Hablaron los hijos del kioskero asesinado en Ramos Mejía
actualidad
En la tarde del día de hoy, lunes 8 de noviembre los vecinos de Ramos Mejía salieron a las calles con la urgencia de pedir seguridad y justicia, luego del asesinato de Roberto Sabo, un kioskero de la zona.
El crimen se cometió el domingo, poco después de las 14, sobre Avenida de Mayo al 800, a tres cuadras de la Comisaría 2° cuando Leandro Daniel Suárez de 30 años de edad acompañado por una menor de 15 años ingresaron en el local para robar y tras el hecho, Sabo recibió un disparo mortal.
Para huir, la pareja robó un Ford Focus negro a un remisero pero chocaron el auto. Fue entonces, que ingresaron a un supermercado para simular que realizaban compras y cambiarse la ropa que vestían para no ser reconocidos, cuando finalmente fueron arrestados.
Esta tarde los vecinos salieron a pedir justicia y seguridad y TN tuvo la palabra de los hijos de Sabo que se encontraban entre la multitud.
«Todo el mundo amaba a mi viejo, y viene un hijo de puta y en un segundo te roba todo. Desde que tengo uso de razón que acá no hay seguridad, todo el tiempo pasan cosas. Por eso toda mi vida le tuve miedo a la muerte, y la de mi papá. Y bueno, ayer me lo sacó un hijo de puta», dijo el menor con la voz quebrada.
«Después se quejan de que los pibes se van del país, pero tampoco hacen nada para que se queden. Yo ya está, yo me quiero ir del país, acá no me van a dar nada«.
Luego dijo: «Mi viejo todos los días venía a laburar de domingo a domingo, se levantaba a las 7 de la mañana. Estaba todo el día acá (en el kiosko) hace 25 años, siempre le gustó esto. El kiosko fue su vida. Siempre fue buena gente, todos lo amaban. Estoy orgulloso de él», sinceramente».
«Yo muchas veces le discutía cerrá los domingos, disfruta el día. Pero él nos quería dar lo mejor, y lo mataron por laburar»
Nicolás, el otro hijo de Sabo también expresó su bronca y dolor ante las cámaras y alzó la voz en memoria de su papá: «Él laburaba todos los días, literal, cuando empezó lo de la pandemia, empecé a labura medio día yo y medio día él. Mis abuelos dejaron de trabajar, habían tenido hechos de inseguridad, pero no de esta magnitud», comenzó diciendo.
«Mi papá era todo, mi amigo, mi jefe, mi compañero de trabajo, era todo. Trabajaba de domingo a domingo para darnos todo a nosotros. Y yo muchas veces le discutía cerrá los domingos, disfruta el día. Pero él nos quería dar lo mejor, y lo mataron por laburar», expresaba el joven bajo un aturdidor aplauso masivo de los vecinos.
Y agregó: «Mis abuelos me dijeron vende el kiosko y ándate, pero hoy por hoy esta es la fuente de ingreso de mi familia, y me toca a mí ahora ocupar su lugar. Y al mismo tiempo es raro decir esto, pero me da miedo venir a trabajar adonde mataron a mi papá, y que podía haber sido yo tranquilamente».
«Mis primos se fueron hace dos meses a Italia, también por temas de seguridad, y se salvaron. Nosotros nos quedamos acá para apostar al país, para quedarnos con la familia, y se termina todo en un segundo. Uno está preparado para perder a los abuelos, pero no para perder a tu viejo a los 48 años y que venga un hijo de puta y lo mate a balazos. Es inconcebible«, cerró.
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