Qué ven los que la ven
La cita era a las 8. Desde, por lo menos, media hora antes, empezaron a llegar. Uno a uno, desfilaron por el lobby del Casa Lucía, el reinaugurado hotel que funciona hoy en el histórico edificio Mihanovich, sobre la calle Arroyo. Convocados para la clásica producción fotográfica de Las 100 Mejores de Apertura -tarea que lideró con tenacidad Lorena Guarino, distinguida incorporación al equipo editorial de este año-, 18 CEOs de las empresas más prestigiosas de la Argentina posaron frente a las cámaras.
Pero, fundamentalmente, arribaron con la expectativa de compartir opiniones, visiones e impresiones con pares. En especial, aquellos a los que no suelen tratar con habitualidad.
Pilotos de automotrices departían con CEOs de la industria energética. Números uno de empresas de consumo masivo -tanto de alimentos como de bebidas- escuchaban a los de tecnológicas y farmacéuticas. Referentes del mundo financiero despejaban todo tipo de dudas. El petrolero que toma a diario decisiones de miles de millones de dólares, a la par de quien factura mucho menos que eso, vendiendo cosméticos y productos de origen natural.
Todos, palabras más, palabras menos, tienen un diagnóstico similar. Coinciden en que las medidas que impulsa el Gobierno van en el sentido correcto. Son necesarias, vitales. La inflación, interpretan, tuvo un overshooting en diciembre y enero, que perdió fuerza en el índice de febrero y tenderá a la baja en los meses siguientes. Lo propio ocurrirá con el achicamiento de la brecha: tras el ajuste inicial del oficial, la cercanía del ingreso de dólares de la cosecha alimenta expectativas de unificación cambiaria y, por qué no, levantamiento del cepo.
Es, dicen, la mayor causa de la calma financiera vista en los primeros 60 días de Gobierno, en buena medida, provocada por la intención de resolver el problema más urgente de muchas empresas: la deuda comercial con el exterior. El Bopreal, el instrumento ofrecido por el Gobierno, es valorado, aunque más como señal que como solución. Otra luz alentadora es la desburocratización del comercio exterior. También, por supuesto, la libertad para gestionar sus precios internos.
Son todos factores que los empujan a reactivar planes de mediano plazo. Los ayudan, además, a contar cosas que las casas matrices esperaban escuchar de la Argentina; a hablar, finalmente, el idioma de la inversión.
Celebran los CEOs locales la vocación del Gobierno por el sinceramiento de variables -dólar, inflación, tarifas– y, fundamentalmente, ordenamiento fiscal. Pero dudan de la sustentabilidad de la superavitaria foto que logró Luis Caputo en enero y febrero. También, de la potencia real de las Fuerzas del Cielo para materializar sus medidas, más allá del poder de voluntad de Javier Milei. El fracaso de la ley ómnibus en el Congreso abrió un signo de interrogación que se extenderá, al menos, hasta el 25 de mayo, si el Presidente logra firmar con un grupo representativo de gobernadores su ambicionado «Pacto de Mayo».
Serán tres meses en los que puede pasar de todo. La temporada de paritarias será terreno propicio para el conflicto, un fuego, además, al que se echarán bidones de nafta política. «Si lo que buscan es conflicto, conflicto tendrán», redobló la apuesta Milei. Todo, en un contexto recesivo, con fuertes caídas del consumo que ya significaron frenos y suspensiones de actividad.
«No la ven», la frase que Milei convirtió en su lema para responderle a aquellos que critican sus decisiones. Parafraseando al Presidente, los CEOs de Las 100 Mejores sí la ven. Pero completa.
(La versión original de esta nota se publicó en la edición 363 de la revista Apertura, correspondiente a marzo de 2024)
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