Alberto Fernández y Lacalle Pou buscan bajar la tensión por el Mercosur con una cena en Olivos
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El presidente Alberto Fernández recibió esta noche en la quinta de Olivos a su par uruguayo Luis Lacalle Pou, en un encuentro que a priori busca bajar la tensión entre ambos mandatarios por los desencuentros que tuvieron en el seno del Mercosur.
No obstante, fuentes diplomáticas afirmaron que Lacalle Pou mantenía su idea de negociar acuerdos comerciales por afuera del bloque regional, mientras que Fernández ratificó que se deben realizar en conjunto.
De la cena, servida en el chalet de la residencia, participaron también los cancilleres Felipe Solá y Francisco Bustillo. El jefe de la diplomacia uruguaya es un nexo directo entre Lacalle Pou y Fernández, porque se considera “amigo” del mandatario argentino.
Fernández llegó a Olivos proveniente de la ciudad bonaerense de Olavarría, mientras que Lacalle Pou había pasado buena parte de la jornada en la embajada uruguaya en Buenos Aires.
La primera dama Fabiola Yañez recibió en Olivos tanto a Fernández -que la había mencionado al considerar un “error” su polémico festejo de cumpleaños en 2020- como a Lacalle Pou.
La agenda de la “diplomacia presidencial” -como se denomina a los encuentros directos de los jefes de Estado- también abordó la problemática de los ríos compartidos, el turismo post-pandemia, la apertura de fronteras y los vuelos a las islas Malvinas, detallaron fuentes de la Cancillería argentina consultadas por LA NACION.
El último encuentro presencial entre Fernández y Lacalle Pou había sido en noviembre del año pasado en la Estancia Anchorena, ubicada en Colonia del Sacramento. Meses después, el 26 de marzo pasado, tuvo lugar el contrapunto más fuerte entre ambos: durante una reunión virtual del Mercosur, Fernández le advirtió a Lacalle Pou que “si somos un lastre, tomen otro barco”. Lo dijo después de que el mandatario uruguayo afirmara que las condiciones que fija el Mercosur le provoca la “frustración de no poder avanzar con acuerdos extra-regionales.
Tras aquel cortocircuito que se hizo público, pasaron varios meses en los que tanto Buenos Aires como Montevideo pusieron paños fríos. “Siempre es mejor llevarse bien, que llevarse mal”, comentaron ayer en el gobierno uruguayo sobre la relación con la Argentina.
En señal de paz, Lacalle Pou llevó a la quinta de Olivos un vino de regalo para el presidente argentino. Ahora, la administración oriental se conformaría con un guiño de Fernández para no obstaculizar las conversaciones que Uruguay mantiene con países como el Reino Unido y China.
El 7 de julio pasado, el gobierno uruguayo había advertido en un comunicado que la decisión de negociar en forma conjunta “no está en vigor” y que, por lo tanto, “inspirado en principios de gradualidad, flexibilidad y equilibrio”, adoptaría medidas para aumentar la “inserción internacional”, sin abandonar la condición de “miembro pleno del Mercosur”.
Las relaciones entre la Argentina y Uruguay también se pusieron a prueba por el caso de Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, el exasesor de Mauricio Macri en materia judicial, quien pidió refugio político por considerarse perseguido en Buenos Aires, aunque una comisión especial rechazó la solicitud.
El gobierno uruguayo no quiso quedar enredado en ese caso y priorizó sus esfuerzos en convencer a la Casa Rosada y la Cancillería argentina de la necesidad de flexibilizar el Mercosur. El propio Lacalle Pou reforzaba esta noche sa estrategia, mientras degustaba un “asado argentino” con Fernández, Solá y Bustillo en el chalet de la quinta presidencial de Olivos.
Informe del corresponsal en Uruguay, Nelson Fernández.
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