Aprender: una prueba que interpela a todos
Una nueva edición de la prueba nacional Aprender llegó a la provincia de Córdoba para evaluar el progreso (o la regresión) de la educación escolar, tanto de gestión privada como estatal. Es decir, examinar el aprendizaje en las aulas, para sacar conclusiones que aporten a mejorar la enseñanza.
Algo de ello resume el portal del Ministerio de Educación de la Nación, como promotor del evento. Se trata de desarrollar acciones de seguimiento y acompañamiento de estudiantes del nivel escolar, como también implementar estrategias de fortalecimiento de la enseñanza y del aprendizaje.
En esta ocasión, el programa se instrumentó en modo censal a unos 58 mil estudiantes que cursan el sexto grado en 1.754 escuelas de toda la provincia. Los resultados de la prueba se difundirán durante los primeros meses de 2024.
La primera reflexión nos conduce a una controversia por fuera de las aulas y que tiene como protagonistas a los cuerpos docentes. El gremio que los agrupa (UEPC) se encuentra en una tensa discusión salarial con el Gobierno de la provincia, en el marco de una escalada inflacionaria que torna inciertos los cálculos paritarios de todo orden.
Sin entrar a valorar de manera general esas tratativas, lo distintivo del asunto radica en que, mientras la prueba nacional Aprender nos interpela sobre cómo estamos en materia educativa escolar, los docentes están ocupados (con el derecho que les asiste) en conocer si el porcentaje del aumento de sus haberes les alcanzará para llegar a fin de mes.
Enfocados en el citado cuestionario censal, que se centra en las asignaturas de Lengua y de Matemática, habrá que recordar que los resultados de pruebas anteriores determinaron que los alumnos que no alcanzaron los niveles satisfactorios en institutos de nivel estatal casi duplicaron a los de gestión privada.
Un llamado de atención a la eficiencia de la educación pública, algo que se refleja no sólo en Córdoba, sino también en gran parte del país.
Queda como evidencia el fenómeno extendido respecto de que muchos estudiantes que cursan el final del ciclo primario (y aun ya entrados al secundario) no comprenden lo que leen.
Un dato para nada menor que desnuda la falta o el nivel deficiente de la lectura. Son falencias que deben corregirse desde la enseñanza en las aulas, como de igual manera en el entorno familiar.
Robustecer el desempeño educativo es responsabilidad de todos, con el Estado siempre vigilante en aquellos casos de chicos y chicas que no han sido favorecidos por un crecimiento que se aproxime a las necesidades básicas en miras de su desarrollo. Es decir, carencias propias de crecer en contextos de extrema vulnerabilidad social.
El programa escolar Aprender no sería un aporte al conocimiento si se ajustara únicamente a examinar dónde estamos parados en materia educativa. Si sus resultados no responden a una guía formativa que revierta (cuando sea necesario) los factores que inciden en el desconocimiento de asignaturas educativas clave, el proceso quedará inconcluso.
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