Carolina Herrera quiso prohibir que usen su apellido en Perú: el insólito motivo y la semejanza Córdoba
Carolina Herrera, dueña de la marca de lujo que lleva su mismo nombre, quiso prohibir que usen su apellido para distinguir el emprendimiento de una peruana, que también se apellidaba Herrera.
Apenas se enteró que que la mujer buscaba registrar el apellido “Herrera” en el emprendimiento de jabones “La Jabonera by María Herrera”, se opuso al registro de su marca ante el instituto rector de marcas de Perú, el Incopi.
Finalmente, la entidad administrativa le dio la razón a la emprendedora peruana e inscribió su marca, luego de someterla a un proceso de dos instancias .
Cómo comenzó el caso de Carolina Herrera contra María Herrera
La emprendedora peruana solicitó el registro de su marca “La Jabonera by Maria Herrera” de la Clase 3 de la Clasificación Internacional. Sin embargo, los representantes de la compañía de Carolina Herrera quiso impedirlo, según relata el sitio local LBderecho.pe.
Carolina Herrera afirmó que la emprendedora peruana tenía el signo similar y comercializaba productos idénticos. Además, sostuvo que “Herrera” es un término distintivo y apellidarse así no le daba derecho a nadie para obtener un registro de marca con el nombre.
Cuáles fueron los argumentos de la emprendedora peruana
La emprendedora sostuvo que ambas marcas sí presentaban diferencias y que “Herrera” era un apellido común en el Perú. Para Carolina Herrera, la emprendedora peruana confundía los conceptos del derecho al uso de un apellido con el derecho de propiedad industrial, es decir, apellidarse Herrera no validaba comercializar productos bajo ese apellido.
De acuerdo con su presentación, “Carolina Herrera busca excluir a otros empresarios del mercado, ya que se pretendía prohibir el uso de su apellido ‘Herrera’ con fines comerciales”.
La emprendedora también se refirió a un caso similar ocurrido en Colombia, donde la Superintendencia de Industria y Comercio declaró infundada la oposición y registró la marca “Diana Herrera, belleza en tu mirada”.
La emprendedora sostuvo que muchas personas no podrían utilizar la palabra “Herrera” para realizar actividades económicas si Carolina Herrera tenía derecho exclusivo sobre su apellido.
Cómo fueron los fallos en el caso por parte del Indecopi
El Indecopi le dio en primera instancia la razón a Carolina Herrera y le denegó el registro de solicitud a la peruana. La Comisión determinó que la marca de María Herrera ocasionaba confusión en los consumidores.
La entidad concluyó que ambas marcas tenían signos semejantes al incluir el apellido “Herrera” y el nombre de pila de una mujer. La marca americana tenía el nombre “Carolina” mientras que la emprendedora el nombre “María”.
Pero, en una segunda instancia, el Indecopi le dio la razón a la emprendedora peruana María Herrera y ordenó inscribir su marca con su apellido. La marca americana y la marca peruana se escuchaban y veían diferentes, según el Indecopi. Por ello, no existía riesgo de confusión.
Además, la Sala concluyó que el elemento característico de la marca americana era “Carolina Herrera” y no solo el apellido “Herrera”. Por ende, María Herrera sí estaba facultada para usar su apellido en su marca.
El caso Córdoba entre Ricky Sarkany y la carnicería Sankarny
El hecho recuerda a un caso similar ocurrido en Córdoba, en 2016, cuando al comerciante Gabriel Mainero se le ocurrió el nombre Sankarny para su carnicería de barrio Empalme y jamás pensó que varios años después corrió riesgo de ir a la Justiciaa por su parecido con la firma de zapatos Ricky Sarkany.
Mainero recibió varias intimaciones de una firma de abogados que patrocinaba al ícono de la moda para que se presente en Buenos Aires a discutir su situación.
El propietario de la carnicería contó cuál fue la primer respuesta que dieron: “Les contestamos. Les dijimos que no queríamos interferir en una gran empresa como la de ellos. Nosotros nos dedicabamos a la parte de adentro de la vaca y que ellos se dedicaran a la parte de afuera”, dijo.
Quizás lo que más enojó al gurú de los zapatos es que la carnicería tiene un logo similar al suyo, aunque está decorado con unos chorizos, morcillas y dos cuchillos.
Según contó el carnicero en ese momento, conocía bien a la marca porque su mujer “era fanática y siempre usa sus zapatos”.
Todo terminó con un acuerdo entre ambos antes de llegar a Tribunales.
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