Wall Street: histórico trimestre para acciones tecnológicas
El 30 de junio culminó un trimestre caracterizado por fuertes subas de acciones norteamericanas, en especial tecnológicas. En breve se nos viene el tercer trimestre del año, uno que comenzó con dos escenarios contundentes.
Primero, una economía norteamericana que muestra avances en materia inflacionaria con una inflación minorista al 4% anual y una inflación mayorista al 1.10% anual. Estos dos indicadores hace un año atrás operaban cerca del 10% por lo que los avances en materia inflacionaria para la economía de Estados Unidos han sido muy relevantes.
Sin embargo, la incertidumbre gira en torno a una «inflación núcleo» dominada preferentemente por alquileres y salarios que sigue resiliente, aspecto que genera a una Fed todavía en claro intento hawkish (restrictiva monetariamente).
El tiempo dirá, y eso será totalmente dominado por los datos monetarios futuros, si efectivamente la Fed irá por los «50 basis de suba de tasa de referencia» con los que amenazó en su última decisión de política monetaria (FOMC). Wall Street, sin embargo, descree de dicha amenaza.
Los eventos positivos que alimentaron las subas de acciones tecnológicas del segundo trimestre fueron varios:
- Una crisis bancaria que se fue tranquilizando;
- Una aparente desinflación en la economía norteamericana;
- Un «shock de inteligencia artificial» que, si bien por el momento está plagado de incertidumbre, parece ser muy buena noticia;
- Una recesión potencial que, si bien permanece vigente, se percibe como lejana;
- Una Reserva Federal que, a pesar de todas sus amenazas de subas futuras en su tasa de referencia, probablemente esté cerca de culminar el ciclo de suba de tasas más vertical y agresivo de su historia.
De cara al comienzo del tercer trimestre, el contexto macroeconómico luce razonable y seguirá perfilándose en base a los datos que sigan saliendo.
A pesar de los distintos dramas que absorbió el 2023, el año es uno «data driven» (traccionado por datos económicos) y, por lo tanto, sumamente dominado por dos secuencias futuras de información: la permanencia de la desinflación, si es que ocurre, y la no inminencia de una recesión, si es que se realiza.
Es probable, en este contexto, que siga habiendo actividad a lo largo de toda la curva de tasas de Estados Unidos, que se irá reformulando de acuerdo con el ritmo de los datos en materia inflacionaria y de actividad de la economía real.
La política monetaria de la Fed sigue con una asignatura pendiente y la misma se refiere a la «inflación núcleo». Por ahora, se mantiene una decepcionante firmeza en sus dos componentes más importantes: alquileres y salarios.
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Y, como comentó Jerome Powell durante la semana anterior, le sorprendería que la corrección de salarios ocurra con niveles tan deprimidos en la tasa de desempleo sugiriendo, de esta forma, que un poco más de dolor en la economía real debiera ocurrir para finalmente lograr convergencia inflacionaria en el componente núcleo de la inflación.
Respecto a tasas cortas de interés en Estados Unidos, el mercado comienza a consolidar la imagen de una economía resiliente catapultada incluso por el sorpresivo «shock de inteligencia artificial» que ha puesto una clara presión en tasas reales cortas las que, a su vez, han contagiado al alza a las tasas nominales.
Por el momento, este combo de «desinflación con firmeza económica» permite articular un escenario de tasas cortas subiendo que celebra el mercado de acciones.
A su vez, la firmeza en la parte corta de la curva debiera poner un piso al dólar y un techo al oro. Por lo tanto, con una Reserva Federal que hizo gran parte del trabajo antiinflacionario, aunque todavía no esté terminado, los bulls (optimistas) comienzan un nuevo trimestre en donde deberán defender las fuertes subas de mayo y al mismo tiempo demostrar qué tan robusto es este incipiente bull (alcista) market del S&P iniciado semanas atrás.
Este potencialmente nuevo bull market tiene por su parte una gran asignatura pendiente y es la referida a la generalización del rally (suba), un rally que hasta ahora fue capturado por un pequeño número de papeles tecnológicos (poco «breadth»).
Entonces, hacia el inicio de julio el mercado se prepara para datos inminentes de empleo y para determinar si efectivamente se comienza a observar algún tipo de debilidad en el mercado laboral, un aspecto que viene siendo anticipado por los datos semanales de «jobless claims» (subsidios al desempleo) que lentamente apuntan a una creciente suba.
Entonces, Wall Street queda en búsqueda del próximo catalizador, el cual seguramente se alimentará de los datos de empleo e inflación, todos ellos a reportarse en las próximas dos semanas.
El 2023 es un año con muchas menos malas noticias que el 2022 y el inicio del bull market del S&P así lo anticipa, aunque lejos queda todavía de convalidarse. La gran asignatura pendiente de este incipiente bull market es el «breadth», el cual se refiere a la generalización de las subas las cuales, por el momento, han estado concentradas en un puñado de papeles tecnológicos.
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