Precalienta un nuevo acuerdo con FMI: ¡a flotar!
Luis Caputo lo anticipó hace dos semanas en el marco de una presentación ante empresarios en la Bolsa de Comercio: Argentina está negociando un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario, el que incluirá un nuevo régimen cambiario y monetario. Será el puntapié inicial de un nuevo régimen cambiario y monetario y por ende el fin de medidas transitorias como el «crawling peg» del 2%, el Bopreal, y las tasas reales negativas.
El viaje de Pablo Quirno y Vladimir Werning a Washington estuvo según la información oficial, destinado a cumplir con la revisión de las metas del acuerdo al 31 de marzo. Pero que se trasladen ambos funcionarios, los vices del Ministerio de Economía y del Banco Central, muestra que había un interés superior: el nuevo entendimiento con el organismo internacional y la posibilidad de conseguir fondos adicionales en el marco de un nuevo programa.
Para anticipar lo que se viene hay que mirar a Egipto, país que hace un mes firmó un nuevo acuerdo con el FMI con la particularidad de que reforzó uno ya vigente con fondos frescos por u$s 8.000 millones. Una mini Argentina al borde el Nilo. El primer ministro Moustafa Madbouly necesitaba reforzar el programa inicial ante las dudas que seguía despertando su país, pese a que hace dos años, tras la pandemia, había concretado la firma de una asistencia por u$s 3.000 millones. No todo es gratis, o a sola firma en Washington. Antes, Egipto debía levantar cepos, subir tasas, y flotar. Padecían escasez de dólares y falta de inversiones del exterior. La música es similar a la que se escucha en estas latitudes.
Las negociaciones pueden demorar un par de meses pero lo que está claro es que con cepo no hay «V», es decir es imposible una rápida salida de la crisis. Con cepo hay una pipa, o una «L» con un estancamiento de la economía. Los datos mostrados por el INDEC sobre la actividad industrial y de la construcción fueron alarmantes, con derrumbes del 21% y del 42% en marzo, sin señales de estar revirtiendo la depresión. La hoja de ruta está planteada de la siguiente manera: aprobación del proyecto de ley Bases y del paquete fiscal en el Congreso en junio y semanas después, anuncio del acuerdo con el FMI, levantamiento de las restricciones, suba de tasas, y a flotar.
Uno de los tantos papers de Guillermo Calvo, el economista argentino más influyente en la ciencia económica, habla sobre el «miedo a flotar» de los países latinoamericanos. Y es el que tiene el equipo económico. Los traumas del pasado. Para ello requiere reservas adicionales y fondos adicionales del FMI, los que el organismo puede dar pero no para intervenir en el mercado cambiario. Con la mía no se juega. Para eso, usá la tuya.
La ruta de «Bases» y del paquete fiscal pareciera estar ya marcada. El Senado introducirá cambios en Ganancias y en el régimen de inversiones denominado «Rigi». En este último caso, los beneficios fiscales existentes en el proyecto de ley son mayores a los esbozados por Luciano Laspina, quien hiciera el primer borrador de la iniciativa. Hasta a las mismas empresas les sorprendía el número y el tamaño de los beneficios. YPF está esperando el «Rigi» para lanzar inversiones en la planta de GNL. Lo mismo la minería. Y obviamente el levantamiento del cepo. El puerto de Buenos Aires también espera definiciones. Hay dos concesiones de las terminales a cargo de Dubai Port y Maersk. Tres meses antes de su salida del gobierno, Alberto Fernández decretó la extensión por 3 años con opción a otros tres, de las concesiones del puerto. Además permitió el aumento en el precio que facturan a las cargas. Otro escándalo. No hay contraprestaciones adicionales de los concesionarios.
¿A cuánto subiría el dólar en flotación? Luis Caputo ya avisó que flotación será sucia. Requiere acumular reservas en esta etapa de liquidación de dólares de la soja. Por ello quizás toda esta hoja de ruta se extienda hasta agosto. Mientras más reservas, mejor para el ministro. El fin del cepo es la bienvenida a las tasas reales positivas, es decir, por encima de la inflación. Si continúa el derrumbe del alza de precios, las tasas del BCRA no deberían subir demasiado. ¿Y los pasivos remunerados, es decir la ex bola de Leliq, devenida en pases? El desarme debería venir de la mano del repunte del crédito al sector privado. No hay margen para fuertes subas del dólar con las señales de confianza que vendrían de la mano. Obviamente el equilibrio fiscal manda.
Los mercados hoy están a la expectativa de nuevas señales. Para que los bonos vayan a rendir 12% anual en dólares, resta precisamente bastante. En primer lugar el efecto «Bases», es decir que el gobierno haga un gol en el Congreso. Aunque sea con la mano, y sin gambetear a nadie. Pero que haya un gol. Para inversores extranjeros es una muestra de que el plan económico tiene aceptación y al mismo tiempo de que hay cintura política en la actual administración.
¿Lo peor ya pasó? Y en materia de caída de salario real, de los altos datos de inflación, sí. Ojalá nunca más se vuelvan a ver en la Argentina en un mes, datos inflación de dos dígitos. Pero es aún muy temprano para soñar. Falta todavía. Estamos en Argentina.
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