La Voz del Interior @lavozcomar: Agustín Marandino: cuando dos empresas bailan un vals vienés

Agustín Marandino: cuando dos empresas bailan un vals vienés

Agustín Marandino pertenece a la cuarta generación de una familia de Río Tercero que, 90 años atrás, creó una industria cuya trayectoria cruzó largamente las fronteras del país con sus propias exportaciones de equipos complejos: hidroelevadores.

Aquella conocida y respetada Hidro-Grubert, que siempre se destacó por la innovación y la calidad, trajinó con esfuerzo las altas y bajas de la economía argentina, hasta que encontró no hace mucho en el mundo un partner para bailar el vals de la internacionalización. Hoy forma parte del grupo Palfinger, un productor austríaco de grúas cuyos equipos suelen verse levantando autos en los grandes premios de F1 de Europa. Pero la familia sigue firme: Agustín preside la pyme y es su director comercial.

–Sos de la cuarta generación, si no hago más las cuentas.

–Así es, fue fundada por Andrés Nicolás Bertotto en 1937. No de lleno, pero cuando era chico todos los veranos trabajaba en la fábrica, cortando el césped, ordenando el almacén, logística, haciendo mailings, folletos, para correos electrónicos. Eran otras épocas.

–Típico de la familia con pyme, que los chicos aprendan.

–Mi papá, Jorge Marandino, que era director comercial, me pagaba de su bolsillo al final del verano, cambiándome la bicicleta por una nueva. Pero me obligaba a vender la bici vieja (ríe). Ahí me empezó a inculcar los vicios del área comercial.

–O sea, Andrés Bertotto, después Domingo Bertotto, su abuelo, a quien entrevisté hace dos décadas, y tu papá. Ahora vos.

–Siempre hubo un gran apoyo familiar para la fábrica, los tíos Leticia, Laura, Sergio también estuvieron. La empresa cambió mucho a lo largo de los casi 90 años de vida. Al principio fabricaba implementos agrícolas, luego herramientas para el rubro petrolero, se llamaban Ambar Cilindros, que se vendió en 1994.

–¿Cómo siguió ese recorrido?

–En los sesenta se fabricaron las primeras grúas y en los setenta, los hidroelevadores. En los noventa nos pegó de lleno la crisis que vivimos. Tuvimos que salir a buscar mercado en Estados Unidos, Los Ángeles y Miami, y exportar desde ahí. Esas operaciones se replegaron en la gran crisis de 2002, con lo cual nos abocamos exclusivamente a la Argentina y a Latinoamérica.

–Que no es poco.

–Nunca dejamos de vender en Latinoamérica, pero en los últimos años aumentamos la presencia, porque en 2013 la empresa austríaca líder en el mundo en grúas, que se llama Palfinger, una firma con 26 plantas, tuvo la intención de comprarnos, de fusionarnos. Ahí empezó una relación, ellos compraron el 30%, nosotros les fabricábamos y exportaban con su marca. Y en 2020, adquirieron otro 40%, con lo cual pasaron a detentar la mayoría accionaria.

–Como dos empresas que bailan un vals vienés. Imagino que hubo un cambio cultural tremendo.

–Muchísimos cambios y una evolución muy rápida hacia la internacionalización, con procesos distintos.

–Desde lo filosófico, ¿cuál pensás que fue la intención en venir a comprar una firma en Argentina?

–Ellos ya tienen una planta en Brasil, Argentina es el segundo mercado más importante de Latinoamérica, con lo cual disponer de otra planta, competitiva en productividad y volúmenes de venta, les sumaba market share y abría una nueva línea de productos.

–¿Cómo sería eso?

–Son muy fuertes en grúas, e Hidro-Grubert lo es en hidroelevadores. Con esto somos la tercera planta a nivel mundial en la producción de estos equipos que se utilizan para trabajar en altura, ya sea aislados o no.

–¿Los austríacos respetaron el espíritu familiar de la empresa?

–Totalmente, pero cuando tomaron la mayoría, los cambios fueron muy fuertes.

–Lo ratificaron a usted como presidente.

–Sí, lo cual me llena de orgullo, pero también me carga de responsabilidad en la aplicación de ideas y estrategias a nivel mundial. Hay procesos que cambiaron rotundamente. Muchas de las cosas que yo cuestionaba ahora, con el diario del lunes, me quedan claras por sus conceptos y por qué son líderes en el mundo.

–Por ejemplo…

–Tienen estudiado y conocen el know how desde la compra, logística, producción, productividad, soporte de servicio y la misma venta. La marca nuestra sigue estando en los equipos. Y eso que ellos defienden mucho su marca, pero Hidro-Grubert es como Gillette o Bayaspirina en el mundo de los hidroelevadores.

–En materia de producto, ¿qué cambió con ellos?

–Lanzamos un producto desarrollado en Austria pero fabricado 100% en Córdoba.

Agustín Marandino, presidente y gerente comercial de Hidro-Grubert, actualmente una empresa del grupo vienés Palfinger. (Gentileza Hidro-Grubert)

–Casi como las automotrices que desarrollan un producto en el mundo y lo fabrican en sus plantas locales.

–Claro, este es un hidroelevador articulado telescópico, para una altura de 13,5 metros, con manejo por joystick y mucha tecnología. Empezamos a exportarlo a Brasil, fue un éxito. Hace poco lo lanzamos aquí y ya estamos vendiendo. Además, acabamos de anunciar que haremos las primeras grúas Palfinger fabricadas totalmente en Argentina, en Río Tercero. Un orgullo.

–Me imagino, es un mojón a nivel industrial.

–Nos gustaría que el mensaje llegue a la sociedad, de que en el país las cosas se pueden hacer bien. Tuvimos que invertir mucho tiempo y dinero para fabricar grúas con esa marca para cualquier parte del mundo. Vamos a ser muy competitivos en precio. Son los mismos dos modelos que se fabrican en Alemania, Estados Unidos, Austria, Italia. Los más altos estándares de seguridad a nivel global.

–¿Da el cuero en materia de competitividad?

–Lo que vemos es que la Argentina es competitiva, a pesar del contexto económico, los vaivenes y la carga impositiva. Si el producto es el indicado, el mercado existe y no hay manera de que no sea un éxito.

–¿Aún desde octubre del año pasado?

–Es real que la demanda cayó, pero hay rubros que siguen fuertes: oil & gas, minería, litio, el 80% de las ventas van para esos mercados. Son todas empresas que compran el producto para que funcione la mayor cantidad de horas por día; y si el producto se lo ofrece, los clientes lo pagan.

–¿Cómo les pegaron las restricciones para acceder al dólar? ¿Ya pasó?

–Fue muy complicado, pero hoy las reglas están siendo más claras, hay una mayor previsibilidad con el pago de las importaciones, eso facilita la operatoria de comercio exterior. Pero estamos acostumbrados, sabemos lo que pasa, ya lo hemos vivido en una empresa con tantos años. Lo más tedioso es explicar a los accionistas los cambios en las reglas de juego.

–¿Suelen hacer comentarios sobre el país, los austríacos?

–¡Muchos!, siempre terminan comprendiendo que la historia se repite. Ojalá que algún día la cortemos, pero es nuestra realidad. Valoran otras cosas, como la capacidad de la mano de obra y la facilidad de aprendizaje.

–¿Qué aporte personal te gustaría imprimirle a la empresa?

–Ayudar mucho a la internacionalización, consolidar el sueño de la exportación para llegar a cualquier parte del mundo. Recibir e-mails de una licitación de Tailandia, ganarla y proveerle 150 equipos fabricados en Río Tercero, con nuestro conocimiento y nuestra gente. Tampoco es que lo vea tan lejano, siento mucha convicción de que lo conseguiremos.

–Veo que el “terruño” te puede.

–Lo que le pasaba a mi abuelo, que era un gran fanático de Río Tercero, ahora me sucede a mí (risas).

Los motores, una pasión

Nombre. Agustín Marandino (38)

Casado con. Lara.

Hijos. Martina y Francesco.

Cargo. Presidente y director comercial de Hidro-Grubert.

Empleados. 287.

Producción. En 2023 fabricaron 700 equipos (valen entre U$S 14 mil y U$S 380 mil).

Deporte. Tenis, natación y motociclismo. Alguna vez, corría en rally.

Teléfono. (03571) 421-500.

E-mail. hidrogruber@palfinger.com.

Web. palfinger.com/es-ar.

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