La muerte de Maradona: un cardiólogo complicó al neurocirujano Leopoldo Luque
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Un cardiólogo de la clínica Ipensa, de La Plata, declaró en la causa por la muerte de Diego Maradona que dos meses antes del deceso del por entonces DT de Gimnasia, su médico de cabecera, el imputado Leopoldo Luque, se negó a hacerle un estudio cardiológico recomendado para pacientes de riesgo que, desde su punto de vista, “hubiera funcionado a modo de prevención”.
Se trata de Oscar Alberto Franco, quien la semana pasada fue convocado a declarar a la Fiscalía General de San Isidro y fue uno de los últimos de la tanda de 13 testimoniales que tomaron los fiscales de la causa Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Laura Capra.
Si bien fue un testigo sugerido por el abogado Julio Rivas, defensor de Luque, fuentes judiciales indicaron a Télam que el testimonio de Franco también le fue útil a los fiscales.
En su declaración –a la que accedió Télam-, Franco explicó que a fines de septiembre del año pasado, Maradona se hizo un “chequeo general” en Ipensa, y que Luque lo contactó para que le haga una “evaluación cardiológica” previa a una endoscopía y que, en el marco de esos estudios, se le hizo al exfutbolista una “ecografía abdominal, un ecocardiograma, un doppler carotídeo y un ecocardiograma”.
A preguntas del abogado de Luque sobre lo que arrojaron esos estudios y en una respuesta que favoreció a la defensa del neurocirujano, Franco contestó: “Se trataba de un paciente hipertenso, pero en ese momento no encontramos ninguna causa o de insuficiencia cardíaca o de alguna patología en concreto”.
Aunque luego agregó: “Fue un estudio dentro de los parámetros más o menos normales, salvo por un hallazgo relacionado con una ecografía abdominal previamente realizada, la cual arrojó que tenía la cavidad derecha un poco fuera de lo normal, pero no era algo que llame la atención”.
Pero cuando la fiscalía le preguntó si él había sugerido algún otro estudio, Franco recordó: “Le respondí que debía realizarse, además de los estudios que efectivamente le hicimos, una evaluación con un estudio de spect o cámara gamma, lo cual no se hizo por decisión del Dr. Luque, como médico responsable del paciente”.
El cardiólogo explicó que se trata de un estudio “dirigido a pacientes de riesgo” o que “hayan tenido problemas coronarios o de otro origen”, y que en esos casos “es de gran aporte”.
Cuando los fiscales le preguntaron si ese estudio hubiera podido funcionar a modo de prevención de algún problema respecto de Maradona, el médico contestó: “Sí, hubiera funcionado a modo de prevención, como también resulta útil a modo de detección de alguna patología coronaria que puede estar oculta y el estudio lo pone a la luz”.
Consultado sobre si desde su opinión Maradona era un paciente de riesgo, Franco respondió: “Mi evaluación fue muy corta, quizás uno podría decir que sí, por lo que sabe a través de ciertas comunicaciones, pero no lo sé por algo científico. Estimo que Maradona tendría factores de riesgo”.
El abogado Yamil Castro Bianchi, quien representa en este expediente a las hermanas de Maradona como particulares damnificadas y es socio de Matías Morla, exapoderado del Diez, le preguntó al testigo si en este caso era esperable el resultado muerte, y Franco dijo: “No lo puedo decir, yo desconozco lo que pasó después, no estaba informado de eso. Responder eso es adivinar”.
Sobre el final de la testimonial, el defensor Rivas le preguntó en concreto si luego de los estudios que le practicó Maradona debería ser internado o irse a su casa, y el cardiólogo comentó: “Se manejó como un paciente ambulatorio y tampoco estaba en riesgo en ese momento. Si hubiera encontrado algo que justifique hubiera actuado en consecuencia o le hubiera hecho una sugerencia”.
”Con base en lo que arrojaron esos estudios, no vi nada para dejar internado al paciente Maradona”, afirmó el profesional en una respuesta que favoreció a la defensa.
Fuentes judiciales indicaron a Télam que los fiscales Iribarren, Ferrari y Capra evalúan en los próximos días convocar a una segunda tanda de testigos, algunos de los cuales también serán, como Franco, profesionales de la salud que en algún momento trataron a Maradona.
Maradona, la mayor figura de la historia del fútbol mundial, murió a los 60 años el 25 de noviembre de 2020 al mediodía, en una casa del barrio privado San Andrés, de Tigre, donde transitaba la internación domiciliaria que está bajo investigación penal en la justicia de San Isidro.
La autopsia determinó que murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada” y descubrieron en su corazón una “miocardiopatía dilatada”.
Tras las conclusiones de una junta médica, siete profesionales de la salud fueron imputados por “homicidio simple con dolo eventual”, figura penal que prevé de 8 a 25 años de prisión y que fue elegida por los fiscales tras una investigación en la que concluyeron que el equipo médico de Maradona fue “deficiente”, “temerario” e “indiferente”, y que sabía que el “10” podía morirse y no hizo nada para evitarlo.
Aparte de Luque (39), los otros seis imputados son la psiquiatra Agustina Cosachov (36); el psicólogo Carlos Ángel “Charly” Díaz (29); los enfermeros Ricardo Omar Almirón (38) y Dahiana Gisela Madrid (36); su coordinador, Mariano Ariel Perroni (40); y la médica coordinadora de la empresa Swiss Medical Nancy Forlini (52).
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