La Nación Economía: Adaptación obligada. El dilema de LinkedIn para operar en China

Adaptación obligada. El dilema de LinkedIn para operar en China

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Las empresas de internet extranjeras enfrentan momentos difíciles en China. Para evitar la diseminación de ideas que considera peligrosas, el Partido Comunista bloqueó el sitio de videos compartidos de YouTube, Facebook y Twitter en 2009. Un año más tarde Google abruptamente cerró su motor de búsquedas chino luego de una disputa con los sensores. Los chinos que quieren acceder a redes sociales occidentales deben hacerlo a través de redes privadas virtuales lo cual es complicado y puede ser ilegal. Una excepción a esta regla de mano dura es LinkedIn. El gobierno chino tolera la red profesional, quizás porque la mayoría de la gente la usa para buscar empleos y contactos empresarios, no para hablar sobre democracia.

El número de usuarios chinos de LinkedIn ha crecido rápidamente desde que la compró Microsoft en 2016, llegando a los 53 millones. Representan alrededor del 7% del total global de LinkedIn, comparado con 1,4% en 2014. Microsoft no informa cuánto contribuye China a los ingresos de LinkedIn, que alcanzaron los US$8000 millones en 2020. Aún así el gigante del software puede alardear de que es un raro éxito occidental en materia de redes sociales en un mercado de casi 1000 millones de ciudadanos de Internet.

Pero operar en una dictadura presenta alternativas incómodas para una plataforma diseñada para el intercambio de ideas además de tarjetas de negocios. Para adecuarse a las leyes chinas LinkedIn debe limitar lo que pueden subir los usuarios. Desde marzo, cuando el ente regulador del ciberespacio chino criticó sus controles laxos, parece haber aumentado los mismos. Muchos usuarios han recibido notificaciones de que sus perfiles y actividades no se muestran en China. Un académico con sede en Taiwán, J. Michael Cole, recientemente descubrió que su perfil estaba bloqueado allí. LinkedIn indicó la presencia de contenido sensible en la sección de “publicaciones” de su perfil pero no dio más explicaciones. Cole cree que puede tener algo que ver con referencias a libros que ha escrito acerca de Taiwán, que China reclama como parte de su territorio.

La experiencia de Cole apunta a lo que es un problema para LinkedIn. Al igual que otras redes sociales toleradas por Pekín no debe permitir que ciertas palabras aparezcan en su servicio. Pero las reglas son confusas incluso para plataformas de Internet grandes. Si es que LinkedIn ha recibido una lista de los reguladores o ha creado una interna, no la divulga. Liu Dongshui, un estudioso de la política de internet de China de la Universidad de la ciudad de Hong Kong, cree que LinkedIn probablemente no tiene tal lista sino que más bien, caso por caso, censura algunos contenidos que para el gobierno chino pueden potencialmente resultar objetables para evitar problemas. Esto coloca a los usuarios de LinkedIn en una situación que es similar a la de la red social misma: sin reglas explícitas de lo que pueden o no publicar en China, al igual que Cole, tienen que adivinar. Eso a su vez puede llevar a la autocensura.

LinkedIn dice que tiene la “obligación de respetar las leyes aplicables a nosotros, incluyendo adherir a la normativa del gobierno chino”. Cuando The Economist pidió que se cite la normativa que obliga a bloquear perfiles de usuarios, la vocera de LinkedIn no respondió. Microsoft no respondió a un pedido de comentarios.

Todas las firmas extranjeras enfrentan alternativas difíciles en China, que es tanto un vasto mercado como una autocracia. Los que tienen grandes operaciones en China tienden a disciplinarse. Apple, que fabrica y vende muchos iPhone en China, ha eliminado programas sensibles de su tienda de apps china. Compañías con menos exposición a China pueden ubicarse en un terreno más elevado. Facebook, Google y Twitter según se informa amenazaron con retirarse de Hong Kong donde el Partido Comunista recientemente aumentó su presión.

Microsoft se ubica en algún punto intermedio. China ha sido una fuente de problemas para la compañía: desde software de Windows y Office pirateado hasta requisas de sus oficinas por funcionarios antimonopólicos. El 19 de julio Estados Unidos y varios aliados acusaron a China de ser responsable de un gran hackeo del servicio de correo electrónico Microsoft Exchange. Al mismo tiempo muchos chinos pagan por sus programas originales y sin duda a Microsoft le gustaría que sean más los que lo hacen. No informa por separado sus ventas en China pero el año pasado su presidente dijo que contribuyó menos del 2% a los ingresos globales. Para que ese porcentaje crezca, la autocensura en LinkedIn puede ser el precio.

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