No fue un sábado como cualquier otro en el Congreso de la Nación
el país.
Las calles del Microcentro porteño acostumbran a ser sede de todo tipo de eventos, protestas y movilizaciones. Para quienes transitan sus avenidas no es extraño tener que desviarse porque la circulación esté restringida a causa de que masas de gente se movilizan por cuadras y cuadras.
Pero este sábado no era un día como cualquier otro.
El olor a pasto recién cortado se hacía sentir en la Plaza del Congreso, mientras el personal de técnica ponía a punto las estructuras para sostener las pantallas por las que este domingo el presidente electo, Javier Milei, se mostrará ante la multitud en su primer discurso como mandatario de los argentinos.
En la víspera de la ceremonia de traspaso de mando, que será este 10 de diciembre y por la que el Congreso de la Nación se prepara para recibir a una multitud en la Plaza, la creciente expectativa por el rumbo que tomará la Argentina en los próximos cuatro años se podía vivir en la calle.
Cada argentino tiene una postura. En la extensa plaza frente al palacio legislativo, paseaban quienes en menos de 24 horas regresarán a apoyar al dirigente libertario, algunos de forma activa y otros de casualidad; también quienes se harán presentes con reclamos concretos y, por último, aquellos que “ni locos” presenciarían el acto.
En el primero de esos grupos están Carlos y Fátima, un matrimonio de Bahía Blanca que con mucho entusiasmo viajó especialmente desde nuestra ciudad para ser testigos del “día histórico” en el que comenzará una nueva etapa para el país.
Sentados bajo la sombra de un árbol ubicado sobre el sector de la avenida Hipólito Yrigoyen, a la derecha del Congreso Nacional, sonrieron al enterarse de que, por casualidad, dialogaban con un medio de su localidad.
“Estábamos mirando la televisión y dijimos: ‘Vamos a verlo’. Nos vamos a dar un gusto, es un día histórico, le vaya bien o no en la gestión”, contó Carlos sobre cómo llegaron a la decisión de viajar más de 600 kilómetros para asistir al acto.
Ambos jubilados, coincidieron en tener “muchas esperanzas” por lo que se viene. “Sobre todo para los más chicos”, sostuvo Fátima.
Carlos está cansado de que la política de la Argentina sea “siempre lo mismo, desde que yo era chico, siempre mala política”.
Según dijo, ve en Milei a un dirigente que puede llegar a “poner las cuentas en orden” aunque reconoció que “nos va a hacer sufrir, pero es necesario”.
Unos metros más adelante se sentaban Miguel y Myriam, que viajaron de Formosa hasta la Capital por cuestiones de salud, pero de paso se harán presentes en el Congreso en apoyo al nuevo mandatario.
“Simpatizamos con el nuevo gobierno, estamos cansados de lo de antes así que apostamos a lo nuevo”, señaló Miguel mientras tomaba mates con su compañera.
Sin embargo, remarcó que presenciarán el evento del domingo “de casualidad, porque estamos parando acá cerquita”.
Del otro lado, instalado en la fachada del edificio sobre la esquina de avenida Entre Ríos y avenida Rivadavia, había un colorido puesto en el que se izaban banderas argentinas y Wiphalas.
Pertenece a un grupo de jujeños provenientes del Valle de esa provincia que, en reclamo por una respuesta del Gobierno nacional a los incidentes registrados en julio en esa provincia, viven hace cuatro meses en la calle.
“Llegamos el 1 de agosto. Desde ese día el presidente no tuvo ni la más mínima voluntad de atendernos, solamente mandó armar una comisión investigadora que nunca se formó. Pero no hay nada que investigar, todo es de público conocimiento: derramamiento de sangre, abuelos que les balearon su rostro, chicos desmembrados”, enumeró Eva Margarita, quien junto a unas cuatro personas más vive en la vereda del Congreso Nacional, resguardada por un ranchito de telas, cartones y plásticos.
Según dijeron a este diario, la mayor parte del grupo está instalado en plaza Lavalle, frente al Teatro Colón, aunque estratégicamente buscan visibilizar sus reclamos en la transitada zona del palacio legislativo.
“El Congreso es un punto de presión hacia el gobierno y de más visibilización de nuestra problemática, porque tampoco tenemos el apoyo de los medios nacionales, que pasan todo el tiempo por la plaza y no se acercan”, aseguró la mujer.
El domingo esperaban no moverse de ese lugar, que estará restringido al paso de la multitud, entre las enormes pantallas LED y el edificio histórico donde Alberto Fernández cederá el mando a Milei.
“Mas allá de que le digan ‘el loco’, el que no era loco tampoco hizo nada. No tenemos banderas políticas. Esperamos soluciones con el cambio de gobierno porque no podemos volver con las manos vacías y sin respuestas para Jujuy que clama y llora por justicia”, cerró Eva Margarita.
Jonathan, un chico que vendía medias sobre avenida Rivadavia, manifestó que “ni loco” estaría el domingo entre la multitud. “No comparto sus ideas”, justificó en relación al líder de La Libertad Avanza (LLA), aunque reconoció: “Me gusta que en Argentina tengamos democracia; no hay que compartir siempre las mismas ideas”.
El joven vendedor ambulante, a quien sus padres le enseñaron que “hay que ganarse honradamente la plata en vez de andar pidiendo o robando un celular”, dijo que le parece una “falta de respeto” la dolarización planeada por el futuro presidente.
“Milei no quiere que esto siga siendo un país, lo quiere convertir en una colonia. Quiere dolarizar, que dependamos de otro, me parece que es una falta de respeto”, manifestó.
Respecto de los próximos cuatro años, Jonathan piensa que “siendo economista, Milei puede llegar a bajar la inflación, que es lo que uno anhela”, aunque “de ahí a que lo concrete, estamos muy lejos”, remató.
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