Nuevas formas de liderazgos
Uno de los desafíos de los líderes empresarios en estos tiempos de profundas transformaciones y cambios vertiginosos es saber mantener viva a la organización, activa, competitiva, tanto interna como externamente. Tener la suficiente habilidad para que esté en constante movimiento, ágil, dinámica y donde la gente pueda ser escuchada y tenida en cuenta en otras actividades dentro de la compañía. Por ejemplo, aprovechar sus ganas de experimentar y de comprometerse con temas que hoy son de interés como las cuestiones vinculadas al cambio climático o a la solidaridad social. Hay que entender que ser líder no significa llegar a la máxima conducción, ser presidente, director, gerente o jefe. Va más allá de los cargos que se ocupen. Ser líder es una condición y una cualidad para todo aquel que tenga la responsabilidad de conducir a un equipo ya sea a nivel empresarial como en cualquier otra actividad humana.
Los nuevos perfiles de liderazgos, a partir del protagonismo que tienen ahora la tecnología y su estrella la Inteligencia Artificial, están captando la atención en los diferentes niveles de la conducción empresaria y de las generaciones que pujan por estar al frente de una organización o de un proyecto. Esto lo pude comprobar en el reciente evento Experiencia Management realizado por IDEA con el título «Coraje en tiempos de TransformAcción», y que congregó a más de mil participantes entusiastas con vocación de aprender las habilidades que impone la nueva economía digital.
No existe una característica universal de líder en un sistema que va mutando en todo momento. Lo que hoy funciona en determinados equipos puede no funcionar en otro mañana. Lo mejor es, primero, conocerse a uno mismo y desde allí trabajar aquellos aspectos que hacen a la conducción de personas esencialmente en el desarrollo de las habilidades blandas, hoy determinantes, y en saber construir relaciones permanentes que vayan formando una red que debe ser recreada permanentemente. Y en esto vuelve a tomar relevancia el tema de la diversidad como potenciadora de todas esas habilidades.
El líder debe saber cómo incentivar a sus colaboradores para extraer lo mejor de ellos, ser auténtico y transparente, consistente entre lo que dice y hace porque los liderazgos se construyen y se mantienen desde la confianza y la credibilidad. Además, es clave entender el contexto y responder adecuadamente ante cada desafío que se presente.
Con estas exigencias personales y con negocios cambiantes, la innovación tecnológica junto a la Inteligencia Artificial está exponiendo a los líderes ante, quizás, el más grande de los desafíos actuales. Por eso, son tiempos para repensarnos, abrir la cabeza a los múltiples temas que se nos presentan como la relación entre la tecnología y los vínculos humanos, las emociones de las personas, y como podemos interactuar con esta nueva realidad.
Se están construyendo nuevos paradigmas emergentes en todo el mundo a partir de las nuevas tecnologías y formas de vinculación entre las personas. Rediseñar a las organizacionales que promuevan la plasticidad, el aprendizaje permanente, la permeabilidad ante la disrupción, atendiendo al impacto sobre el talento diverso, la conexión con las emociones, la gestión de las tensiones y la influencia en las personas, representan mucho más que desafíos. Es un cambio de cultura que requiere de lideres con sensibilidades especiales y coraje para enfrentarlos.
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