Perdemos 88 a 0 con Brasil, pero los títulos resucitan
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Por Luis Varela
Con los inversores internacionales colocados en los mercados globales en una suerte de animación suspendida, por la intervención de China en el yuan y por el dato de desempleo de EE.UU. y el estímulo de la Fed, la plaza financiera argentina volvió a vivir ayer otra rueda festiva, con gran aumento para las acciones y los bonos, con el riesgo país perforando el piso de 1.500 puntos.
Mientras varios países desarrollados empiezan a mostrar fuertes reducciones en el daño que origina la pandemia, la inflación pasa a ser la principal preocupación de los gobiernos del mundo. Y ayer causó resquemor una decisión de Pekín de elevar los requerimientos de reservas cambiarias para depósitos monetarios de los bancos chinos, a fin de controlar la escalada del yuan, que alcanzó máximos de tres años contra el dólar.
Y al mismo tiempo la otra gran mega potencia mundial, Estados Unidos, se prepara hoy para mover el joystick hoy, ya que tras difundirse la cantidad de pedido de seguros de desempleo la Fed determinará cuántos de los US$ 120.000 millones de dólares por mes que compra en bonos del Tesoro y papeles con hipotecas seguirán regando una Bolsa de Nueva York que está como paralizada, actuando en cámara lenta, viendo si el mercado puede tener más cuerda o si la fiesta del dinero gratis se terminó.
El cierre del grifo que están a punto de ejecutar tanto China como EE.UU. tiene en la mira a la reacción de las materias primas en esta especie de “belle époque” que puede surgir una vez que termine definitivamente el impacto del Covid-19 en las economías mundiales. Ayer, previendo que las restricciones van a ser cada vez más acotadas, el petróleo volvió a subir otro escalón, hasta su mejor precio en 32 meses, es decir un año antes del inicio de la pandemia. Aunque ni los metales básicos ni los granos se mostraron tan positivos, ya que si el dinero se hace más costoso todo el tablero mundial de negocios puede variar.
Ayer, de hecho, previendo que por ahora se seguirá con la directiva del presidente de EE.UU. Joe Biden estimulando todo lo que sea necesario para que el mercado norteamericano vaya a una situación de pleno empleo, el dólar volvió a debilitarse ayer contra las principales monedas. En el exterior el dólar subió ayer 0,1% en Japón, no cambió contra el euro, pero bajó 0,1% contra la libra, 0,2% en México, cedió 1,3% en Chile y declinó 1,5% en Brasil.
Pero demostrando que el caldero sigue con dudas y que muchos temen que puede sobrevenir el tantas veces anticipado ajuste en la Bolsa de Nueva York, y en otros mercados, las posiciones de resguardo tradicionales de los últimos tiempos volvieron a estar firmes: hubo aumentos para la onza de plata y para el oro, y también una recuperación en bloque de las criptomonedas, a pesar de las decenas de advertencias que pesan sobre ese panel de activos.
En Argentina, por supuesto, las condiciones de todas las variables son como siempre totalmente diferentes. En el mercado local el precio del dólar y de otras divisas volvió a subir, por lo que el peso se sigue hundiendo. Pero el valor de las acciones y de los bonos argentinos siguió subiendo de manera vertical, un día después de no pagar un vencimiento con el Club de París y a una semana de que las calificadoras de riesgo anuncien si nos mantienen en la “C” o si nos mandan a una categoría más baja.
Mientras el Senado convirtió en ley la mayor presión impositiva con Ganancias a las empresas y la postergación de las PASO y de la elección general, ayer se volvió a ver que sigue alto el daño del coronavirus en Argentina, ya que se reportaron 35.017 nuevos casos y 587 muertes en las últimas 24 horas. Y, como otro dato complicado, se difundió que la Canasta Básica de Alimentos (CBA) aumentó en mayo un 4,29% en los comercios de cercanía de los barrios populares del conurbano. Y las consultoras privadas empiezan a decir que la inflación de mayo estaría levemente por debajo del 4% mensual.
Pero, según denunció el economista Fausto Spotorno, el principal problema que tiene Argentina preelectoral no es ni el dólar, ni el Covid-19, ni la inflación: “Lo que más nos complica es la falta de inversión y de empleo, de hecho con una población que vino creciendo todos estos años, la Argentina tiene en este momento la misma cantidad de empleo en blanco que en 2007”.
La acción del BCRA
Con esa realidad en las empresas, el BCRA siguió sin tocar las tasas de interés: continuó pagando 38% por las Leliq y los bancos pagaron 37% por los plazos fijos tradicionales. Y mientras en dólar baja en el mundo, en el mercado local sigue escalando, tanto que ayer subieron los seis dólares de Alberto, aprovechando que estamos en el pico de la liquidación de la cosecha, con el BCRA sumando más y más reservas cada día.
Así, el dólar turista subió 5 centavos hasta $165,43, el oficial subió 3 centavos hasta $100,26, el blue subió $1 hasta $156 y el mayorista subió 4 centavos hasta $94,77.
El BCRA sumó US$ 102 millones a las reservas hasta US$ 42.066 millones. El dólar MEP subió 76 centavos hasta $161,85 y el contado con liquidación subió 77 centavos hasta $167,19. Y con todo eso, la brecha entre el dólar oficial y el blue subió al 55,6% y la del CCL con el mayorista saltó hasta el 76,4%. Pero, medida pesos, la moneda argentina declina más contra otras divisas, ya que la libra subió 33 centavos hasta $134,25, el real subió 29 centavos hasta $18,66 y el euro subió 11 centavos hasta $115,71.
Y como el tipo de cambio oficial está siendo utilizado como ancla para ver si con eso se logra frenar la inflación (con la Mesa de Enlace suspendiendo el cese de comercialización de carne), cayó como una piedra en el Gobierno que la actual inflación se convierta en fuerte inflación en dólares y que por eso mayo tuvieron un rojo comercial profundo con Brasil.
Y el fenómeno se hace todavía más preocupante si se tiene en cuenta que en cuanto a tipo de cambio la Argentina está perdiendo 88 a 0 con Brasil en lo que va de la pandemia, ya que en los últimos quince meses el dólar saltó en la Argentina de $83 a $156 mientras que en Brasil fue y vino pero punta contra punta se mantuvo en 5,07 reales, y puede llegar a bajar bastante más todavía, según pronostican algunos expertos.
Semejante coyuntura cambiaria, de inflación, de virus y de desempleo, un día después de no pagarle al Club de París (que nos declararía en default el 31 de julio si no acordamos con el FMI), llega con otro desafío importante. El MSCI, entidad que califica el riesgo de los titulos de los países del mundo, definirá el martes próximo si nos mantiene en el grupo de mercados emergentes, o si nos envía al último subsuelo en el escalón de países de frontera.
Si nos sacan del renglón de países emergentes (donde están Brasil, Chile, Colombia, México, Perú, Chequia, Egipto, Grecia, Hungría, Polonia, Qatar, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Turquía, Emiratos Arabes, China, India, Indonesia, Corea, Malasia, Pakistán, Filipinas, Taiwán y Tailandia, Kuwait y Mauritania) Argentina quedará deshabilitada para que nuestros titulos sean comprados por fondos de inversión que compran papeles más seguros. Y si nos colocan entre países de frontera, pasaremos al menú conde abrevan los denominados hedge funds, que compran lo que podría denominarse la carroña financiera del mundo.
Calculando que podemos dejar de ser cola de león (abandonando emergentes) para ser cabeza de ratón (entre países fronterizos) se está viendo un fuerte flujo de dinero hacia los olvidados papeles argentinos, tanto que ayer (con gran volumen) los bonos ganaron otro 1%, fueron a su mejor precio de los últimos cuatro meses, por lo que el riesgo país cayó 21 unidades, hasta 1.480 puntos básicos, luego de haber estado en ebullición en 1.618 puntos hace muy poco.
Mejora en las acciones
Pero la euforia todavía más fuerte se vio en los papeles privados. Ayer, esperando el pulgar de la Fed, Wall Street ni se movió, ya que tuvo una suba insignificante del 0,1% en todos sus índices, mientras que México repitió ese mismo comportamiento, pero Brasil logró subir 1,1%, ya que ese país se está recuperando fuerte, este año logrará el mismo PIB que en la prepandemia, recibiendo grandes inversiones, mientras que Argentina demorará tres años, con salida de empresas desde casi todos los sectores.
Pero a los especuladores nada les importó. Ayer con buen volumen de operaciones ($1.700 millones operados en acciones y $2.253 millones en Cedears), la Bolsa de Buenos Aires mejoró otro 2,6% medida en pesos y si sus valores se traducen a dólares el Merval escala nada menos que al mejor nivel de los últimos quince meses, trepando nada menos que 60% en dólares a lo largo de los últimos doce meses.
¿Puede sostenerse esta euforia? Hay muchos desafíos. El virus, la inflación, la negociación con el FMI, el pago al Club de París, la calificación de emergente o fronterizo, la tasa de desempleo, etcétera y etcétera. Pero quizás la verdad de este momento haya sido entregada por el Citi, que pronosticó un duro resultado para el Gobierno en la elección de noviembre, por lo que les dijo a sus clientes que se abría una “ventana de oportunidad” para comprar activos argentinos que no valen nada. Con este marco todos se preguntan si este repunte será consistente o si acaso se convertirá en un clásico vuelo corto, como el que suele hacer la perdiz.
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