La Provincia se prepara para el desempate presidencial
el país.
Las urnas en territorio bonaerense están aparentemente frente a un escenario de paridad política e incertidumbre generalizada por el balotaje que definirá qué candidato será proclamado presidente por voto popular.
Llegamos a los últimos días previos al desempate presidencial entre el ministro/candidato del oficialismo Sergio Massa (Unión por la Patria) y su oponente libertario, Javier Mieli (La Libertad Avanza), en medio de problemas cotidianos como la economía, la inflación, la inseguridad, y otras emergencias sociales.
Y si bien la clave puede estar en el voto de los indecisos, otra vez, el resultado en la provincia de Buenos Aires constituye la llave de la votación.
Antes de la veda electoral, el gobernador Axel Kicillof concentró las últimas horas de campaña bonaerense a sumar los votos necesarios para empujar al tigrense a cumplir su objetivo de alcanzar la lapicera del principal despacho de la Casa Rosada.
También aquella bandera de la “unidad nacional” que pregonó Massa parece tomar forma, de acuerdo a las adhesiones opositoras que fue recibiendo. Ante ese nuevo cuadro de situación, el reelecto mandatario bonaerense postergó definiciones sobre el Presupuesto 2024 y el diseño de su nuevo gabinete ministerial hasta después de la segunda vuelta.
“La Provincia necesita seguir avanzando en obras de infraestructura y, para eso, es fundamental contar con el acompañamiento de un Gobierno nacional que comprenda cuáles son los proyectos estratégicos que generan posibilidades de un futuro mejor para los bonaerenses”, concluyó Kicillof, aunque se lo haya acusado (igual que a casi todo el oficialismo) de instalar la supuesta “campaña del miedo”.
Esa suerte de petición al votante no sólo tiene que ver con poder llevar adelante los principales lineamientos de su gestión, sino también el principal argumento gubernamental ante una hipotética presidencia de Milei quién podría practicar un drástico ajuste de fondos con impacto en las finanzas de los municipios de la PBA.
La posición adoptada por los intendentes (actuales y electos) es relevante en términos políticos. Será parte de la posterior rosca legislativa con los municipios porque hace a la negociación directa con la Gobernación, cuando empiece la repartija de la torta presupuestaria junto a las leyes Fiscal e Impositiva.
No da igual el resultado electoral del balotaje. Los alcaldes oficialistas tuvieron un trabajo de concientización social porque no es lo mismo lo propuesto por uno u otro candidato presidencial. Claramente se evidenció un contraste no solo en lo ideológico sino en las capacidades operativas. En ese contexto, los libertarios de LLA remueven el fantasma del fraude junto a los halcones del PRO.
“Massa es un viejo conocedor de la botonera del Estado y eso es fundamental para tomar decisiones”, mientras que la fuerza libertaria, “llega para dinamitar la convivencia que se requiere en democracia. El electorado no puede otorgarle una pasantía a Milei para saber si puede ser presidente”, se deslizó sobre las diagonales.
El staff técnico económico de Kicillof afina “detalles y números” del proyecto de ley de Presupuesto e Impositiva que pretenden elevar a la Legislatura. Desde los herméticos despachos de la Casa de Gobierno de calle 6, aseguran que el texto oficial hará hincapié en el “plan 6×6” para cada área ministerial hasta 2027 con la proyección de una importante porción de recursos a la obra pública.
Mientras tanto, en ámbito parlamentario, recién empezaron a darse las primeras charlas entre referentes del oficialismo y Juntos por el Cambio – que aún no reacomodó su nave interna- como para poder abordar el “borrador” antes del 10 de diciembre.
Antes de ese día llegará el recambio y juramento de los nuevos legisladores electos el 22 de octubre. De hecho, ya varios buscan oficinas parlamentarias, por lo que se avecinan varias semanas de negociaciones para que el proyecto de cálculos y recursos llegue a los recintos antes de las fiestas de fin de año.
Para la Cámara Joven de avenida 53, ya suena como futuro presidente el actual vicepresidente del Frente Renovador, Rubén Eslaiman, ligado a la siempre diputada nacional Graciela Camaño.
El resultado del balotaje influye también en los tiempos gubernamentales y parlamentarios. El Gobernador cree que podría jurar su nuevo mandato ante la Asamblea Legislativa recién el 11 de diciembre, un día después de la asunción del nuevo Presidente de la Nación.
Por un camino paralelo, el ministro de Seguridad, Sergio Berni, confirmó que antes o después del 10 de diciembre abandonará ese sillón ministerial, “el más ardiente” de toda la estructura gubernamental, porque tiene decidido asumir su banca como senador bonaerense. No es una vacante menor. Se trata de un área que se encuentra siempre en el ojo de la tormenta ante la estructural crisis de inseguridad.
De esa forma se convertirá en el tercer ministro al que Kicillof deberá buscarle reemplazo, al igual que para el ministro de Infraestructura, Leonardo Nardini; y su par de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak; ya que ambos ganaron intendencias para el oficialismo.
Se entiende que la “liga de intendentes peronistas del Conurbano” tiene más derecho a reclamar algún cargo ministerial que La Cámpora de Máximo Kirchner, sector interno al que se le otorgaría la jefatura del bloque partidario en Diputados, pese a su interés por querer seguir manejando sellos de “primera línea” en ámbito provincial.
Cuestiones de equilibrio doméstico que, tal vez, permita abrir organismos estatales hacía otras fuerzas políticas, como podría ser el radicalismo si es que finalmente JxC se termina fragmentando a partir de la noche del domingo.
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