Belgrano cayó de local e irá por la hazaña a La Boca
El partido parecía encaminarse hacia el empate. No se habían producido muchas situaciones de peligro en su transcurso. Belgrano y Boca Juniors se habían unido en el esfuerzo, pero no en la claridad y mucho menos en la lucidez en la final de ida de la Copa de la Liga de la Primera División femenina de Argentina.
El domingo, a la primera final jugada en el estadio de Racing de Nueva Italia, Las celestes llegaban plenas, luego de eliminar a UAI Urquiza, un equipo siempre presente en cada definición de los torneos, claudicante ante la evolución indetenible del conjunto dirigido por Maximiliano Luján, recién ascendido a la máxima categoría, protagonista de un doble encuentro con Boca Juniors, el equipo “estrella”, el gran ganador de los últimos certámenes.
Y al hablar de esfuerzo se expresa la voluntad incansable de todas las protagonistas al disputar el balón en cualquier lugar del campo. En general, los raspones y el choque de los botines se produjeron mucho más en la mitad de la cancha, bien lejos de los arcos y mucho más de las emociones.
Tanto fue así, que Estefanía Palomar, con un fuerte derechazo desde el borde izquierdo del área, cuando el juego no había llegado a los 10 minutos, le produjo el primer y único susto a la arquera “pirata” Yanina Sosa. La pelota se fue apenas arriba del travesaño.
Mientras tanto, Belgrano se sostenía en la entrega de Victoria Arrieto, su capitana, y en la postura similar de todas sus compañeras. Quienes hicieron de local en el estadio Miguel Sancho pelearon cada balón con decisión y mucha intensidad, pero no pudieron enhebrar ninguna jugada de peligro en el primer lapso.
Ese panorama también se vio en ambos equipos en los primeros minutos del segundo tiempo. Miriam Mayorga y Yohana Masagli no eran exigidas en la zaga central de Boca Juniors. Lo mismo sucedía con Mariana Sánchez y Milagros Cisneros, en Belgrano. El partido volvía a tornarse monótono, sin relevancias.
Sólo alguna jugada aislada podía quebrar la tarde tranquila de ambas escuadras. Belgrano fue el primero que se animó: Mayra Acevedo recibió de una compañera un pase que la dejó con tiempo y espacio como para abrir el marcador. El disparo, a puro empeine, superó la salida apresurada de la arquera Laurina Oliveras, pero se encontró con el cuerpo salvador de Eliana Stábile, que rechazó el balón cuando iba camino a la red.
Esa fue la gran oportunidad de Belgrano que no pudo usufructuar. Después hubo un suave disparo de Melani Arce que contuvo Oliveras y ya todo en Belgrano, en materia ofensiva, se desinfló.
Por el contrario, la ficha con la que apostó Boca Juniors, ofreció un pleno. Brisa Priori, con la camiseta 14, a poco de ingresar, hizo un dibujo en el borde del área ante Anahí Arias y envió un centro que fue aprovechado por Agustina Arias, quien desde el borde del área venció a Sosa y selló el resultado.
No pudo hacer nada más Belgrano. Sus intentos no pasaron de sumar un par de toques hasta que alguna pierna visitante se interponía para frustrarlos. En ese sentido, la respuesta de la dupla central Mayorga-Masagli fue elogiable. No perdieron ante sus adversarios ni por aire ni cuando el balón corría al ras del césped. Maximiliano Luján, antes y después del gol en contra, hizo todos los cambios como para contar la parte exitosa de la historia, pero no pudo.
El final llegó, pero sin sobresaltos. Lejos del dramatismo habitual en el fútbol masculino, la imagen mostró a jugadoras de ambos equipos unidas en saludos y abrazos que invitaron a confraternizar, al menos unos segundos antes de perderse en la oscuridad del túnel.
El miércoles se define el campeonato. Boca Junios llega con ventaja. Belgrano apostará por su inclaudicable actitud para construir la proeza.
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