La Voz del Interior @lavozcomar: Amparos: luz roja en algunas zonas de la ciudad de Córdoba

Amparos: luz roja en algunas zonas de la ciudad de Córdoba

El pasado 8 de septiembre, la Cámara Empresarial de Desarrollistas Urbanos de Córdoba (Ceduc) difundió un comunicado institucional en el que alertó respecto de la situación generada por agrupaciones vecinales contrarias a la realización de emprendimientos inmobiliarios.

“Concretamente, rechazamos la utilización irresponsable y arbitraria de recursos como el amparo ambiental para frenar proyectos que cumplen toda la normativa solicitada por el municipio. Dar lugar a estas medidas injustificadas atenta contra el derecho al trabajo, la vivienda y la propiedad en detrimento del progreso de toda la sociedad”, planteó el documento.

Para Ceduc, la situación desalienta la inversión privada en Córdoba y pone en riesgo más de 20 mil puestos de trabajo directos que incluyen a operarios, técnicos y profesionales de diversas especialidades.

“La construcción es reconocida como la madre de las industrias, porque moviliza una cadena enorme de sectores que impactan en la economía real. Además, menos inversión significa menos viviendas para miles de familias cordobesas que son expulsadas a zonas sin infraestructura ni servicios, generando un mayor impacto negativo en la huella de carbono y el cuidado del ambiente”, según la entidad.

El concepto es que la ciudad necesita densificarse y generar nuevas propuestas que la modernicen, para ser más eficiente y sustentable. Asimismo, Ceduc plantea que existe la oportunidad de reconvertir zonas postergadas y de construir una ciudad más atractiva.

En general, el sector desarrollista y las empresas plantean que los emprendimientos no generan daño ambiental y buscan el diálogo con los vecinos, lo que no siempre se concreta.

El tema tiene una historia. En septiembre de 2018, el centro vecinal del barrio Cerro de las Rosas presentó un amparo (Ley 4.915) a los fines de preservar al barrio tal como fue en sus orígenes, para evitar la expansión comercial y el desarrollo de nuevos emprendimientos. Esa medida sigue vigente hasta ahora, por lo que no se puede presentar ningún tipo de proyecto; incluso, no se otorgan habilitaciones municipales a comercios que tengan más de 100 metros cuadrados.

“Estudiando el caso, empecé a analizarlo. Poniendo como parámetro los últimos 32 años, muchas cosas cambiaron. Por ejemplo, la inseguridad aumentó, la expansión de la ciudad creció considerablemente y surgieron nuevos formatos urbanos, como barrios cerrados, housing, condominios y complejos comerciales, entre otros. Si tomamos la información proveniente del Indec, en 1991 el barrio Cerro de las Rosas contaba con 10.822 habitantes, y de acuerdo a los últimos datos publicados por el mismo organismo en 2010 sólo tenía 6.532 habitantes; casi un 40% menos de personas no viven en el barrio. Hoy, mientras uno recorre las calles se observan muchas casas viejas y vacías”,

afirmó Javier Malbrán, socio de Malbrán Operadores Inmobiliarios y especialista de datos inmobiliarios de Clasificados La Voz.

Es evidente que se pueden plantear muchas conjeturas al respecto (síndrome del nido vacío, busca de seguridad, nuevas ofertas de viviendas), pero se plantea la inquietud de si el barrio necesita de una renovación, que ofrezca nuevos formatos de viviendas con seguridad, centros de oficinas y comerciales para atraer a nuevos residentes.

Está claro que hay que lograr un acuerdo entre la idiosincrasia del barrio, los vecinos y los nuevos desarrollos, determinando en qué calles y avenidas a desarrollar, alturas y retiros.

“El Cerro tiene una ubicación estratégica y única para volver a ser el barrio de excelencia que fue hace décadas, sólo falta que logremos un consenso entre municipio, vecinos y desarrollistas/inversores. Hoy, el barrio cuenta con toda la infraestructura necesaria: hace poco se terminó algo clave para densificarlo, como la red de cloacas. No podemos tener un barrio paralizado desde 2018, limitado por un amparo. ¿Qué pasa con el riesgo que asumió el desarrollista donde compró un terreno, y hoy no puede desarrollar nada donde existía una ordenanza que lo permitía? Es clave lograr un acuerdo” remarcó Malbrán.

En zona sur

Otro barrio que floreció durante años y vive una situación con complicaciones similares a las del Cerro de las Rosas es Jardín Espinosa.

Según los centros vecinales, los estudios de impacto ambiental deben presentarse en la Secretaría de Ambiente de la Provincia.

“Hoy, encontramos propiedades abandonadas, otras venidas a menos, más de 200 casas a la venta y con más de 600 días de publicación, con muy bajo nivel de interacciones. Estudios de impacto ambiental realizados por profesionales destacados en la materia sugieren que, en la práctica, el amparo podría ser contrario a los intereses ambientales, ya que contribuye a la expansión de la mancha urbana en lugar de fomentar la densificación dentro del anillo de Circunvalación”,

apuntó Marcos Marchi, director ejecutivo (CEO) de Prisma Propiedades y especialista de datos inmobiliarios de Clasificados La Voz.

Una densificación bien planificada y sustentable no sólo preserva áreas verdes y reduce la presión sobre el entorno natural: también mejora la eficiencia de los recursos y servicios urbanos que brinda el municipio. En Jardín Espinosa, esa estrategia podría convertirse en una oportunidad para revitalizar la zona, aumentar su atractivo para nuevos residentes y promover una mayor inversión en infraestructura y servicios públicos.

Los vecinos que se muestran en contra plantean que los desarrollos pueden generar problemas en materia de desagües, cloacas, ruidos y tránsito en calles que no fueron construidas para la escala que requieren los emprendimientos propuestos.

“En un mundo en constante cambio, es nuestro deber actuar con responsabilidad y visión a largo plazo. Jardín Espinosa tiene un papel valioso que desempeñar en la evolución de Córdoba capital. Es hora de que nos unamos, dejando de lado las disputas individuales para asegurar que este lugar florezca y siga siendo un activo invaluable para nuestra ciudad”, concluyó Marchi.

El planteo sectorial

Según Ceduc, los amparos planteados por un conjunto de vecinos ponen en juego la previsibilidad jurídica, atentan contra las instituciones y las normativas vigentes y perjudican el derecho de la propiedad privada, el derecho a la vivienda y el derecho al trabajo.

“El desarrollista acompaña la planificación pensando a futuro y propone beneficios reales para la comunidad. Con cada emprendimiento invierte en el territorio y brinda los servicios fundamentales que hacen a la calidad de vida de sus habitantes: accesibilidad, energía, cloacas, agua, gas, asfalto, espacios verdes y comercios”.

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