Milei, en Davos pero pendiente del Congreso
Javier Milei, en el Foro de la «elite globalizada» que se reúne anualmente en la ciudad suiza de Davos, ratificó la prioridad de su política exterior en la alianza con Estados Unidos e Israel. Lo hizo con palabras claras, tomando distancia de los autoritarismos en el primer caso y condenando al terrorismo palestino en el segundo. La línea que expresó resultó coincidente con la manifestada por los aliados más firmes de Washington.
En segundo lugar, dio prioridad a un país europeo. Se reunió con el canciller británico, el ex primer ministro David Cameron, con quien parece haber desarrollado la apertura de un sorpresivo diálogo sobre Malvinas, retomando la línea de Menem de no subordinar la relación argentino-británica a la discusión de la soberanía. No se asumió como un líder del mundo emergente y tampoco como un representante del mundo en desarrollo, ni como un referente de la región latinoamericana.
El 22 de noviembre, en su discurso la noche del triunfo en la segunda vuelta se autocalificó como el «primer presidente libertario» de la historia. Cuando viajó a la Antártida el 12 de enero, jóvenes militantes que lo acompañaban plantaron allí la bandera del Tea Party, símbolo característico de los libertarios estadounidenses.
La encrucijada de Caputo y Milei: ancla fiscal más sólida o asegurarse la ley
El Gobierno modificará un polémico artículo del DNU: cuál es y por qué
Milei hizo campaña electoral diciendo que él era la versión argentina de Trump, Bolsonaro y el partido Vox de España, y ello se vio corroborado en su participación en Davos. Criticó al feminismo extremo y los excesos en la defensa del medio ambiente, posiciones típicas de la derecha ultraconservadora. Trató de mostrar un Occidente debilitado por la influencia de la izquierda.
Detrás de esto, subyace una apuesta política: que Trump gane la elección presidencial del 5 de noviembre de 2024.
La participación en este encuentro precede una próxima jugada de política exterior que combina lo geopolítico con lo religioso. Una visita que realizará al Papa Francisco con el objetivo de que visite la Argentina en el segundo semestre de 2024, algo que no consiguieron Cristina, Macri ni Alberto Fernández. Otra a Israel en solidaridad con la causa contra Hamas confirmará su vinculación con la religión judía. Confirma así su actitud: la de un católico que evoluciona hacia el judaísmo.
Pero mientras tanto, recibía información actualizada de lo que sucedía en las conversaciones en el Congreso.
Al respecto, la posición del presidente libertario es clara: negociar y conceder a la «casta» pero sin que se note, y eso resulta muy difícil en política. La decisión de ampliar en dos semanas las sesiones extraordinarias, lo demostró.
Aunque la ley fuera aprobada en diputados no existía posibilidad de que el Senado lo hiciera antes del 31 de enero.
Si la ley fracasara en el Congreso, queda como alternativa es el plebiscito no vinculante, al que hizo mención públicamente en dos ocasiones el presidente desde el 10 de diciembre y varias durante la campaña electoral. No requiere ser aprobado por el Congreso y es sin voto obligatorio. Se trata de una presión política que no tiene efecto jurídico, pero que si fuera favorable al Gobierno, sería un hecho que podía cambiar la posición de legisladores que ahora no se manifiestan decididos a sumarse a las posiciones del Gobierno. Es una alternativa peligrosa, pero coherente con la actitud de jugar al «todo o nada» que parece atraer a Milei. Es decir tiene «Plan B».
En lo inmediato, el 24 de enero, al cumplirse un mes y medio de gobierno, el líder libertario enfrenta su primer paro general de los sindicatos contra su gestión. Desde el restablecimiento de la democracia ningún gobierno enfrentó una medida de este tipo antes de cumplir dos meses en el poder.
Han ratificado su participación todas las vertientes del sindicalismo de la CGT en su conjunto y el sindicalismo combativo con sus tres centrales. También lo han hecho los movimientos sociales alineados con el peronismo. La izquierda también se ha sumado. Pero políticamente será clave la participación o no de los intendentes del Conurbano, quienes tienen la «temperatura social» del territorio. El anuncio de los gremios del transporte automotor de que solamente participarán del paro general a partir de las 19 horas, es un dato favorable al Gobierno. Es que si este medio de transporte no funciona, los efectos de un paro general se debilitan sensiblemente.
Al respecto, los cinco muertos y las decenas de heridos en el enfrentamiento entre bandas por la usurpación de terrenos en La Matanza, muestra que la «guerra de pobres contra pobres» puede ser el comienzo del desborde social. Cuando la gobernación de la provincia de Buenos Aires está en la oposición a un gobierno nacional que no es peronista, la historia muestra que este tipo de riesgos aumentan.
Pero hay un dato relevante que se conoció una semana antes del paro general: la inflación mayorista de diciembre alcanzó el 54%, más del doble que la promedio registrada el mismo mes. Este es quizás el riesgo político más relevante para Javier Milei en las próximas semanas.
https://www.cronista.com/columnistas/milei-en-davos-pero-pendiente-del-congreso/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.cronista.com/columnistas/milei-en-davos-pero-pendiente-del-congreso/