La Voz del Interior @lavozcomar: Camila Sosa Villada, imposible de domesticar: El cine se tiene que morir y renacer

Camila Sosa Villada, imposible de domesticar: El cine se tiene que morir y renacer

Tesis sobre una domesticación verá la luz pública esta tarde en un esperado evento en el teatro Comedia con la participación de Humberto Tortonese. Pero en realidad Tesis viene desde hace algunos años dando vuelta como un texto de culto que, luego de la explosión de Las Malas, se transformó en uno de esos artefactos muy esperados por el público. A punto tal había ansiedad con el libro que a poco de estar en las bateas ya es el segundo más vendido.

Sobre el tema, Camila Sosa Villada aclara que no se trata del mismo texto que el de 2019. Dice que lo reescribió casi por completo y agrega con humor que para eso hizo un “curso de gramática”.

La artista atiende al llamado de VOS con mucha predisposición a pesar de que se encuentra cursando alguna enfermedad que le da fiebre. Mientras se toma la temperatura, cuenta que ha tenido días intensos en Buenos Aires. Fue a presentaciones y dio una entrevista disparatada y épica (otra más) con Elizabeth “la Negra” Vernaci. Gajes de ser una escritora reconocida.

Volviendo sobre Tesis, hay mucho para charlar. La novela relata la vida de una actriz que tiene y consigue todo lo que quiere. Una travesti a la que los “privilegios” le llegaron por fin y aun así se pregunta “quién puede soportar tanto tiempo” esa felicidad. La protagonista es una mujer indomable a la que el lector no le conocerá el nombre aunque devore las 264 páginas que tiene el libro.

¿Acaso la felicidad (como la entiende la mayoría) y la domesticación son la cara de una misma moneda? Sosa Villada asegura: “Tal cual, lo creo así también. A las travestis nos hicieron una promesa o una amenaza de que si vos eras de tal o cual manera eso te iba a traer felicidad a la larga. Es decir tener una familia, que un hombre te ame, tener un trabajo que a vos te guste… Y a la protagonista se le cumplen todas esas cosas que a ella le proponen para ser feliz. Se casa, adopta un nene, visita a sus padres, hace su trabajo. Pero hay algo de todo eso en lo que no está la felicidad”.

Es que para la autora esa “felicidad” se “convierte en algo ya consabido, en algo que ya está consignado de antemano, que es el fracaso de la familia. Y de lo que es ser mujer dentro de una familia. Es algo serio y de una decepción muy grande”.

Allí Camila plantea por primera vez en la charla un paralelismo entre la criatura que protagoniza su novela y ella misma: “Supongo que tiene mucho que ver conmigo también la decepción de decir ¿esto era lo que yo quería? ¿era realmente la tierra prometida? Es pensar que la tierra que me prometieron era un pantano, un lodazal, un desierto en el que no crece nada. También es pensar por dónde una es feliz o no. Yo sí me siento alegre, me siento satisfecha, me siento bien cogida, me siento bien comida, me siento bien descansada y me siento querida. Pero no sabría decirte qué es la felicidad”.

La película y la serie

Esa declaración sobre la insatisfacción que mueve al deseo hilvana a la perfección con una situación que acaba de vivir la actriz hace no muy poco. La novela que está presentando ya tiene un correlato en el cine que se está posproduciendo. Ella, como no podía ser de otra manera, interpreta a la actriz y comparte protagónico con Alfonso Herrera, que hace de su marido.

Pese a haber conseguido el enorme reconocimiento de que su libro vaya al cine con su propio guion y ser la protagonista, Camila se manifiesta defraudada de su experiencia. Se sintió maltratada por la maquinaria del cine y decepcionada por no ser feliz con aquellos que consiguió.

Mientras habla de que la actriz a la que interpreta tiene “una inquietud que no se resuelve nunca y que la termina dejando siempre sola”, termina por ser autorreferencial para explicarlo: “Yo, por ejemplo, en muchos momentos del rodaje de la película me decía ‘no me puedo quejar, estoy con Poncho Herrera en bolas, al lado mío, haciendo una escena intimísima, con una altura, con una delicadeza y un compromiso impresionante’ y a la vez me cuestionaba ‘¿cómo no voy a estar siendo feliz?’. Y todo el mundo me decía ‘¡estás trabajando de lo que te gusta, estás ganando montones de plata, te está yendo muy bien, sos una persona no sé qué, no sé cuánto, mirá con quién estás actuando, mirá la escena que acabás de hacer, bla, bla, bla!’. Sin embargo, había algo de todo eso que yo no entendía”.

El filme aún no tiene fecha de estreno, así como tampoco la serie basada en Las Malas, su célebre libro premiado en el mundo y editado en más de 20 idiomas.

Cuando se le consulta por el asunto, su voz cambia y se le sube la rabia: “No hay fecha. Me parece que ha sido un silencio y un letargo. ¡Cómo van a esperar cuatro años para hacer una serie que todo el mundo está pidiendo! Me parece un despropósito, si lo pienso me enojo”.

Entonces culpa del asunto a su ingenuidad y a su desconocimiento para el tema de los negocios. Al parecer, entregó su obra más preciada a quienes no la correspondieron. Asegura que recién ahora tiene una agente literaria muy lúcida que la representa.

Y para poner un ejemplo cuenta que su primer contrato para editar el libro Las Malas fue de 30 mil pesos, y agrega: “Se han forrado en guita. Yo me tendría que estar limando las uñas en una playa”.

Cuando resuena ese tema, la artista se crispa aún más y asegura que eso mismo le ocurrió acá en Córdoba: “Yo les he llenado teatros durante diez años a rolete. Nunca me llegó ni un vino de regalo. Nunca me llegó ni una flor. ¿Cachás? Realmente hay algo del extractivismo que es muy fuerte. Y te vuelvo a decir, pasa con las actrices, pasa con las escritoras y pasa con las travestis que ahora, además, nos hacen extractivismo en términos de inclusión para que ellos limpien su cara del machismo, ¡es agotador!”.

Valeria Vegas

El prólogo de Tesis tiene sentidas palabras de Valeria Vegas, la autora española reconocida en el mundo por la serie La Veneno, de la que fue guionista. No puede haber más coincidencias con Camila Sosa Villada, Vegas también editó un libro sobre una intérprete llamado La mejor actriz de reparto.

De casualidad, la cordobesa (quien se asume fan de su colega), se la encontró en una cafetería de Madrid y allí ambas se conocieron y se contaron sus proyectos. Hoy Vegas expone en el prólogo de Tesis su propia tesis que dice que existen dos tipo de actrices: las que tienen perro y las que no. El desarrollo es divertido e interesante.

Para plantear una nueva tesis, se le consulta a Camila si no puede haber dos tipos de artistas, los que tienen hijos y los que no, en profunda relación con lo que plantea su novela.

¿Acaso tener un hijo pudo empujar a la protagonista hacia un conservadurismo? ¿Hay mucho más para perder cuando se tiene un hijo? ¿Qué pasa con las maternidades en los libros de Camila Sosa?

Ella responde: “En Las Malas sí me interesaba el tema de la maternidad. Y Tesis fue escrito al año siguiente, así que pue haber quedado allí algún coletazo. Pero en Tesis pasa lo contrario que con la Tía Encarna y el Brillo de los ojos porque la maternidad le produce un enorme desazón. No es algo que la calme o que le permita salir de ella misma para ocuparse de otro, que sería una idea de felicidad bastante simplona. Lo que le provoca es darse cuenta de que no tenía ganas de esto, no tenía ganas de ser madre y es algo a la que la arrastra su esposo, no sé si lo hace por amor, no sabría responderte eso”.

En paralelo, la autora pide revisar el concepto de “maternidad deseada” y asegura que muchas veces los niños vienen porque vienen y luego la gente “va viendo” qué hacer con eso.

Los sin nombre

Tanto la protagonista como su marido y el resto de los personajes no tienen nombre en la novela y hay una distancia celosa entre la narradora y lo que se relata. Consultada sobre si fue una decisión a conciencia, Camila dice que no sabía qué nombres ponerles y el texto quedó así. Sin embargo, cuenta que conoce a cada personaje desde sus entrañas y podría haber interpretado a cualquiera de las mujeres de la historia en el cine.

Entonces vuelve sobre el rodaje y dice que, a pesar de los malos tragos que le tocó pasar, le sirvió para terminar de entender su propia obra: “Fue terminar de pasarle la máquina a la costura del libro. Yo tenía la sensación de que todavía estaba un poco hilvanado, y el pasaje por la película me hizo que yo afianzara las costuras, porque realmente ahí pude comprender lo que ella cargaba”. Termina la frase e inmediatamente se le quiebra la voz.

Toma aire y lanza entre sollozos: “Me emociono porque me parece muy fuerte. Pienso en las actrices. Las vemos morirse, las vemos suicidarse, las vemos morir desnudas, agarradas a un teléfono, tratando de hablar con un psiquiatra, las vemos peleando por un papelito, aunque sea mínimo, con la edad, con la paciencia, con el peso, con el talento, con lo que hace bien, con lo que hace mal. Realmente las actrices cargan con algo muy pesado encima. Y es una industria de mierda, una industria espantosa”.

Sobre el tema, que vuelve en otro momento de la charla, insiste: “El cine tendría que desaparecer, aunque sea por un tiempo, me parece que el cine se tiene que morir y renacer. Tienen que revisar un montón de cosas, me sorprende el grado de machismo que hay todavía. Pero bueno, son cuestiones que tienen que ver con una sensación mía también, porque yo estaba realmente muy agotada”.

Para ver

Camila Sosa Villada y Humberto Tortonese en el Teatro Comedia (Rivadavia 262) en el marco de un evento organizado por Rubén Libros y Tusquets Editores. Desde las 18.30.

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