) viajó a Barra de Valizas el sábado 27 de diciembre de 2014 y se alojó en la casa de su madrina, Claudia Fernández, quien se encontraba junto a su esposo, Hernán Tuzinkevcih, y el hijo de éste.
Al día siguiente, la adolescente desapareció cuando salió a caminar por la playa y dos días después fue encontrada asesinada a unos cuatro kilómetros de la casa, en una zona de médanos.
Mediante la autopsia se determinó que Lola murió por asfixia por sofocación y que presentaba varios cortes hechos con un arma blanca en distintas partes del cuerpo.
Para la fiscalía, la adolescente trató de escapar corriendo de sus asesinos, fue alcanzada, herida con un arma blanca y golpeada en la cabeza para finalmente morir asfixiada cuando, ante sus probables pedidos de auxilio, le apretaron la cara contra la arena.
El segundo proceso es contra “El Cachila”, quien fue detenido al comienzo de la investigación pero quedó libre al dar negativo el cotejo de su ADN con el material genético hallado en los objetos de la víctima. En 2019 la Justicia uruguaya lo volvió a imputar y lo detuvo como encubridor al concluir que “estuvo presente antes, durante y después del homicidio” de la adolescente.
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