Fórmula 1. La Guerra Fría entre Mercedes y Red Bull: el turno de los jefes
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Doce días después del polémico accidente que protagonizaron en Silverstone, Lewis Hamilton y Max Verstappen volverán a medirse en la pista y en los cronómetros. El Gran Premio de Hungría se ofrece como mucho más que la undécima estación del calendario de la Fórmula 1. En el circuito de Hungaroring, el británico logró ocho victorias y de ganar impondrá una nueva doble marca: nadie en la historia de la F.1 celebró nueve triunfos en un mismo escenario; firmará el éxito N°100 en el Gran Circo. El neerlandés, que aventaja por ocho puntos al séptuple campeón en el campeonato, nunca se impuso en el trazado húngaro: los segundos puestos de 2020 y 2019, marcó la pole, son sus mejores registros en seis presentaciones. La cita será la última antes del receso de invierno de la temporada, que se reanudará el fin de semana del 29 de agosto en Spa-Francorchamps.
La F.1 se encendió con la rivalidad entre Hamilton y Verstappen y la maniobra en Copse alimentó la controversia entre los pilotos y las escuderías. Nadie quedó ajeno a la discusión: desde el ex patrón Bernie Ecclestone a los campeones Fernando Alonso -actualmente en Alpine- Nico Rosberg, Jenson Button opinaron sobre el accidente que terminó con el neerlandés despistándose y destruyendo el auto y la penalización de cinco segundos que recibió Hamilton, que finalmente logró la victoria. Los jefes de Mercedes y Red Bull Racing enseñaron sus cartas durante el Gran Premio de Gran Bretaña en las comunicaciones que mantuvieron con Michael Masi, el director de carreras, aunque los episodios de la Guerra Fría entre Toto Wolff y Christian Horner se mantienen vivos.
“Creo que la intensidad aumentó desde Silverstone. Claramente no será la última vez que luche por una posición y ojalá puedan hacer deportivamente. Si no, vamos a ver más accidentes”, apuntó Wolff. La posición del austríaco descubrió una respuesta de parte del británico que lidera RBR: “Ambos pilotos son, por supuesto, intransigentes en su estilo de manejo, pero también son pilotos altamente calificados y con una gran experiencia. La realidad es que Hamilton se enfrentó a un rival y a un auto que ahora es competitivo y estoy de acuerdo en que ambos deberán mostrarse respeto, pero él fue el agresor en Silverstone”, la guardia alta de Horner.
La experiencia de Hamilton en situaciones críticas -en el pasado lidió internas con Alonso en McLaren y Rosberg en Mercedes; pulseó también contra Sebastian Vettel por la corona- es un plus en el comportamiento que advierte Wolff sobre su piloto estrella. “Los duelos externos son fáciles de manejar, porque así fue siempre la F.1. Están muy lejos de la polémica que tuvimos dentro del equipo, en los que se necesita que ambos pilotos tengan la cabeza en su sitio para ganar el campeonato de Constructores y para manejar respetando los valores de la escudería y de la marca Mercedes”, recordó Wolff la feroz batalla de 2016, en la que Hamilton y Rosberg se disputaron el título y compusieron maniobras que superaron los límites, y la situación actual.
La defensa agresiva de Verstappen y el ataque impetuoso que desató Hamilton en Silverstone -con posterior sanción- fueron argumentos a los que se aferró Horner para excusar al neerlandés de la culpabilidad por el accidente y, de paso, responderle a Wolff. “Max estaba siendo demasiado agresivo en esa etapa, era injustificado”, señalaron desde el garaje de Mercedes. “Solo tienen que fijarse en el hecho de que Max tiene cero puntos de penalización en su licencia y no fue declarado culpable de ningún error de juicio en la pista en los últimos años”, devolvió Horner.
Las imprudencias en el pasado de Verstappen le valieron apercibimientos de parte de la FIA, al punto de informarle que le mostrarían la bandera negra y blanca (advertencia por una maniobra peligrosa), después de encadena accidentes con Vettel y Raikkonen. “Tarde o temprano va a causar un grave accidente. Fuimos muy afortunado de no sufrirlo esta vez”, se quejó el finlandés, en el GP de Bélgica de 2016. “El estilo es refrescante pero peligroso”, alertaba Wolff, mientras que Jacques Villeneuve se mostraba ácido en sus palabras: “La FIA quiere construir una superestrella y lo deja hacer cualquier cosa”. Verstappen reseteó su estilo, aunque no resignó su fiereza. El jefe de Mercedes expone las diferencias que observa entre las prácticas de Hamilton y el neerlandés: “Parte del éxito de Lewis es la madurez, no solo su habilidad. La estrategia a largo plazo es importante para ganar campeonatos, porque se necesita sumar puntos, ser consistente, y ceder una posición en la pista es parte del patrón de las últimas carreras. Esta vez, en Gran Bretaña, ninguno de los dos cedió y todo terminó en una fuerte colisión”.
Con la batalla entre Hamilton y Verstappen la Fórmula 1 redescubrió los duelos del pasado, mientras Mercedes y Red Bull desatan desde hace un tiempo, en la pista y los garajes, un nuevo capítulo de la Guerra Fría.
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