Negociaciones que ascienden como cortinas de humo
el país.
La temperatura política se apoderó por completo de la dinámica parlamentaria bonaerense. Si bien aquellos temas que se llevan todas las miradas en estas sesiones extraordinarias son los proyectos de Presupuesto 2025 y Ley Fiscal Impositiva que pide la gestión bonaerense de Axel Kicillof, el panorama va transmutando claramente hacia la muestra de algunos posicionamientos en la antesala del nuevo año electoral.
Durante este tiempo, distintos actores del arco opositor en la provincia vienen manifestando su preocupación por la ausencia de progreso en las negociaciones, situación que estaría frenando el debate. Incluso, desde la UCR lamentan la falta de diálogo por parte del Ejecutivo. Ese pronunciamiento buscó poner en evidencia que la falta de consensos estaría retrasando la aprobación de proyectos clave que requieren de un amplio debate y puntualmente: negociación política.
Si bien el ministro de Economía, Pablo López y el titular de ARBA Cristian Girard, ya pasaron por la Legislatura para explicar los principales parámetros presupuestarios y aumentos impositivos que deberán enfrentar los contribuyentes bonaerenses en 2025, sus exposiciones absolutamente técnica no alcanzan a deleitar otras expectativas políticas.
En la intimidad del palacio legislativo se advierte un armado opositor que, por ahora, se opone tenazmente a acompañar “sin modificaciones” la recargada agenda de propuestas gubernamentales. Ese frente contiene a La Libertad Avanza, del PRO, los dos radicalismos -tanto aquellos que responden a la nueva jefatura del Comité Provincia como los que se referencian con Facundo Manes- y la Coalición Cívica.
No es la primera vez que Kicillof recibe reproches por la falta de progreso en las negociaciones con la oposición. La impaciencia por esas conversaciones podría vincularse con la cobertura de vacantes en la Corte bonaerense, el Banco Provincia y otros organismos, además de diversos cargos judiciales.
El ministro de Gobierno, Carlos Bianco, es el único funcionario con capacidad de respuesta a ese nivel por su rol de operador político. Pero, al menos por ahora, la falta de definiciones es interpretada por algunos dirigentes de la política tradicional como una maniobra deliberada del oficialismo, esperando el momento propicio para usarlo como moneda de cambio. “Los tiempos políticos no son para construir amistades sinceras. Es una relación tóxica para negociadores voraces”, explican en las diagonales.
Tal vez la posibilidad de recibir adicionalmente recursos extras y obras municipales sea otra opción, aunque eso parezca una expresión de deseo vacía de contenido dada la crisis económica.
Entre aquellos temas relevantes de los Asuntos del Día, previstos para abordar en sesiones extraordinarias no sólo se destaca la Ley de Leyes, sino también la reforma jubilatoria de los empleados del BAPRO, la creación de una empresa pública de producción de medicamentos e insumos hospitalarios, la posible suspensión temporal de las PASO, una reforma política que podría incluir cambios en las reelecciones de intendentes y el tratamiento de pliegos para cubrir vacantes en la Justicia.
La negociación será crucial para que Kicillof cierre el período anual con avances significativos en su agenda. En la recta final del último mes del año, el oficialismo -con el poco discreto aval de libertarios dialoguistas y otros librepensadores- buscará avanzar con las leyes que demanda la Gobernación, aunque desde la oposición exigen prudencia para que nadie se vaya a dormir con las manos vacías.
Por cuerda separada, frente al complejo escenario electoral que se avecina, el gobernador continuará con su estrategia de intentar polarizar contra el aparato presidencial de Javier Milei, procurando mostrar cómo el modelo económico libertario afectó varios sectores sociales, aún cuando el jefe de Estado prefiera a la expresidenta Cristina Kirchner como contrincante a nivel nacional.
Días atrás varios ministros y casi todo el arco legislativo bonaerense, se sumaron a la ola de críticas por la disposición de Nación de limitar el acceso a medicamentos gratuitos que entrega el PAMI a jubilados y pensionados. Aseguran que la decisión de reducir a cero la posibilidad de acceder a remedios sin costo es “un crimen en cámara lenta», que va a impactar en todo el sistema de salud pública de la PBA.
En lo estrictamente político, y a diferencia de la agudización de las chisporroteos entre Milei y Mauricio Macri, los sectores violetas y amarillos parecen caminar juntos en la Provincia, aún cuando el futuro electoral en común asoma con más dudas que certezas.
Sobre ese escenario, el radicalismo sigue sumando kilómetros antes de quedarse sin nafta. No pocos intendentes declaran su preocupación por el deterioro de la situación económica, social y productiva desde la asunción presidencial de Milei, hace casi un año atrás, junto a la paralización de la obra pública y construcción de viviendas en tierras bonaerenses.
Frente a ese panorama, la UCR tiene la oportunidad de capitalizar su perfil de partido moderado en un contexto donde los extremos parecen dominar el debate político. Y esa dicotomía se traduce en dos opciones claras: avanzar en un acercamiento a la Casa Rosada o instalarse como protagonista de un espacio opositor más amplio.
Las dos son apuestas arriesgadas. La primera, porque sería un actor de reparto de una película de la que ni siquiera sabe si es de su agrado, y la segunda, porque implicaría caminar junto al kirchnerismo, del otro lado de la grieta.
En la primera podrían apuntarse algunos gobernadores e intendentes bonaerenses de los que responden a Maximiliano Abad. En la otra punta estarían el porteño Martín Lousteau y el bonaerense Manes, entre otros.
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