Alan Courtis, sobre el taller que dictará en Experimentalia: “Propongo salir de la escucha automatizada”
Cualquier recorte temporal en la vida artística de Alan Courtis se consideraría muy, pero muy productivo. Aun así, el primer semestre de 2023 logra destacarse, ya que el músico, al que le caben las consideraciones de experimental, ruidista o divulgador, abrió varios frentes en ese período.
Publicó el disco Braintrust Of Fiends And Werewolves junto al guitarrista neoyorquino David Grubbs; editó un libro de citas impropias junto a Pablo Katchadjian (No Arredran); y plantea una versión propia de las técnicas de Deep Listening de la compositora norteamericana Pauline Oliveros en un taller titulado Escucha expandida.
Esta última propuesta, precisamente, es la que el miembro de la impredecible banda Reynols traerá a la 14ª edición de Experimentalia, el festival internacional de música nueva y arte sonoro que ya se desarrolla en el Centro Cultural España Córdoba (Entre Ríos 40).
En ese encuentro, que se extenderá hasta el sábado, Alan Courtis está programado este viernes. A la mañana de ese día, de 10 a 13, ofrecerá el citado workshop, mientras que horas más tarde ofrecerá un live show con el más ruidista Pablo Reche.
Para hacer zoom a su prolífico presente artístico, Alan Courtis aceptó un intercambio con VOS vía correo electrónico.
–¿Qué te proponés con el workshop “Escucha expandida”? ¿Acaso se concentra en cómo desafiar las sensorialidades no hegemónicas?
–Los ejercicios proponen formas de salir de la escucha automatizada y, en ese sentido, sí puede ser una vía para encontrar otras formas de sensorialidad. Sobre todo en un contexto tan dominado por lo visual, ya implica un paso importante expandir la percepción aural. El taller surge de mi propia experiencia con Pauline Oliveros que desarrolló el concepto de Deep Listening y que aparte fue una amiga y artista inolvidable.
–Te llevo al grado cero de tu relación con David Grubbs. ¿Cuándo y dónde nace?
–Lo conocí en Nueva York en un concierto que compartimos en 2019. Él también había trabajado con Pauline y conocía a Reynols (el trío que completan Miguel Tomasín y Roberto Conlazo) así que quedamos en contacto. Y el año pasado cuando estuve decidimos grabar en un estudio, así que de ahí surgió este nuevo disco.
–Grubbs contó que le atrajo los sonidos que le sacabas a modesta Squier Strato… ¿Cómo es tu arsenal guitarrístico? ¿Es modesto tal cual lo plantea él? Por otro lado, ¿es necesario un tesoro de instrumentos vintage y carísimos para hacer la música que hacés?
–Él se refiere a una suerte de mini-strato que usé para toda esa gira y que al menos a mí me funcionó muy bien. La verdad no puedo viajar con demasiado equipamiento, así que me voy arreglando en las giras como puedo. Igual, en casa tengo varias guitarras pero no soy demasiado fetichista al respecto, me importa que todas aporten algo con su sonido. Creo que no es estrictamente necesario tener instrumentos ni vintage ni carísimos, hoy hay opciones económicas que suenan razonablemente bien. Pero el instrumento es una herramienta para el músico, así que ya es una decisión personal qué usar y cómo, en la medida de las posibilidades que tenga cada uno.
Braintrust Of Fiends And Werewolves de Alan Courtis & David Grubbs
–En tu cotidianidad, ¿pivilegiás a la guitarra por encima de otros instrumentos?
–Es el instrumento que más uso pero no me limito sólo a él. Trabajo también con grabaciones, cintas, electrónica, amplificando objetos y procesando sonidos. Y no tengo mucha idea de lo que voy a hacer en el futuro, lo cual es bastante saludable.
–Grubbs viene del afterpunk y del hardcore. ¿Vos de dónde venís? ¿Sos un músico académico por sobre todas las cosas?
–Estudié música clásica pero me dediqué a experimentar de las formas menos convencionales que pude. En ese sentido no creo lo mío pueda considerarse muy académico. Pero la verdad tampoco me interesan demasiado los rótulos ni los géneros. De hecho, me han puesto en tantos y tan diferentes que por momentos se contradicen entre sí. Entonces creo que en vez que quedar atrapado en las palabras, lo mejor es refugiarse en el sonido.
–¿Cómo ves en perspectiva el legado de Reynols?
–Reynols está bien activo. Este año salieron varios discos y hay una exhibición 30° Aniversario itinerante que ya se hizo en Bélgica, País Vasco, Estados Unidos y Grecia, y que luego seguirá por Inglaterra, Finlandia, y Japón. También grabamos en estudio nuevo material que va a salir en varias ediciones el año que viene. Y sobre legado sinceramente no sabría bien qué contestar. Tal vez habría que preguntarles a Miguel Tomasín y a Roberto Conlazo, que seguro tienen algo interesante para decir al respecto.
–¿Algo para decir del libro “No Arredran: Antología de citas impropias”?
-Es un proyecto que habíamos empezado hace años y que recién este año logramos publicar. En principio la idea era recuperar algo de estos libros que usualmente no son muy tenidos en cuenta por su valor textual. Ahí aparecen rarezas que tienen un brillo y una intensidad bastante particulares las cuales, por momentos, están ligadas a lo “paranormal”. O a la afición hacia fenómenos textuales abocados a una dimensión inaprensible, en la que suceden ‘cosas’ que no se pueden mostrar ni demostrar.
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