Tira y afloje con múltiples variables de la agenda electoral
el país.
La naturalización del tema inflacionario, el rebote de precios en los alimentos, la incertidumbre y la volatilidad del dólar blue y la inseguridad bonaerense son temas que ganan centralidad en la otoñal agenda política, porque la motosierra del ajuste económico empezó a recortar también la imagen del presidente Javier Milei.
De todos modos, la crisis interna en la cúpula partidaria del PJ kirchnerista en la Provincia se termina transformado en una suerte de estación de bomberos que apaga -en términos políticos y electorales- el principio de incendio de un plan económico nacional que, por momentos, parece tambalear en medio de crecientes dificultades, especialmente en materia de confianza y aprobación por parte de la opinión pública.
El trasfondo político bonaerense seguirá marcado por la reforma electoral y el posible impacto en la estrategia electoral del oficialismo y la oposición en las elecciones legislativas. En rigor, este microclima por juegos de poder tiene que desactivarse lo antes posible frente al contexto socioeconómico.
Una elección desdoblada, como promueve la Gobernación, no va a dejar de nacionalizar la disputa con los libertarios de la Casa Rosada. Eso es inevitable. Y tal vez, el kirchnerismo necesita parar la máquina a tiempo. De lo contrario, todo terminará siendo ganancia para los intereses políticos de LLA.
En líneas generales, el gobernador Axel Kicillof busca apoyarse en un centenar de intendentes para que militen la musculosa movida del desdoblamiento con el objetivo de “salvar” a la Provincia del avance libertario. Eso, tal vez, sea lo que Cristina Kirchner parece no entender.
Apenas un milagro podría evitar una fractura interna entre kirchneristas y kicillofistas ante semejante clima de rebelión. Los legisladores de La Cámpora y del Frente Renovador ni piensan en aflojar en recintos parlamentarios. Ambos están dispuestos a acompañar la suspensión de las PASO, siempre y cuando el Gobernador acepte que las elecciones bonaerenses sean concurrentes, es decir el mismo día que las nacionales de octubre próximo. No hay punto de retorno. La apuesta parece ser a todo o nada.
“Entendemos que Kicillof eligió quedar mal con Cristina, hacer la heroica y jugársela por afuera con los intendentes del Movimiento Derecho al Futuro”, según afirman filosas espadas parlamentarias. ¿Se viene un PJ con boletas separadas ante las urnas o una terminará siendo colectora para dirimir la pelea por cargos electivos? Otra incógnita.
Está claro para los principales armadores territoriales del proyecto que busca impulsar a Kicillof como candidato presidencial en 2027 que, sin un triunfo en las legislativas será casi imposible romper con la llamada “maldición de Alsina”, por la cual ningún gobernador bonaerense pudo acceder a la Casa Rosada luego de pasar por el palacio de calle 6. «Todos los curas se acuestan pensando en ser Papa», acostumbraba a decir con ironía Antonio Cafiero, que gobernó el distrito a fines de los años 80.
La resolución de este conflicto partidario no solo definirá la modalidad electoral en la PBA, sino que también es una prueba de fuego para una potencial unidad de un PJ dividido en facciones. Las diferencias entre las múltiples corrientes internas se han ido profundizando con el paso de los meses y el escenario se parece cada vez más a un campo minado de potenciales explosivos.
“A Kicillof tampoco le sobra coraje”, admiten desde el vulnerable entorno gubernamental. Es que un par de ministros bonaerenses abusan de los juegos de poder, tan deficitarios como previsibles, que termina agrandando la autoestima del kirchnerismo puro de La Cámpora.
En verdad, las motivaciones del desdoblamiento en una buena cantidad de referentes del PJ pasan por sacarse de encima a Cristina como dueña de la lapicera partidaria nacional, y a su hijo Máximo Kirchner a nivel bonaerense.
En cambio, para los intendentes radicales y macristas es una demostración de aparato partidario para los libertarios con pálida representación municipal.
Se dice que algunos jefes comunales boina blanca van a militar la boleta de La Libertad Avanza, que se entusiasma con ampliar su tropa en la Legislatura, y que otros pueden hacer lo propio con la papeleta del oficialismo bonaerense por cuestiones de conveniencia y urgencia.
“Veremos cómo sigue la película pero algunos radicales, si el Gobierno nacional pasa el invierno, hasta pueden ir a cara descubierta con Milei”, sostienen. En la Provincia, los principales espacios opositores, el PRO y la Unión Cívica Radical ya manifestaron públicamente su postura: suspensión de las PASO y, adicionalmente, el desdoblamiento electoral.
El mensaje de los amarillos fue contundente: se le exigió a Kicillof que deje de “priorizar sus disputas internas» mientras repiten que deben juntarse con los libertarios para vencer al kirchnerismo en suelo bonaerense.
Por su parte, el Foro de intendentes radicales también se sumó al reclamo. Abogó por separar las elecciones bonaerenses y municipales con el objetivo de debatir los temas de manera diferenciada de la disputa nacional.
En síntesis, la falta de acuerdos complica la estrategia electoral del oficialismo en la PBA. Dicen en psicología que, una forma de sanar, pasa por soltar las emociones del pasado. “Las grandes crisis imponen grandes decisiones políticas”, agregan en las diagonales.
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